Narrador Omnisciente:
"No dejes que tus sentimientos te ganen, cuando es asunto serio, olvídate de eso... tu postura es lo primero"
Las palabras del señor Lombardi hacen eco en sus pensamientos, hace que vuelva a la realidad.
Cómo no recordar al chico ese que robó su corazón y la ilusionó.
Fue hace bastante tiempo.
Pero ella, ya está en una situación de desición.
Su mente dice algo, pero su corazón no sabe que elegir.
Una ilusión del pasado, un amor del pasado, o una propuesta por tranquilidad y paz.
Sabía que si elegía la última opción, su vida se convertiría en un infierno, no sólo por ella, sino por los demás también. Las indirectas, las miradas asesinas, los desafíos, se harían más presente si hace tal cosa que produzca eso.
Lombardi y Fiore, armaría una guerra tan sólo unir a los dos grupos.
Estaba metida en su propio dicho: "Contra la espada y la pared".
Estaba encerrada.
¿Qué camino tomar? ¿El bien de todos?, ¿el bien de ella? ¿Cuál?
Al pasar los días, Safira seguía en sus pensamientos. Cada rato se perdía por sólo pensar en el futuro de los otros. Se preocupa por los suyos, más que la vida de ella misma. En sus manos tiene el poder, un poder que jamás imaginó, un poder del cuál juró proteger y defender.
Su vida no es fácil. Para llegar a todo esto, tuvo que dejar su vida antigua por pertenecer a esta.
Pero una pregunta andaba por su cabeza, una en la que piensa esa respuesta y después no le importa.
¿En realidad he cambiado?
¿La niña dulce, amable, bondadosa, carismática, seguía ahí? Si... no... tal vez...
No obstante, la vida de Stéfano también estaba en juego. Safira quería que hiciera una cosa, que para ella es simple, pero para él esa idea los pondría en peligro. No quería pasar por lo mismo que su antiguo amigo y compañero, José.
Si llegaba a salir algo mal, seguro que los separarían. Eso implicaría no volver y separarse de lo que más quiere, a Safira.
Desde la primera gala, él estuvo pendiente de ella todo el tiempo, porque sí la amaba... pero su corazón ya le estaba diciendo otra cosa: Déjala ir...
Pero su mente le decía que no, que no se rindiera, que en algún momento los dos quedarían juntos sin importar las cosas.
Se había enamorado de una chica con dos años menos que él. Pero admiraba su coraje, su forma de expresar sus sentimientos, su alegría, todo de ella. Safira fue el motivo por lo que cambió su vida. ¿Pero debe dejarla?
¿Qué debía hacer?
El casamiento es falso. Sólo lo hacían porque en los Fiore y Lombardi siempre tenían esa costumbre. Era una tradición.
En las veces anteriores no le importaba, pero esta sí. Él sabía que algo le pasaba a Safira. Lo vio cuando hablaron de la propuesta. Mostró una mirada melancólica a Sebastián. Como si se hubieran conocido de antes.
Eso provocaba que sonaran las alarmas en su cabeza.
Sergio también estaba en una situación en la cuál no sabe qué eligir.
Su corazón lo estaba traicionado. Su mente no quería admitir, pero muy en el fondo lo sabía. Estaba enamorado de Safira Lombardi. Una chiquilla algo difícil de domar, y una situación difícil también, ya que los dos son grupos enemigos. Su relación no podía funcionar... o tal vez si.
—Es muy fácil de engañarla. No habría problema —comenta José.
—¿Qué tanto la conoces? —lo mira interesado Fiore.
—Demasiado, señor.
—Estuviste poco tiempo con ella.
—Pero es muy fácil de expresar y leer sus intenciones y emociones. Confíe en mí.
Si confiaba en él. Pero algo le decía que no hiciera tal cosa. Sólo quedaba dos días para el casamiento, pues este, era el verdadero.
Todos estaban asustados y nerviosos. La desición está en manos de Safira, un paso en falso y todo acabaría.
Pero hay alguien que guardaba un secreto, alguien que escondía un as bajo la manga, lo que cambiaría mucho para todos.
Y sólo el tiempo... lo revelará...
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Editado: 31.03.2024