En un mundo donde lo extraordinario se escondía en la penumbra de lo cotidiano, la historia de Cambell Rouse se entretejía en una tela de misterio y magia.
Su existencia, desde el primer destello de su mirada azul hasta las poderosas explosiones de su magia, estaba envuelta en un velo de secretos profundos y oscuros.
La comunidad en la que nació nunca fue consciente de su singularidad... o al menos, eso creían.
Durante años, vivió una vida sencilla, su vestido celeste ondeaba al viento como un recordatorio constante de esa singularidad, mientras la flor azul en su cabello rosado parecía estar en sintonía con el latido del mundo que la rodeaba.