La “Reencarnación” de Buda medita como costumbre
Sin hablar y sin oír quejumbre,
La catrina llevaba horas
Tratando de darle a entender
Que debe escoger,
Aunque no estén en sus creencias
Todas esas tradiciones que son unas influencias,
Decidir entre ir al propio infierno
O ir a donde está el borrego más tierno,
Ella se ríe por sus expresiones
Demostrando sin más sus descoordinaciones,
Aquello que le provoca el primer dorado.