Calla Para Siempre - Spin Off

⌘Parte 1⌘

Don't say yes, run away now
No digas que sí, huye ahora
I'll meet you when you're out
Te veré cuando estés fuera
Of the church at the back door
De la iglesia en la puerta trasera
Don't wait or say a single vow
No esperes ni digas un solo voto
You need to hear me out
Necesitas escucharme
And they said, "speak now"
Y ellos dijeron, "habla ahora"

Speak Now (Taylor's Version), Taylor Swift

—TAI—

Cuando vi la invitación en la pequeña mesa del recibidor del departamento de Kai, todo fue muchísimo más real.

Quiero decir: sabía que el mejor amigo de mi hermano iba a casarse. Lo supe desde el momento en el que estaba sentada junto a Kai mientras veíamos una película en el cine, y recibió el mensaje de Alek pidiéndole que lo acompañara a escoger el anillo que le daría a Isabella, su actual novia.

Alek y yo nos llevábamos bien. Cómo se llevarían dos personas cuyo vínculo es un témpano de hielo y el padrino del novio. Pero creo que Alek siempre vio en mí más a una hermana pequeña que algo más.

Y sí, como todo buen cliché, a mí me gustaba el mejor amigo de mi hermano, pero nunca abrí la boca para decir algo al respecto. Principalmente porque desde la secundaria, Alek comenzó a tener novias, terminando con una para tener una nueva a la semana siguiente. Había una larga fila de prospectos que esperaban ansiosas que la chica en turno fallara y cayera del pedestal en el que estaba para tomar su lugar.

Siempre admiré sus relaciones desde lejos, opinando solamente cuando Alek me buscaba para pedirme consejos y sorprender a sus novias con detalles románticos.

Todo fue así hasta que Alek fue admitido en la universidad y terminó mudándose de Sacramento. Él y Kai seguían manteniendo contacto por mensaje, su amistad inquebrantable a pesar de la distancia. Mientras que él y yo solo hablábamos en mi cumpleaños o en el suyo, deseándonos un buen día y poniéndonos al día por un par de horas hasta que alguno de los dos se ocupaba en sus asuntos.

Por eso no me extrañó que cuando al final Isabella aceptó casarse con Alek, yo nunca tuviera una invitación a su boda en el correo.

Kai fue de los primeros en recibirla, junto con un plus one. Tal vez Alek tenía la idea errónea que Kai podría estar saliendo con alguien. Pero al final, Kai me informó que la boda se iba a llevar a cabo en un viñedo en Napa, y que me llevaría como su acompañante.

El viaje fue agradable, con la vista del campo soleado de California, pero conforme íbamos acercándonos al viñedo, había un sentimiento inquietante en mi pecho, jugando con una pulsera trenzada de color rojo que hacía años, Alek nos había regalado a mí y a Kai en nuestro cumpleaños cuando éramos niños.

Kai aparcó y me ayudó a bajar mi equipaje. Toda la recepción del resort donde se llevaría a cabo la recepción tenía un ambiente de fiesta impregnado desde que se ponía un pie adentro: había flores en cada superficie disponible, la gente esperaba su turno para ser atendido y asignada una habitación.

Pude ver a los padres de Alek hablar con sus abuelos, seguramente poniéndose al corriente al haber viajado desde San Petersburgo. Anya lucía una sonrisa radiante, hablando con la que supuse era su madre, sobre todo por la pose tan formal que tenía Yura con ellos.

Yura era una persona agradable. Callada la mayoría del tiempo; a diferencia de Anya y Alek; pero que cuando abría la boca, decía las cosas más hilarantes. Más de una vez lo había visto recoger a Alek de nuestra casa, preguntándome ahora qué obra de arte había creado.

Todo surgió un día que me vio dibujando en mi cuaderno a la salida de la escuela, cuando los padres de Alek y los nuestros se turnaban para recogernos.

Desde entonces, Yura siempre me regalaba cuadernos, estuches de colores y acuarelas en mi cumpleaños, además del regalo obligado que me hacía Alek junto con el de mi hermano.

Le dediqué una sonrisa corta cuando Yura paseó sus ojos azules; del mismo tono bonito que los de su hijo; por la recepción, deteniéndose en nosotros dos por un segundo. Sus ojos se iluminaron y me regresó la sonrisa, girándose hacia su esposa para susurrarle algo al oído.

Anya giró la cabeza de inmediato, poniendo sus ojos en Kai antes de disculparse con sus padres y caminar hacia la recepción.

—¡Kai! —saludó Anya apenas estuvo cerca cuando estiró los brazos para abrazarlo.

Kai apenas profirió un quejido cuando recibió de lleno la fuerza de Anya, regresando de manera incómoda el abrazo. Pero apenas se había acomodado, cuando Anya se separó de él para mirarme.

—¡Estás bellísima, Tailime!

—Gracias, Anya.

El abrazo que me dio fue igual de corto que el de Kai, pero Anya siguió acariciándome los brazos en un ademán cariñoso.

—Me da tanto gusto que hayas podido venir. Le dije a Alek que la boda no iba a ser la misma sin ti presente. Es un alivio ver que logró convencer a Isabella de invitarte.

Eso... fue como un golpe en el estómago. ¿Eso quería decir que no había recibido una invitación, no porque hubiera perdido contacto con Alek, sino porque su novia no quería que yo viniera?




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