Si la vida te da palos no los esquives, deja que te golpeen hasta que sangres y se te nuble la vista. Hasta que caigas de rodillas y tus manos traten de menguar el impacto contra el suelo.
Si la vida te da palos no los esquives, deja que te golpeen hasta que sepas bloquearlos.
Si la vida te da palos no los esquives, deja que te golpeen hasta que devuelvas cada golpe multiplicado por diez.
Si la vida te da palos no lo esquives, deja que te golpeen y sonríe antes de destruirlo todo.
Si la vida te da palos no los esquives, deja que te golpeen y lucha hasta el final.