Habían aparecido en otro sector del bosque, lejos de donde estaban hace un minuto. Sasuke soltó a Naruto parcialmente ya que seguía sujetándole la muñeca derecha con su mano izquierda. El ninja rubio no entendía nada y su amigo no se molestó en explicarle. No obstante la mirada de Sasuke le decía bastante, algo importante tenía entre manos para actuar así.
- Sasuke ¿Qué sucede? ¿Dónde me trajiste? ¿Cómo es eso de que me encontraste si fuí yo quien te estuvo buscando todo este tiempo? ¡Dime Sasuke!
¿Cómo explicarle algo que ni él mismo sabía ni entendía? Imposible. Además Naruto se caracterizó por ser alguien que nunca escucha ni entiende las cosas. El ninja emo suspiró profundo. Tenía que hacer aquello y rápido.
- Escucha yo...olvídalo, no lo entenderías Naruto
- ¡Suéltame Sasuke! ¿Dónde me trajiste? - Naruto frunció el ceño, en verdad estaba molesto - Te hemos estado buscando por todas partes
- Mira yo...es que..no sé cómo decírtelo
Aquello preocupó al ninja rubio quien lo miró asorado. Para que Sasuke haya decidido dejar de eludirlo y no solo presentarse ante él sino llevarlo consigo debía ser algo serio. Naruto cambió su expresión para mostrarse más serio. Dejó sus emociones de lado.
- ¿Qué pasa? Te escucho
Sasuke volvió a verlo muerto, volvía a sentir aquel vacío en su pecho. Ese desesperante sentimiento comenzó a asfixiarlo nuevamente. Volvió a oir su voz retumbar en su cabeza pidiéndole ayuda desesperadamente. Sasuke empujó a Naruto contra el árbol y golpeó el tronco con su puño derecho a la altura de los ojos de su amigo. Estaba desesperado
- ¡No dejaré que mueras! - aquello lo gritó con intenso sentimiento y dejó shockeado a Naruto. Ahora entendía menos que antes - Naruto yo...fuí tan estúpido... perdóname.
- Sasuke
Sasuke colocó su dedo índice en la mejilla de su amigo y empezó a seguir las líneas que tenía marcada en ese lugar con increíble ternura. Su mirada reflejaba un intenso dolor, acariciaba a Naruto en un desesperado intento por comprobar que estaba efectivamente vivo. No entendía por qué su propio corazón latía tan fuerte mientras sentía la entrecortada respiración de Naruto.
- Perdóname...Naruto - pasó sus dedos por esa rubia cabellera con tanta suavidad como si temiese lastimarlo si se descuidaba un segundo. - No sabes lo que se siente verte morir en mis propios brazos...esta angustiosa desesperación me está...está matandome...
El corazón de Naruto comenzaba a latir con más normalidad al ver la sinceridad en la mirada de su amigo, y por alguna extraña razón no le molestó su nueva forma de tocarlo. Estaba más que confundido y no le dió importancia a ello. Pero seguía paralizado, no podía ni quería moverse. Sentia los dedos se Sasuke bajar de su dorada cabellera a su mejilla para deslizarse hacia su garganta y subir nuevamente hacia su mentón. Sintió cómo empleaba el dedo gordo para acariciar sus labios.
- Sasuke - pero no pudo seguir hablando ya que él colocó su dedo índice en sus labios como si fuese un amante. La respiración del ninja emo empezaba a entrecortarse. Él, lentamente, se fue acercándo hasta rozar sus labios en el lóbulo de la oreja izquierda de Naruto
- Te prometí cambiar tu destino y eso haré
Luego se alejó un poco para mirar el desconcierto en el rostro del ninja rubio. Directamente estaba shokeado ya que apenas respiraba. Sasuke sonrió con picardía mientras colocaba su mano derecha sobre el corazón de Naruto para comprobar que empezaba a latir con mayor fuerza otra vez.
Subditamente Sasuke sintió un intenso deseo de prolongar aquel íntimo momento, no podía ni quería sacarle las manos de encima literalmente. Este extraño sentimiento lo asombraba a él también. ¿Desde cuándo sentia eso por Naruto? Cerró sus ojos y se ordenó a sí mismo controlarse recordándose que tenía una importante misión por cumplir. Cuando pudo lograrlo los abrió nuevamente para volver a ser el frío ninja que solía ser. Este cambio le dolió a Naruto quien dijo:
- ¿Qué fue todo eso Sasuke? Suéltame
El ninja emo no pudo evitar de sonreír al ver que su amigo era tan sincero. No ocultaba nada, transparentemente honesto.
- Mira - le mostró el tatuaje del sol negro de su mano derecha - Es tu poder y debo devolvertelo para empezar a cambiar tu destino
- No entiendo nada de lo que dices Sasuke. ¿Qué es eso del destino? ¿Cómo es que me viste morir en tus brazos? ¡No sé de qué me hablas!
- Te dije que no lo entenderías
- ¡Explicate mejor!
- No puedo porque ni yo mismo lo entiendo
Diciendo esto sujetó la mano derecha de Naruto con la suya propia e inmediatamente una luz dorada emergió de él y los envolvió a ambos hasta ir centralizandose solo en las manos de ellos. Naruto empezó a sentir intensos y desesperantes dolores que le recorrieron todo el cuerpo. Sasuke pudo soltarlo al cabo de unos segundos y comprobar que ya no tenía el tatuaje del sol negro. Pero Naruto empezó a gritar y temblar debido a esos intensos y fuertes dolores que iban en aumento. El manto del chakra rojo comenzó a envolverlo al tiempo que sus ojos se volvían de un rojo escarlata feroz. Pero Sasuke utilizó su Sharingan para entrar en la mente de su amigo y frenar al Kyuubi quien también sentía los mismos dolores que Naruto.
- Eres poderoso Kyuubi - decía Sasuke - No salgas, ya pasará. Resiste un poco más y...retorcerse
El manto del Kyuubi desapareció y los ojos de Naruto volvieron a la normalidad. Pero él seguía temblando, hasta que sus energías lo abandonaron y perdió el conocimiento. Sasuke lo sujetó al tiempo que sentía a los de Konoha cerca. Tenían que esconderse. No dejaría que los interrupiesen hasta haber aclarado algunas cosas. Agarrando a Naruto con fuerza se alejó de allí abriendo el portal dimensional con su Rennigan.
Reaparecieron en otro sitio cerca de una cueva. Las nubes grises se agolparon al tiempo que el viento trajo olor a tierra mojada. Sasuke se refugió en el interior de esa cueva donde colocó a Naruto en el suelo y encendió una fogata. La tormenta no tardó en aparecer. Aquello lo favorecía ya que obstaculizaba a los de Konoha. Procuró que él entrase en calor. Estaba pálido y aunque los temblores habían disminuido seguían atormentadolo. Sabía que sufría, eso se notaba a simple vista. Pero ¿Qué podría hacer para evitarle aquello? No se le ocurría otra cosa más que sentarse a su lado y acariciar su dorada cabellera cada tanto. Parecía un ángel, esto dibujó una sonrisa en el rostro del ninja emo.