Caliginoso

Capitulo 1: Rojo Como La Sangre

-A la cuenta de tres - Dije- 1...2... 3

-¡Ahora¡ - grito Malia y acto seguido todas estábamos bebiendo nuestras cervezas de un solo sorbo.

Malia tuvo un mal trago y comenzó a ahogarse un poco, me levante de mi asiento con rapidez y le di suaves palmadas en la espalda hasta que tiro toda su cerveza encima de Amber que era la que estaba frente a ella. Solté una enorme y sonora carcajada mientras Amber me dedicaba una mirada asesina y Malia parecía estar en coma recostada sobre la mesa.

-Te dije que no debíamos dejarla beber tanto

- ¡Vamos Pria! no es una niña- me repico Amber mientras se trataba de limpiar la cerveza que le había caído encima

-Lo somos, en teoría – le dije

-¿En teoría?

-Solo tenemos 16 Amber

-Shhhh no lo digas en voz alta o nos meteremos en problemas

Rodé los ojos. Para nadie era un secreto nuestra edad, pero eso no importaba cuando se trataba de entrar al Arca, un bar de poca fe, al que solíamos habitar desde el año pasado. Todo había comenzado porque Malia había encontrado en el bar un trabajo de mesera a medio tiempo; para mi mala suerte Amber y yo no estábamos dispuesta a dejarla sola en un lugar como ese y la acompañábamos en sus turnos de trabajo, resulto que nos adaptamos rápido, demasiado rápido al Arca y tiempo después a pesar de que Malia ya no trabajaba allí acostumbrábamos a ir de vez en cuando para pasar el rato.

-Déjate de tonterías y toma a Malia de un lado – la sermonee, mientras tomaba a malia del otro lado para llevarla arrastrando hasta el auto de Amber.

Resulto toda una hazaña llegar hasta el estacionamiento sin dejarla caer en el proceso.

-Recuérdame no dejarla comer tanto en el futuro- dijo Amber mientras abría una de las puertas traseras de su audi.

-Tal vez deberíamos hacer ejercicio- dije, y hubo un silencio que rompimos casi inmediatamente con carcajadas

-Eso no será posible corazón, seria más fácil dejarnos morir de hambre, tal vez Malia debe hacer mas ejercicio

- Touché – dije entrando en el asiento del copiloto- o beber menos- sentencie mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.

Maggie Lindemann sonaba a todo volumen en la radio, mientras Amber cantaba a todo pulmón la letra de Things, yo me dispuse a mirar por la ventana como las gotas de agua caían y recorrían todo el vidrio, pero el volumen estaba exageradamente alto para mi gusto, no me basto más que estirar mi mano y presionar el botón del volumen para bajarle un poco.

-¡Hey!- chillo amber- me gusta esa canción

- ¿Tanto como para quedar sorda? – me queje

- Querida vas a seguir perfectamente bien, te lo prometo – acto seguido desvió su vista del camino para subirle de nuevo al radio a todo volumen, el resto paso tan rápido que solo recuerdo el cambio drástico de la sonrisa de Amber a una cara de completa perplejidad cuando escuchamos un estruendoso sonido y en seguida el auto se sacudió bruscamente de un lado para el otro, Amber tomo con fuerza el volante de tal forma que sus nudillos se pusieron blancos tratando de estabilizar el auto. Pero toda la fuerza que parecía estar usando era inútil puesto que aun seguíamos colisionando, me sujete fuertemente con ambas manos del cinturón de seguridad y sentí como Malia rodaba violentamente hacia adelante y se estrellaba de golpe contra los asientos delanteros y reaccionaba con un grito horrible de pánico justo igual al que yo estaba gritando en ese mismo instante, cerré los ojos esperando que el auto se volteara de porrazo y los vidrios volaran por todo el lugar o alguna de nosotras saliera volando del auto mientras las demás quedábamos encerradas y apachurradas dentro, pero no sucedió, nos detuvimos en seco cuando menos lo esperábamos y nos mantuvimos dentro inmóviles, paralizadas del susto y con el sonido de nuestros corazones agitados a tal punto de ensordecernos, o tal vez solo era mi corazón que latía tan rápido que sentía en cualquier momento se me saldría del pecho, pero eso tampoco sucedió.

Seguramente habían pasado los cinco minutos más largos y tormentosos de mi vida, hasta que Malia soltó en llanto, fue allí que me vi obligada a reaccionar.

-¿Alguna está herida? – pregunte, mirando primero a Amber quien aun sostenía con fuerza el volante delante de ella, seguramente sin tener presente que lo estaba haciendo, ella solo movió su cabeza en negación y preste mi atención inmediatamente a Malia que aún seguía en llanto en la parte trasera, se estaba tapando la cara con ambas manos, me apresure a ella y le quite las manos de allí para poder mirarla a los ojos llorosos.

-¿Malia estas bien? ¿Te paso algo? ¿Estas herida?– que estúpidas eran mis preguntas, por supuesto que no estaba bien, ninguna realmente lo estaba en ese momento. ¿Pero que más podría hacer? Ella solo me estaba mirando mientras las lágrimas corrían libre por toda su cara, y eso me preocupo aún más. – Por amor a dios Malia responde – le grite mientras la zarandeaba de los hombros de un lado a otro.

No respondió. Y yo me di por vencida dando por hecho de que estaba bien. Me gire aun sobresaltada mirando al frente cuando caí en cuenta de que nos habíamos llevado por delante a algo o a alguien, y eso aun debía de seguir allí en medio de la carretera atropellado y posiblemente sin vida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.