Cámaras, torpezas y un beso

El juego comienza

La sala de diseño del reality parecía sacada de un sueño… o de una pesadilla, dependiendo de a quién le preguntaras. Mesas de trabajo impecables, rollos de telas de todos los colores, maniquíes esperando ser vestidos, y cámaras flotando en cada esquina.

Grace entró la primera, todavía con los nervios a flor de piel, seguida de otras chicas. Había de todo pero cinco chicas eran las que resaltaban:

  • Vanessa, la influencer de sonrisa venenosa.

  • Clara, la tímida estudiante que parecía a punto de desmayarse.

  • Lola, la actriz frustrada con talento para el drama.

  • Daphne, una empresaria que no conocía la palabra “compartir”.

  • Y Amelia… que, por alguna razón, había conseguido entrar como participante de última hora (según ella, para “vigilar” a Grace).

—¿Lista para el espectáculo? —le susurró Amelia a su amiga, con una sonrisa traviesa.

Grace apenas pudo asentir.

Un redoble de tambores llenó el estudio y, de pronto, apareció Robert. Con ese caminar seguro que parecía ensayado desde la cuna, saludó al público invisible detrás de las cámaras y se colocó frente a ellas.

—Bienvenidas al reto —dijo, su voz grave y firme—. Hoy descubriré si alguna de ustedes tiene lo que se necesita para estar a mi lado.

Un murmullo recorrió el grupo.
Vanessa lanzó una risita.
—Qué suerte tienes, Grace. Te traje tu futuro esposo.

Grace bufó, cruzando los brazos.
—No vine por esposo. Vine por el reto.

—Entonces estamos en el mismo canal —replicó Robert, con una media sonrisa arrogante.

Por un instante, sus miradas se cruzaron: ella intentando leer si aquel hombre tenía algo más que fachada, él sorprendido de que alguien no estuviera babeando por él como el resto del grupo.

El presentador irrumpió, excitado como siempre:
—¡Y el primer desafío es… trabajar en parejas!

Todas contuvieron el aire.

—¡Cada una de ustedes deberá, junto a Robert, diseñar un atuendo que represente quiénes son y qué buscan en esta competencia!

Grace sintió que las piernas se le aflojaban. ¿Un atuendo? ¿En equipo con él?

Amelia alzó la mano.
—Perdón, ¿y si una ya sabe coser mejor que todas? ¿Eso le da puntos extra?

—Amelia, por favor —susurró Grace, queriendo hundirse en el suelo.

Robert, imperturbable, recorrió con la mirada a cada participante.
Cuando sus ojos volvieron a detenerse en Grace, arqueó una ceja.
—Tú. Trabajarás conmigo primero.

Las demás protestaron en coro, pero Robert ya estaba caminando hacia ella, entregándole una libreta de bocetos.

—Veamos de qué estás hecha, Taylor.

Grace lo tomó, apretando los labios.
Si cree que me voy a derretir, lo tiene claro…

Detrás de las cámaras, Amelia casi daba saltitos de emoción, como si viera el estreno de su serie favorita.

Mientras tanto, Vanessa susurraba a las otras chicas:
—Esto va a ser divertido.

Y vaya que lo sería.



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En el texto hay: millonario, chica torpe, reality show

Editado: 23.10.2025

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