Cámaras, torpezas y un beso

Renacer en la ciudad

El tren se detuvo en la estación principal de la ciudad y Grace bajó con una maleta modesta, pero con los ojos brillando de determinación. Había pasado semanas en su pueblo, curando sus heridas y reencontrándose con la esencia de lo que la había impulsado a soñar: transformar la moda en algo más humano, más consciente.

Y aunque el dolor seguía latente, no todo había sido pérdida. El dinero que había ganado en algunos retos del reality y la cuota de participación —menos de lo que esperaba, pero más de lo que jamás había tenido— era suficiente para cubrir los gastos de su graduación.
Grace Taylor no se quedaría como “la eliminada torpe”. Ella iba a terminar lo que había empezado.

El regreso triunfal

En la pasarela de su proyecto final, con un auditorio lleno de colegas, profesores y reclutadores de grandes firmas, Grace mostró su colección de moda circular: vestidos hechos con materiales reciclados, pero tan elegantes que parecían sacados de revistas de lujo.

Las modelos eran contactos que había conocido gracias al reality, chicas que confiaban en ella y en su visión. Incluso Amelia estuvo allí, como siempre, animándola desde la primera fila con pancarta incluida.

El aplauso fue unánime. Los jurados no dudaron: Grace se graduaba con honores.

La llamada inesperada

Días después, cuando todavía asimilaba la emoción, sonó su celular. Un número desconocido.

—¿Grace Taylor? —preguntó una voz elegante al otro lado de la línea.
—Sí, soy yo —respondió, con el corazón acelerado.
—Hablamos en nombre de Maison Duval. Hemos seguido su trabajo en la academia y su propuesta en la pasarela final. Creemos que su visión encaja con la filosofía de nuestra firma. La moda no debe ser solo estética, también debe ser responsabilidad. Nos gustaría ofrecerle un puesto como Diseñadora Junior.

Grace se quedó en silencio, casi sin respirar. Maison Duval. Una de las casas de moda más importantes de Europa.

—¿Estás ahí? —preguntó la voz.
—Sí… sí, claro que sí. Acepto.

Colgó con lágrimas en los ojos, pero esta vez eran de alegría.

Un nuevo comienzo

La vida le sonreía. Tenía trabajo en una firma internacional que compartía sus ideales, había cumplido su sueño de graduarse y, sobre todo, había demostrado que podía hacerlo sin necesitar la aprobación de Robert Walker.

Aunque, en lo más profundo de su corazón, todavía dolía pensar en él, decidió guardarlo como una cicatriz más de su historia.

“Ahora empieza mi verdadera pasarela”, pensó, mirando al horizonte de la ciudad que una vez la había rechazado, pero que ahora la recibía con los brazos abiertos.



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En el texto hay: millonario, chica torpe, reality show

Editado: 23.10.2025

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