¿Culpables ellos o culpable yo?
Alice Wood
Cuando despierto por la mañana, Cai está profundamente dormido pero a mí me apetece hacer ejercicio, así que me levanto con cuidado, hago pis, me lavo los dientes y la cara y me cambio de ropa para salir a desayunar algo sano.
He decidido que voy a perder algo de peso pero obviamente de una forma sana, no me voy a matar de hambre ni de hacer ejercicio, solo dejaré de picotear comida basura.
Llego a la cocina y cojo una manzana para salir al patio y sentarme bajo el agradable sol de la mañana.
-Buenos días, jefa- un hombre que viene con un grupo me saluda y yo le sonrío. El resto de los hombres me saludan haciendo un coro.
-Buenos días, chicos.
-Vamos al gimnasio ¿Quieres venir?
-Cuando me acabe la manzana iré- les sonrío y ellos se despiden para seguir su camino hasta el gimnasio.
Yo continúo mordiendo mi manzana roja (Sí, soy TeamManzanaRoja), a mí me gusta mucho Draco pero... ésta está mucho más rica.
Mi teléfono suena con una notificación y puedo leer el nombre a la perfección: Cicatriz.
«Estoy llegando a tu casa. Sal»
Mi corazón empieza a latir con un miedo atroz. No miedo de él o de lo que pueda pasarme sino miedo porque ahora podría decirme que mi madre ha muerto, podría traerme la cabeza decapitada de mi padre o podría decirme que ellos no son los culpables y que seguirá buscando, que mi madre sigue desaparecida o podría decirme que se ha cansado de ayudarme y que no lo hará más.
Pero no sé determinar a cuál de esas tres posibilidades se asocia mi miedo. Quizá tengo miedo de quedarme sola, quizá tengo miedo de enterarme de que mi madre sigue sufriendo o desintegrándose en cualquier oscuro lugar, quizá tengo miedo de que cicatriz deje de interesarse por mí porque eso podría provocar que me mate.
Pero lo que me pase a mí no me da miedo, al menos ya no.
En cualquier caso he caminado hasta la entrada y he abierto la verja donde los dos agentes siguen montando guardia.
Un coche sencillo aparece y mi corazón se encoge cuando para y abre la ventanilla del copiloto. Ese asiento está vacío pero en el lado del conductor hay un cicatriz serio que me hace un gesto para que me monte en el coche. Me giro hacia uno de los guardias.
-Si Cai sale decidle que estoy bien- asiente sin abrir la boca y yo ando con piernas temblorosas hacia el coche. Abro la puerta y me monto tratando de controlar los latidos de mi corazón.
-Tienes miedo- afirma él comenzando a conducir Dios sabe a dónde. Mira hacia la carretera y yo me ato el cinturón con el estómago encogido.
No contesto, sino que cambio de tema.
-¿Qué quieres contarme?
-¿De qué tienes miedo?
-Dime qué quieres contarme, por favor- pido mirando mis manos unidas por el nerviosismo entre mis muslos apretados.
-Te lo contaré cuando estemos tranquilos, princesa- no me gusta su tono. Es como si viera por mí pero eso solo puede ser si...
-Es malo ¿No?
-¿De qué tienes miedo?
-No lo sé- lo miro pero solo puedo apreciar el perfil donde tiene el ojo herido.
-¿No lo sabes? ¿Qué es lo que se te está pasando por la cabeza?
-Pienso en... que mi madre ha muerto y que tu padre, que también es el mío, fue el culpable, que lo has traído aquí como prometiste. Pienso también en que mi madre sigue desaparecida y que tu padre no es el culpable pero que vamos a seguir buscando. Pienso en eso pero que tú te aburres y dejas de ayudarme. Pienso que me quedaré sola al final y que la única salida es la muerte. Y pienso que... no puedo hacer nada para evitar ninguna de las anteriores, que soy una inútil que no puede ni proteger a su madre...- una lágrima cae por mi mejilla pero cicatriz permanece callado-. Mi madre era reservada y casi no me decía nada sobre su vida. Conocía de vista a alguna de sus amigas pero nada más ¿Cómo es posible que una mujer joven, guapa y amable esté sin conocer a nadie durante dieciocho años? Algo pasaba, algo le prohibía tener vida y ¿Por qué pasa esto ahora que yo ya no vivo con ella?- le cuento todo lo que me atormenta y mis teorías- ¿Crees... crees que mi madre solo estaba viva porque tenía que criarme?
No responde.
-¿Crees que alguien la dejó vivir mientras yo estaba bajo su cuidado ¿Crees que... que alguien haría algo así? Y si sí ¿Por qué molestarse? Si quería que alguien me criase con amor y sonrisas sinceras ¿Por qué matarla una vez acabado su labor? En realidad, entiendo que tu padre no quisiera nada de mí porque ya tenía una familia pero... ¿Por qué acabarlo así?
-Es cierto ¿Por qué?- hace una pausa- Quizá tu madre sabía algo y tenían que hacerla callar pero al mismo tiempo no quisieron que te criases alejada de ella. Quizá vieron que era mejor criar a una niña en un hogar estable con una buena familia. Quizá mi padre estaba tan enfrascado en proteger a mi familia que no quiso prestar atención a hijos no legítimos. Quizá simplemente se la sudó. Si lo piensas, cada pregunta tiene millones de respuestas incorrectas y quizá ninguna acertada pero si te comes la cabeza de esa forma te volverás loca.
-Es que creo que ya lo estoy- me mira y su ojo ciego rojo por la sangre brilla con la luz del sol.
Cicatriz rezuma locura y ambos tenemos la misma sangre por parte de padre ¿Y si es algo genético? Eso tendría sentido. O quizá es esta clase de vida lo que nos ha vuelto locos a ambos.
Detiene el coche en los aparcamientos de un parque natural y coge una mochila de un tamaño considerable de los asientos traseros antes de salir. Lo sigo.
Caminamos por el camino hasta unas mesas de picnic de madera. En el parque no hay nadie y las mesas están descuidadas pero nos sentamos el uno frente al otro.
-¿Me lo dirás ya?- asiente con la cabeza.