Cai Becher

Capítulo 1

La perfección más horrible

Alice Wood

Despierto con los ojos pegados y un nido en la cabeza, como cada día, a decir verdad.

Me preparo para ir al instituto con prisas y bajo a desayunar.

Bajo al comedor en el que está mi madre viendo las noticias.

—¿Has visto al mafioso de la tele?—me pregunta observando cómo hablan sobre un narcotraficante.

—Es un narcotraficante y sí, me parece haber oído algo por el instituto—le respondo mientras me como el desayuno que ella me sirvió en la mesa como todas las mañanas que está en casa, que no son muchas debido a que ella trabaja desde muy temprano hasta muy tarde.

Me enfoco en la tele en la que hablan sobre el narco.

«Cai Becher, es oficialmente el narcotraficante más buscado del país» hablan en la tele sobre el mismo tema.

Qué pesados.

«Aún no hemos identificado a dicho criminal pero estamos trabajando en ello» vaya… conque no saben cómo es físicamente… vaya mierda de policía.

—¡Alice llegas tarde!—interrumpe mi madre la noticia y me termino el desayuno rápidamente para coger mi mochila y dirigirme al instituto para llegar tarde, como siempre.

Si es que yo nunca llego a tiempo, es ya mi día a día.

Entro a clase sin llamar ganándome una mirada de reproche de la amable pero aburrida profesora de lengua.

Demasiado joven como para estar aquí…

Me siento en mi sitio de siempre comenzando a escuchar a la profesora divagar sobre la asignatura.

No es que tenga un premio por la mejor alumna así que como toda adolescente aburrida en clase paso disimuladamente la nota que le he escrito a mi amiga sobre la papada de la profesora. La queremos mucho pero su asignatura es aburrida y necesitamos distraernos. Ella la coge y comienza a reír en silencio amortiguando las carcajadas con la palma de su mano derecha.

—¿Qué es tan gracioso…?— la profesora comienza a reñir pero un sonido parecido a un disparo nos sobresalta y todos se callan.

A los pocos segundos, una voz en megafonía nos sobresalta.

—Buenos días a todos: alumnas, alumnos y profesorado. Mi nombre es Cai Becher— su risa resuena y todos comenzamos a murmurar hasta que habla y nos quedamos nuevamente en silencio—. Es un placer estar aquí hoy.

Se hace el silencio.

«¿Cai Becher? Él es el de las noticias de esta mañana»

—Os quiero ver a todos en menos de dos minutos en el teatro de vuestro pijo centro estudiantil. Quiero conoceros en persona.

Los murmullos vuelven y la profesora nos manda a callar mientras enciende su teléfono. La voz en megafonía la detiene.

—Ah y si por algún motivo que desconozco un policía decide visitarnos, el pobre crío y el viejo del director que están aquí conmigo morirán. Ahora sí y sin más dilación, nos vemos en el teatro.

La clase se queda en silencio y yo sé el motivo: Dani, el chico bajito de primero, estaba en el despacho ya que el director lo llamó por megafonía hace unos minutos.

La profesora no sabe qué hacer, se le ve en los ojos.

—¿Deberíamos ir?— pregunta uno de los graciosos de la clase, esta vez está hablando en serio.

—Creo que sí— dice una chica.

—Señorita ¿Qué hacemos?— pregunta otro.

—No… no sé qué hacer…— responde ella. Era su segunda semana de clase puesto que es cuando comenzó el curso y acaba de terminar de estudiar.

—Creo que deberíamos ir, pondríamos en peligro a Dani y al director si no vamos— opino y ella me mira. Yo le sostengo la mirada, segura de mí misma, entonces parece que le contagio la seguridad y asiente.

—¡Rápido!— una vez dicha su orden imperativa en exclamativas, todos nos ponemos en pie y la seguimos por los pasillos hasta el teatro. Duda, pero acaba entrando y todos la seguimos.

Creo que no deberíamos haber venido…

Tres hombres armados cubiertos por pasamontañas nos esperan junto a tres clases más. Nos sentamos donde nos indican y al poco acaban llegando el resto de las clases.

Un cuarto hombre con el rostro al descubierto sale al escenario con un micrófono en la mano. Sonríe.

—Sé que estáis todos asustados y os preguntaréis el porqué de mi visita, pero la respuesta es muy simple.

No puedo evitar fijarme en lo surrealista de la situación, es casi como esas historias de mafiosos que leía secretamente en la oscuridad de mi habitación.

Sus ojos ámbar nos observan a todos en la sala y una sonrisa perversa aparece en sus perfectos labios rojizos, dejando ver su blanca y perfecta dentadura. Todo en él es perfecto, al menos físicamente: cabello rubio corto pero, sin embargo, cayendo por su frente; sus ojos; su boca…; su piel es blanca, no hay rastro de bronceado en ella pero, sin embargo no es pálida; su cuerpo, teniendo en cuenta que está sobre un escenario, se ve  alto y sus músculos no son demasiado marcados pero tampoco menudo, es perfecto y eso me molesta ¿Por qué un narcotraficante luce tan perfecto a la vista? Lo ideal sería que fuese feo y viejo, porque su belleza solo hace ocultar sus malas acciones.



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En el texto hay: secuestro, sufrimiento, mafia

Editado: 14.11.2022

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