Calum

V e i n t i u n o

No podía mentir, estaba que me moría de miedo. Me sentía tan asustada que ya hasta la ebriedad se me había pasado. Mi cuerpo temblaba con cada paso que dábamos, buscando la habitación a donde habían metido a Mawi. No me imaginaba que el club pitbull tuviera tantos cuartos oscuros y secretos.

—Insisto en que debimos llamar a la policía
—reprochó Kenia en un susurro, pasos atrás de mí.

Calum iba adelante y yo en el medio.

—¿Y qué les diríamos? "Hola, policía, podrían venir al club nocturno de mi padre, es que se han llevado a mi hermano menor secuestrado justamente hacia allá" —cuestionó el pelinegro, acercándose a la última puerta del pasillo.

—Es muy extraño que lo hayan traído aquí, ¿Crees que sea una lección por parte de tu padre? —pregunté, deteniéndome al lado de él.

—No lo sé, no sé qué está pasando aquí.
—Calum guardó silencio y nos indicó que hiciéramos lo mismo—. Hay que girar a la izquierda, hay otra entrada por ahí donde podremos ocultarnos más fácilmente.

—¿Y si van a matarlo? ¿Nos quedaremos viendo? —indagó Kenia, con una expresión de horror en su rostro.

—¡Kenia! —le lancé una mirada que claramente significaba "cállate".

—Silencio —nos regañó Calum, caminando de nuevo.

Al seguir sus indicaciones nos encontramos con otro pasillo más corto, que al parecer daba entrada al cuarto que él decía y salida directa hacia el club. Lo difícil del asunto era que esa entrada hacia el cuarto parecía más una puerta para perros que otra cosa. Calum se agachó adentrándose a la habitación y nosotras lo seguimos. A este punto no teníamos más opción.

Había una especie de armario casi bloqueando la entrada —que fue donde nos ocultamos para ver— una lampara colgada del techo que difícilmente iluminaba el cuarto, una mesa de metal larga y una silla de madera, que era donde tenían a Mawi sentado y atado de manos y piernas. Kenia y yo nos miramos asombradas al ver sobre la mesa armas, martillos, alicates y paquetes de droga. Además, cuatro hombres armados y una mujer, rodeaban al chico, y el sexto, quien parecía ser el líder, lo amedrentaba con una navaja en su cuello.

—Hagamos cuentas de nuevo, Mawi. Se te entregó un lote que contenía doscientos paquetes de demonios azules, cada paquete trae diez pastillas, reportaste la venta de ciento cincuenta paquetes y misteriosamente los otros cincuenta desaparecieron. —El hombre calvo y de complexión corpulenta acercó su rostro a Mawi, examinándolo de cerca. Luego lanzó una risita—. ¿Crees que el jefe C se va a tragar ese cuento?

—Ya les dije que me entregaron ciento cincuenta paquetes, no doscientos —aseveró el menor de los hermanos Weasley, sin demostrar temor.

Estábamos más asustadas nosotras que él que era el que estaba siendo torturado. Indiscutiblemente la idea de que se tratara un castigo de su padre ya no tenía cabida a este punto.

El hombre lanzó una risita y le clavó la navaja en la pierna, originando que Mawi gritara.

—¿Quieres seguir con este jueguito? Porque tenemos toda la noche para divertirnos contigo.

—Tal vez si le quites unos cuantos dedos se le esfumen las ganas de seguir de ratero —habló uno de los otros hombres, revelando su satisfacción por el dolor de Mawi.

Calum cerró los ojos, mostrándose perturbado por las circunstancias en las que nos hallábamos. No importaba lo que Mawi hubiera hecho ni los problemas que atrajo, finalmente era su hermano y la familia dolía. Lo tomé de la mano, recordándole que estaba ahí con él, acompañándolo y siendo su apoyo incondicional.

—Creo que ustedes olvidan con quién están tratando. Yo no estoy solo y lo que está haciendo su jefe es una declaración de guerra —advirtió Mawi, con una sonrisa diabólica que no comprendía.

Calum me miró, frunciendo el ceño.

—Estás en lo cierto, pequeña sabandija, pero ya sabemos quién lleva la ventaja en esta guerra...

El hombre iba a clavarle de nuevo el puñal, cuando abruptamente la puerta del cuarto fue abierta. Parecía que estuviéramos viendo una película de acción en 3d, solo que aquí sí corríamos el riesgo de muerte. Casi se nos escapó un grito cuando la primera persona que entró por la puerta fue Feid, disparándole con una agilidad brutal a tres de los sujetos, en el pecho y la cabeza. Calum me cubrió la boca para que no hiciera ruido y Kenia se tapó la suya. Un mastodonte de rasgos asiáticos entró detrás de ella, apuntando a los demás y en compañía de dos más, uno de tez negra musculoso y otro que cubría su rostro con un pasamontaña. Ahora los tres que quedaban del bando contrario y los tres hombres que venían con Feid, se estaban apuntando el uno al otro, mientras ella desataba a Mawi.

Cuando Mawi estuvo libre de nuevo, Feid le entregó un revolver. Su pierna sangraba, pero a él parecía no importarle. En ese momento parecía que no había dolor que lo parara.

—Claro que sabemos quién lleva la ventaja...
—Mawi señaló con la pistola al líder, luego al único de sus hombres que aun seguía vivo y por último se detuvo en la mujer.

—No... —pronuncié, sospechando lo que pasaría. Mi boca se entreabrió y Calum tragó saliva con dificultad.

—Nosotros —Mawi finalizó su oración, sonriendo y tirando del gatillo, hiriendo de muerte a la mujer.

El líder lanzó un grito desgarrador, cargado de una furia y dolor tan intensos que casi podían palparse. Tal acto nos hizo entender que ella no era solo parte de su equipo sino significaba mucho para él y que Mawi era consciente de eso. Se había vengado dándole en su punto débil.

Feid se concentró en besar a su novio de manera apasionada y el hombre de tez negra le disparó al último de los sujetos en la pierna. Esa fue la oportunidad que ellos tomaron para marcharse de ahí, con Mawi cojeando y los tres hombres cubriéndoles la espalda.

No me imaginaba todo lo que podía estar pasando por la mente de Calum ante todo este descubrimiento, ni la forma en que se sentía a causa de esta cruda verdad. Ahora Mawi no solo resultaba ser un vendedor de drogas, sino también, un asesino.



#3877 en Novela romántica
#216 en Joven Adulto

En el texto hay: mafia, romance, secretos

Editado: 28.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.