Cambiar por Ti

Capítulo 15

Aún recuerdo cuando entré... bueno no fue hace mucho creo que unos meses... ¿verdad?

Entré siendo una empleada. Y con los días me aceptaron.

No volví a saber más de mis padres... o mejor dicho, los que eran. De verdad me dejaron mal. Me prometieron que volverían por mí y... nada.

Ahora entiendo cuando discutieron tiempo atrás el señor Lombardi y Stéfano sobre nuestra relación.
Sebastián jugaba con las chicas, no las tomaba enserio. Pero Stéfano, no hace eso y prometió no hacerlo.

Ya me acostumbré un poco a no dormir tanto en la noche. Sí, es malo. Anoche no pude cerrar ni un ojo. Nervios, es lo que tenía... y aún los tengo.

Como siempre me miro una vez más en el espejo antes de dar por finalizado estar lista.

En la mañana me hicieron un cambio.

Cambié de color mi cabello y lo cortaron por arriba de la cintura. Ahora es un amarillo claro. Sigue ondulado, no hay forma de plancharlo.

Llevo un vestido vino tinto, bien largo, los guantes son de color carmín y zapatos de tacón negro. Una combinación muy bonita..
El maquillaje está bien, maquillaje de noche, como solía pintarme antes.

Tocan la puerta y voy a abrirla.

—¿Lista? —asiento mostrándole cómo estoy—. Muy hermosa, Safira.

—Usted no se queda atrás señor —me mira emocionado, no lo veo y me abraza.

—Ha pasado todo rápido.

—Lo mismo pienso —correspondo su abrazo algo extrañada. 

—No debí alejarme todo este tiempo. Quiero lo mejor para ti —sonríe algo apenado—. Y me di cuenta que Stéfano es el indicado.

Me separo un poco para verlo. —¿Aprueba... nuestro noviazgo?

—Sí, Safira —sonrío emocionada, el ríe un poco separándose—. Hay que irnos.

—Vamos.

Llegamos a las escaleras y todos están abajo esperando. Escalón por medio hay un guardia, en cada lado. Está muy protegido el lugar.

Bajamos con cuidado, yo tratando de no caer con los tacones ya que se me dificulta un poco por el vestido.
El señor toma mi mano y deja un beso, luego se la pasa a Stéfano, este repite lo mismo pero al terminar junta nuestras manos entrelazando nuestros dedos.

Se adelantan los demás. Veo que suben al primer auto y se van.

—Estás preciosa, Safira.

—Vos igual —está muy pasable, ese traje azul oscuro y camisa blanca... resalta mucho sus ojos y la belleza que porta.

—La primera vez te saqué la máscara y ahora tengo el honor de colocártela —observo la máscara, es negra con algunos diamantes en el contorno como adorno, me lo coloca con delicadeza y deja un beso en mi cuello—. Ahora si está todo.

Siento que el corazón se me va a salir. Ay ya me acobardé.

—Respira. Piensa en otra cosa.

—Tengo miedo.

—Estaré a tu lado, al igual que José.

Bueno eso me tranquilizó.

Llegamos a otra mansión... Enserio, ¿cuántas mansiones hay por aquí? Esta es más grande aún y negra, completa. Pero sí muy iluminada. 

Muy raro.

Entramos por la parte de atrás.
La seguridad está muy reforzada.
Stéfano y José no me sacan los ojos de encima. Me incomoda un poco.
Entramos a un salón chico en donde está todo oscuro. Escuchamos que alguien habla por el micrófono del otro lado.

—Suerte Safira —José apoya su mano en mi hombro dando un pequeño apretón. 

—Suerte amor —sonríe guiñando un ojo.

—Gracias y, gracias por todo lo que han hecho por mí. 

—Y eso que aún no has visto nada —miro a Stéfano sin comprender. 

Abren las puertas. El lugar es muy grande, hay bastantes personas. La decoración es muy hermosa, elegante y formal. Cintas rojas, negras y doradas cuelgan de algunos lugares. Las paredes blancas resaltan más el lugar, al igual que los candelabros grandes que penden del techo. 

Reacciono al escuchar mi nombre.

Me coloco justo donde está el micrófono, en el medio del lugar, y me preparo para hablar.

Tomo aire y comienzo. —Buenas noches. Quiero darles las gracias a todos por asistir a la gala. Como saben, es muy importante esta noche. Hoy dejará el mando el señor Riccardo Lombardi, lo cuál me entregará su lugar. He aceptado formar parte de esto y me siento alegre, lo esperé por mucho tiempo y ahora llegó. Espero poder llevar las cosas bien, poder mantener el control con todos y con mucha comunicación —hago una pequeña pausa tomando aire nuevamente al ver que los nervios me estaban invadiendo—. Aquí estoy. "La futura guía", la que los ayudaré y haré que los Lombardi podamos ser mucho más. Por eso, yo, Safira Lombardi, juro poder defenderlos, acompañarlos y serles fiel a todos. Acepto ser una mafiosa, ser parte de ustedes, estar con ustedes.

Todos aplauden y luego hacen una inclinación.

Voy al lado de los chicos y ahora habla el señor Lombardi.

—Buenas noches, agradezco su presencia. Hoy es una noche importante. Celebraremos el nuevo cargo de Jefe de la mafia. Esta noche dejo mi mandato y pasa a la señorita Safira Lombardi. Muchos hablaban sobre "La futura guía", y en un rato la conocerán mejor. Llevo pocos años como jefe en el grupo Lombardi. No podré guiar más aquí en Italia, sólo en el exterior. Quiero agradecer a todos los que me han apoyado —logro ver que deja unos guantes negros y un anillo de oro—. Yo, Riccardo Lombardi, dejo el mando como jefe de la mafia. Gracias a todos.

Todos aplaudimos y nos hacen a los cuatro ir hacia adelante. Y ahora el presentador habla.

—Riccardo Lombardi deja su mando, su poder en manos jóvenes, en manos que nos guiarán bien. José Leone, nuevo ayudante de la nueva jefa. Stéfano Amato, mano derecha y tesorero —una chica alta, rubia, con su vestido negro largo, trae una bandeja de plata dejando ver unos guantes blancos y el mismo anillo que había dejado anteriormente el señor Lombardi.

—Safira —extiendo mis manos aún algo aturdida por esto que no sabía. El señor Lombardi coloca el anillo y luego los guantes.

—Ahora, damas y caballeros, presentamos a la nueva jefa de la mafia. Safira Lombardi.

Me saco la máscara y todos se sorprenden al verme. ¿Qué, soy hermosa? Eso lo sé. 




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