“Me llamo Cho Midari y cada atardecer me visto de seda, cual una princesa que espera a su príncipe. Soy sensible con una personalidad que podría decirse agradable. Soy mansa y dulce. Me encantan las moreras y aún no sé porqué me deleitan tanto sus hojas. Me siento sola porque quienes viven a mí alrededor duermen todo el tiempo. Soy la única que ha despertado. No me animo a irme de este lugar, temo abandonar a mi pueblo. Hoy apareció una niña y me introdujo adentro de un frasco. Tenía tanto miedo que mis alas se agitaron fuertemente hasta que me cansé y desistí de escapar. La niña me explicó que mi hogar era un campo de gusanos de seda y que yo había despertado antes de tiempo, me había convertido en una mariposa y me había salvado de morir. Ahora vivo en el palacio de un rey y soy la mascota favorita de la princesa.”
Los cambios forman parte de la vida y nos ayudan a crecer. Cultivemos cada día sabiduría en el corazón y así podremos contarlos con alegría para que el resto, de los que están adormecidos, despierten a la vida.
por Valeria O.
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Escrito el 24/05/2019
F A C E B O O K: “Escribiendo entre las nubes”
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