Cuando un pandillero es arrestado en Tailandia, su historia no termina ahí. Las prisiones tailandesas no son el fin del camino, sino una extensión del mismo crimen organizado que reina en las calles. Tras los muros de estos centros penitenciarios, las pandillas siguen operando con las mismas reglas, la misma violencia y la misma jerarquía.
Las cárceles en Tailandia tienen fama de ser brutales, superpobladas y sin derechos básicos para los presos. Sin embargo, para los líderes criminales, estar encarcelado no significa perder poder. En muchos casos, lo aumenta.
El Infierno Carcelario de Tailandia
Las cárceles tailandesas son conocidas por sus condiciones inhumanas. Diseñadas para albergar a 10.000 presos, muchas llegan a tener hasta 30.000 internos hacinados en espacios diminutos.
🔹 Celdas de 50 personas en espacios para 20.
🔹 Falta de higiene extrema: baños sin puertas, enfermedades sin tratar.
🔹 Castigos brutales para los insubordinados: golpes, aislamiento y tortura.
🔹 Comida insuficiente e insalubre: arroz con insectos, sopa aguada sin nutrientes.
"Si no tienes dinero para comprar comida extra o protección, estás jodido. En la cárcel, todo tiene precio."
— Exconvicto de la prisión de Klong Prem.
Las Reglas de las Pandillas Tras las Rejas
Dentro de las prisiones, el crimen sigue funcionando como en las calles. Las pandillas se organizan en estructuras jerárquicas, con líderes que controlan el tráfico de drogas, la prostitución interna y la seguridad de los suyos.
Las principales reglas dentro de la cárcel son:
En algunas prisiones, los pandilleros de alto rango viven mejor que los guardias, con acceso a teléfonos, drogas y habitaciones privadas. En cambio, los presos comunes duermen en el suelo y sobreviven a base de violencia o sumisión.
El Negocio del Crimen en la Cárcel
Las cárceles en Tailandia no son un castigo para los criminales, sino un centro de operaciones alternativo. Desde adentro, los líderes siguen dirigiendo sus negocios en el exterior.
Los negocios principales dentro de la cárcel incluyen:
🔹 Tráfico de drogas: La metanfetamina sigue circulando dentro de las prisiones gracias a sobornos a los guardias.
🔹 Extorsión: Los internos deben pagar cuotas a las pandillas para evitar ser golpeados o asesinados.
🔹 Peleas clandestinas: En algunas cárceles, las peleas entre presos son organizadas como entretenimiento para los líderes criminales.
🔹 Prostitución carcelaria: Algunos presos son "vendidos" como esclavos sexuales a cambio de favores o dinero.
"Dentro de la prisión, hay internos que no han visto el sol en años porque han sido convertidos en esclavos de los jefes."
— Testimonio anónimo de un exguardia de prisión.
Los Centros de Tortura del Estado
Si bien las pandillas controlan muchas áreas dentro de la cárcel, el verdadero terror proviene de las autoridades. En Tailandia, las prisiones tienen zonas especiales donde los presos son castigados brutalmente por los guardias.
🔹 "La jaula negra": Un área de aislamiento donde los internos son encadenados durante semanas sin comida ni agua.
🔹 "La piscina de castigo": Un tanque de agua donde los presos son sumergidos hasta casi ahogarse como método de tortura.
🔹 "El pabellón de la muerte": Un área donde los presos considerados peligrosos son asesinados en "accidentes" o peleas arregladas.
"Un día un preso robó comida de otro. Al día siguiente, lo encontraron colgado en su celda. Dijeron que era suicidio, pero todos sabíamos que no lo era."
— Exconvicto de la prisión de Bang Kwang.
Corrupción Carcelaria: El Verdadero Negocio
Si un preso tiene suficiente dinero, puede comprar una vida más cómoda dentro de la cárcel. Todo depende de cuánto pueda pagar.
💰 Por 500 dólares al mes: Una celda privada con mejor comida y acceso a un colchón.
💰 Por 1.000 dólares al mes: Uso de teléfono móvil y protección de los guardias.
💰 Por 5.000 dólares al mes: Salidas secretas de la cárcel para visitar familiares o seguir dirigiendo negocios.
Algunos criminales incluso "cumplen su condena" desde un hotel de lujo, pagando a los oficiales para que falsifiquen registros.
Conclusión: Las Cárceles Como Universidades del Crimen
Para muchos jóvenes pandilleros, la cárcel no es un castigo, sino una escuela del crimen. Los que entran como pequeños delincuentes salen convertidos en mafiosos de alto nivel, con más conexiones y más poder que nunca.
Las prisiones en Tailandia no solo no detienen el crimen, sino que lo refinan y lo hacen más peligroso.