Cai Becher

Capítulo 39

Adultez ¿Cuándo se alcanza?

Alice Wood

Voy agarrada del brazo de cicatriz mientras caminamos hacia el altar. Todos me miran, mis nervios están latentes, si no fuera por el maquillaje, me hubiese puesto como un tomate hace un rato.

Todos me están mirando: mis damas de honor, el padrino de Cai que es Boomer, Cai... y los invitados junto al cura. No conozco a la mitad. Vale, no conozco a tres cuartos y se me hace raro pensar que la gran mayoría son narcotraficantes, gente peligrosa, aquí, en mi boda.

Me centro en Cai, quien me mira con amor puro y entonces lo tengo claro: esto es lo que quiero hacer. Quiero unirme a Cai por completo. Para siempre.

Llegamos al altar y Cai extiende una mano hacia mí, pero cicatriz habla, bajo pero muy firme:

-Si se te ocurre dañarla, vendré, te mataré y me la quedaré- la promesa de cicatriz es real y Cai solo puede mirarlo, patidifuso, antes de que yo tome su mano, ocultando una sonrisa, y me ponga frente a él, con nuestras manos unidas.

Cicatriz se coloca tras Cai, junto a Boomer, ya que es uno de los padrinos, aunque no lo entienda porque Cai lo detesta, pero a mí me gusta que esté aquí así que no lo cuestionaré.

-Estamos hoy aquí reunidos, en este día tan especial, para presenciar la unión de estos dos jóvenes hijos de Dios. Así que hija, Alice Wood América ¿Quieres casarte con Cai para amarlo...

Habla y habla y no se calla, yo solo susurro un «Sí» sin apartar los ojos de mi futuro marido. Y él hace lo mismo, no deja acabar al cura y anuncia su «Sí» como si casarse conmigo fuese lo único que necesita para vivir.

Y sigue hablando hasta que dice el «Puedes besar a la novia» y engancho la nuca de Cai con mis manos y lo estampo contra mí. Escucho algunas risitas pero, sinceramente, me importa una mierda.

Estoy casada. Estoy casada con Cai.

El día es raro, porque vamos a la cocina con el abogado de Cai y rellenamos un montón de papeleo para cambiarnos el apellido. Los dos.

-Ganchita, ahora compartimos apellidos- sonríe feliz.

-Alice Becher Wood, me gusta- admito.

-Cai Becher Wood, también me gusta- ríe y yo lo abrazo con ganas.

Estoy perdidamente enamorada de este hombre.

¿Qué es el amor? ¿Cómo es amar?

Pues es un sentimiento tan fuerte y desconocido que es casi imposible de definir, pero diría que es tan fuerte y desconocido que es fantástico y aterrador. Se siente como si volaras pero por eso hay que saber que el golpe, será brutal.

El día en que Cai muera... o se canse de mí, yo no sabré cómo seguir adelante.

«Vaya, vaya ¿Huele a relación tóxico-dependiente?» cuestiona mi subconsciente.

«No, mini Alice, solo es el amor y una edad temprana para vivirlo» le respondo.

-¿Vamos ya a comer? Tengo hambre- sonrío con inocencia y él se ríe cogiendo mi mano.

-Por supuesto, señora Becher.

Caminamos hasta la parte de eventos cogidos de la mano y entramos en el comedor, donde ya están todos los invitados a la espera de la comida.

Los ojos de la gran mayoría se posan en nosotros y los de unos cuantos de centran, específicamente en mi escote. No llevo sujetador porque la espalda es de encaje pero tiene el corte perfecto para que me haga más pechugona pero que, aun así, no enseñe nada.

Nos sentamos en nuestra mesa en la que estamos Cai, Helena, Boomer, Clara, cicatriz y yo. La comida es agradable ya que parece que todos hacen un esfuerzo por nos soltar ningún comentario sobre cicatriz y él parece que se está esforzando porque yo esté cómoda.

-¿Cuándo vamos a comernos la tarta?- pregunta Helena.

-Después de comer empieza el baile así que más tarde- explica Cai.

-¿Baile?- pregunta Helena.

-Claro, es una boda- responde cicatriz-. No te preocupes, haré un esfuerzo y bailaré contigo.

-Ya tengo pareja- Helena desvía la mirada hacia la mesa de enfrente, donde está Samu y algunos más del servicio. Él levanta a vista y sonríe al verla.

-Estáis bien por lo que veo- comento.

-Sí, hemos quedado un par de veces ¿Sabías que su familia es de nuestra ciudad? Tiene una hermana pequeña súper guay- sonríe-, justo acaba de entrar en el instituto y hemos estado juntas en varios cambios de clase.

-¿Qué edad tiene?

-La mía, resulta que la expulsaron del anterior instituto por acostarse con su profesor de religión- dice bajito.

-¿El de religión?- pregunta Clara, asombrada.

-Sí pero no era sacerdote ni nada, solo un niño de Iglesia- dice como si fuese mucho mejor.

-¿Y los pillaron?- Boomer entra en el cotilleo.

-¡Sí! Los pillaron en el acto, estaban en el aula tras las clases- comenta como si fuese estúpida por hacer algo así.

Y lo es pero yo no soy la más indicada para decirlo.

Quiero decirle que tenga cuidado con ella, que seguramente solo sea una mala influencia... pero yo soy peor.

-¿Samu tiene algún problema para estar trabajando para ti?- le pregunto a Cai.

-Vino a mí buscando trabajo, quería ir en las lanchas o trapichear porque necesitaba el dinero pero era un niño cuando llegó así que le prometí una buena cantidad de dinero si era el jardinero. Él aceptó y sigue trabajando para mí. Suele irse a casa los fines de semana aunque muchas veces se queda aquí.

-Sí, yo he hablado con él- comienza Clara-, al parecer su madre es drogadicta y su hermana muy problemática. Su padre tiene depresión y a él no le gusta ir a casa porque no quiere ver a su familia mal. Pero les pasa casi todo lo que gana. Yo creo que deberían internar a su madre en un centro de desintoxicación y a su hermana en un reformatorio para que su padre no tenga que ver a su mujer y a su hija destruyéndose a sí mismas, pero Samu es muy sensible con el tema y no quiere separar a su familia.

-¿Cómo se llama la niña?- pregunta cicatriz.



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En el texto hay: secuestro, sufrimiento, mafia

Editado: 14.11.2022

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