⌘Parte 2⌘

Drop everything now
Deja todo ahora
Meet me in the pouring rain
Encuéntrame bajo la lluvia torrencial
Kiss me on the sidewalk
Bésame en la acera
Take away the pain
Quita el dolor
'Cause I see sparks fly, whenever you smile
Porque veo chispas volar cada vez que sonríes

—Sparks Fly (Taylor's Version), Taylor Swift

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Después de la cena de ensayo, decidí tomar un baño en la preciosa tina que había en la habitación.

Arizona y yo encontramos una tienda de relajación junto al spa del resort, por lo que antes de comenzar con el ensayo, nos surtimos de velas aromáticas, sales e inciensos para nuestra propia sesión. Arizona me dijo que ser dama de honor de Isabella le estaba drenando la energía, y que si quería sobrevivir al día que se avecinaba, necesitaba recargar fuerzas.

Con el agua por encima de mi nariz, enfoqué mis ojos en la espuma que se había hecho y que tenía un rico olor a lavanda.

El ensayo de la ceremonia no había sido tan malo, sobre todo porque Luka lo mantuvo bastante llevadero con comentarios irreverentes aquí y allá que hicieron reír a la mayoría, exceptuando a Isabella y parte de su familia. Tal vez el verla tan molesta había sido la causa principal por la que mi estómago se mantuvo sereno mientras caminaba hacia el altar acompañada de su padre en el mismo short y blusa de tirantes que había estado usando cuando nos saludó en la recepción.

Apenas y respiré cuando el reverendo hizo ademán de hacer la pregunta que sellaría el destino de Alek e Isabella para convertirse en los señores Ivanov. Vi a Alek balanceándose en sus pies mientras tomaba a Isabella de las manos.

Odiaba que el organizador me hubiera cambiado de lugar de último minuto, colocándome del lado donde iría la familia de Isabella, porque podía ver perfectamente a Alek de frente.

Lucía nervioso, como cualquier otro novio lo estaría un día antes de su boda, así que me dediqué a darle sonrisas de apoyo moral cada vez que sus ojos vagaban por el lugar y daba conmigo.

Luego, en la cena, el mismo organizador me hizo sentarme junto a un montón de personas que no conocía, pero que eran familiares de Isabella, cuando todos los amigos de mi hermano estaban en una mesa del otro lado del restaurante.

Arizona y Luka casi se pelearon con el organizador cuando intentaron llevarme con ellos, diciendo que podrían apretarse un poco para colocar una silla para mí. Pero el organizador dijo que tenían todo planeado a la perfección, y que no había lugar para mí en ninguna otra mesa y que respetáramos el orden que la novia había decretado.

Hice burbujas debajo del agua cuando no pude retener más el aire.

Solo fue el momento en el que cenamos, porque en cuanto la gente se levantó para charlar, todos los amigos de mi hermano ocuparon las sillas de los primos de Isabella para charlar conmigo.

A veces tenía un delirio de persecución que exageraba las cosas, pero casi podía jurar que Isabella estaba empeñada en molestarme solo por haberme aparecido en su boda. Pero si Alek me había invitado indirectamente con Kai...

Suspiré cuando la temperatura del agua se sintió más tibia que templada, decidiendo que era suficiente el tiempo que me había tomado para mí misma, sino quería que Kai comenzara a golpear la puerta para usar el baño.

La bata que proveía el resort era suavecita y tibia, como si recién saliera de la secadora. Me cepillé el cabello y me coloqué la crema con olor a rosas que, según Arizona, haría maravillas con mi piel.

Cuando salí del baño, la habitación estaba vacía. No había rastro de Kai, y por la falta de movimiento en su maleta, supuse que seguía aún con Alek y los demás en el bar, donde la mayoría de los chicos habían ido al terminar la cena.

Me cambié a mis pijamas, e iba a comenzar a arreglar las cosas que usaría al día siguiente cuando escuché el primer grito.

No era un grito en sí, pero si era alguien hablando muy fuerte a través de las paredes. La voz sonaba amortiguada, y casi no entendí las palabras, pero la mujer que estaba gritando mencionó algo sobre que «si tu madre tanto la quiere, deberías hacerla cambiar de lugar» seguido de más gritos de un hombre, y más contestaciones de la mujer hasta que finalmente, se azotó una puerta.

Por la manera por la que tembló la televisión anclada en la pared de la habitación, supuse que el altercado se había llevado a cabo en la habitación contigua.

Después de un buen minuto de silencio, confirmé que la contienda había terminado, por lo que seguí en lo mío.

Pero apenas abrí mi maleta, escuché la ventana del balcón de la habitación continua abrirse y cerrarse.

Tengo que admitirlo, la curiosidad sacó lo mejor de mí, y me acerqué a la ventana cubierta por la cortina, espiando hacia el balcón continuo para conocer a uno de los protagonistas de la pelea.

Grande fue mi sorpresa cuando en vez de encontrar a uno de los invitados que iba a asistir a la boda, me encontré con el mismísimo Alek recargado en el balcón, los brazos cruzados y colgando del barandal, llevándose la mano hacia la boca y soltando humo que era iluminado por la luz de la luna.