Café+papel=amor

Capítulo 16

Alex

"Han pasado un par de días que no escribo una sola palabra y no es que no me hayan pasado cosas interesantes en los últimos días, todo ha mejorado desde los primeros días en que entre al restaurante.

Estaba a punto de darme por vencido, hasta que conocí a Lissandra, la hija del señor Rafael y la señora Valeria. Hoy día tenemos una buena amistad y todas las noches de esta semana la hemos pasado muy bien, platicando y bebiendo café después de cerrar el restaurante. A cualquier le parecería que Lissandra y yo tenemos una relación, pero no es así, solo llevamos una excelente amistad y peleamos como si de hermanos se tratase.

A pesar de lo bien que la pasamos, algo dentro de mí se mueve cuando estoy con ella, de tal forma, mi corazón se acelera y mis miedos salen a flote. Tengo miedo de enamorarme una vez más y de que todo termine mal con Lissandra. Pero también, siento que las cosas podrían ser mejor de lo que creo,  

Creo que estoy empezando a enamorarme de ella, lo sé, y tal vez ella lo sabe. Por otro lado, sé que ella está enamorándose de mí. Cada una de estas noches me lo confirman cada vez más. La manera en que reímos, en la que peleamos, en la que nos miramos, en la que hablamos y en la forma en que reaccionamos cuando nos tocamos inesperadamente, nos hace exaltarnos y sonrojarnos, al punto de tartamudear y reír del nerviosismo. No hace falta decirlo, cuando nuestras miradas se encargan de hacerlo.

Hoy por la mañana tuve un encuentro inesperado con Lissandra, nuestros cuerpos entraron en contacto haciéndome temblar de los nervios y el deseo de querer besarla. Sus labios y los míos entraron en un roce, provocando un intenso cosquilleo, la suavidad y la humedad de sus labios desprendían el aroma y el deseo desesperado por encontrarse y chocar frenéticamente con los míos.

Bendita galleta la que le causó el resbalón a Lissandra. Bendita sea por permitirme envolver el delicado cuerpo de Lissandra entre mis brazos y de sentir su vibrar de nerviosismo.

Tan pronto la puerta del restaurante se abrió, el bello momento entre nosotros se rompió. El señor Rafael nos tomó por sorpresa con bolsa en mano. Sus ojos mostraban la impresión de ver a su hija entre mis brazos y de nuestros labios rozarce. La vergüenza me hizo alejarme rapidamente de Lissandra y de apoyarla con suavidad sobre el piso. Pero al final de todo las cosas salieron mejor de lo esperado. El señor Rafael salió alegre del restaurante al ver lo limpio que se encontraba la cocina, agradeciendo y olvidando aparentemente lo que sus ojos habían visto. Aunque dudo haya ignorado lo que pasaba entre Lissandra y yo.

Solo sé que estoy enamorado de esa bella mujer y de lo bien que me hace sentir cuando estoy cada segundo con ella..

Por hoy es todo querido diario, espero escribir tan pronto me sea posible."

 



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En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 07.08.2020

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