Al día siguiente, Grace no podía ni asomarse al celular.
Los trending topics eran un festival:
#Gracert (Grace + Robert).
#TorpePeroTierna.
Y un video con música dramática que titulaba: “La mirada que lo dijo todo”.
Los usuarios analizaban cuadro por cuadro el momento en que Robert le había rozado la mano. Había ediciones en cámara lenta, música de telenovela y hasta narraciones épicas al estilo documental de naturaleza:
—“Aquí podemos observar al espécimen Walker intentando disimular que se sonrojó. Noten cómo aparta la mirada con torpeza. Claramente, ya está cazado”.
Grace quería tragarse la tierra. Vanessa, en cambio, parecía a punto de lanzar fuego por los ojos.
—No entiendo cómo alguien puede shippear un accidente —soltó con desdén—. Un tropiezo no es química, es solo… torpeza viral.
Pero en el fondo, ardía de rabia.
El nuevo reto: “Socias por un día”
La producción, que nunca desperdiciaba la oportunidad de exprimir drama, soltó la bomba:
—¡Atención, concursantes! En esta prueba formarán parejas al azar. Y el destino ha decidido que… ¡Grace y Vanessa serán un equipo!
El silencio fue sepulcral. Robert, desde el jurado, casi tosió el café de la risa contenida.
—Tendrán que diseñar un look completo para una editorial de revista —continuó el presentador—. Recuerden: deben colaborar en TODO.
Vanessa sonrió como gata a punto de devorar a un canario.
—Tranquila, Grace. Tú puedes encargarte de… recoger los alfileres.
Grace respiró hondo. No pensaba dejarse aplastar.
—Perfecto, y tú puedes… no sé, ¿posar frente al espejo mientras yo diseño?
Robert se mordió el labio para no reír. El internet, por supuesto, estaba enloquecido solo con el anuncio:
“OMG, las pusieron juntas, esto va a arder 🔥🔥🔥”.
“La torpe vs. la diva. Apuesto mi sueldo que Grace la hace quedar mal sin querer”.
La guerra estaba declarada, y Robert lo sabía: ese reto no iba a ser solo sobre moda… sino sobre quién conquistaba el centro del escenario.