Cambié de Opinión

06: Como tu esposa

Guadalajara, México.

Lunes 11 de abril, 2024.

¿Cómo demonios habían acabado en la presente situación? Es decir, ya era terrible que se hubieran separado del grupo o que se perdieran como niños, alejándose del guía turístico por puro capricho y terquedad. Sin embargo, Maddox no comprendía totalmente cómo es que terminaron en un lugar de dudosa reputación donde las peleas ilegales abundaban. En ese instante, nada los afectaba hasta que… un gordo tipo el personaje de Majin buu de Dragon Ball se le apareció buscando pelea y lo arrastró hasta el ring de boxeo.

—¡Hey, Nova! ¡Nova! —le susurró angustiado, estando en la plataforma mientras un muchacho menudito lo ayudaba a colocarse los guantes de box. Su esposa, cuya belleza hipnotizó a los nativos, se encontraba siendo adorada con atención que aumentó y colmó su ego aunque la muchacha no entendiera ninguna palabra. —¡Mujer infiel! ¡Te estoy llamando, ayuda a tu marido! —le llamó la atención, experimentando cómo el estómago se le revolvía. Nova que fingía no escucharlo, lo ignoró, calmando a su séquito de adoradores:

—Está tan muerto del susto, ese imbécil, que ya alucina con tenerme como mujer. —se lamentó. —Espabila —se negó a reconocerlo como marido, no aceptando su nuevo estado civil. Esto enfureció al Maddox, conllevando a que su rostro se tiñera de rojo y las venas de su cuello sobresalieran. El hombre continuó llamándola hasta que Nova se vio obligada a acercarse: —¿Y? ¿Qué quieres? —se miró las uñas, restándole importancia a la situación.

—¡¿Cómo que qué quiero?! ¡Ayúdame! —no le interesó su dignidad o ser objeto de una mirada juzgadora del muchacho que lo estuvo asistiendo con los guantes. Nova enarcó una ceja, interpretando a una doncella en apuros:

—¿Aún eres hombre por pedirle ayuda a una mujer, cuya contextura es mucho menor a la tuya y que es frágil como un cristal, para que te salve y se enfrente a un tipo que parece ser una muralla impenetrable? —recitó como si lo hubiera ensayado. Maddox gruñó, acusándola:

—¡Debes tomar la responsabilidad! ¡Tú insististe en venir! —le echó la culpa, forzándola a ser consciente de su adicción por los problemas, dado que Nova vio la barra de alcohol y no dudó en meterse. Cuando él intentó detenerla, ella hizo un escándalo gritando que era un acosador que no la dejaba de molestar y aunque intentó defenderse, argumentando que estaban casados, nadie le creyó. —¡Nova! ¡No te hagas la santa que bien que has practicado boxeo y karate! —mató su imagen de princesa en apuros, lo que provocó que la mujer hiciera una mueca y se retirara matando su esperanza. A Maddox se le bajó la presión tan pronto como se anunció:

—La siguiente pelea es entre el guerito y Majin buu. —introdujo al público.

Aunque Maddox se aferró a las ligas del ring, fue arrastrado frente al tipo que estaba apretando sus puños, cuya advertencia lo hizo tragar duro:

—Aquí te enseñaré a no molestar a las damas. —se etiquetó como un héroe de la justicia y defensa de las mujeres. Aunque Maddox no tenía nada que envidiar a ningún hombre, se encogió ante tremenda muralla China enfrente suyo y de reojo, vio y escuchó a Nova decirle, estando rodeada de hombres que morían por una mirada suya:

—Demuestra esa hombría. —lo animó, burlándose entre risas. Maddox la maldijo, deseando ser brujo para hacerle un amarre. De esa manera, no tuvo más tiempo, dado que el árbitro quitó la mano que los separaba, puntualizando:

—Uno, dos, tres… ¡peleen! —dio luz verde, dándole a entender con esas pocas palabras en inglés que la pelea empezó. Lo primero que hizo Maddox fue estar alerta, caminando en círculos mientras se mantenía en ese mismo ritmo con Majin buu que soltó:

—¿Tan cobarde eres que no atacas? Pero sí tienes huevos para andar molestando a una mujer. —lo reprendió verbalmente. Las facciones de Maddox se endurecieron, no entendiendo ni una sola palabra por la barrera del lenguaje, sin embargo, estaba en sintonía con su lenguaje verbal. —¡Cobarde! ¡No piensas que tu madre, hermana, prima o hija pueden pasar por lo mismo y se lo haces a otra mujer! —se indignó, partoleteando de más. Entonces, Maddox malentendió algo. Estuvieron como diez minutos andando en círculos sin darse cuenta que el tipo estaba despotricando de él y el público no hacía más que abuchearlo. Fue ahí que pensó:

“Ah, no es una pelea físico, sino verbal”

Apeló a que debido a las diferencias entre costumbres y culturas, tal vez aquí en México las peleas clandestinas eran verbales y que los guantes era un tipo de símbolo respecto a que las palabras dolían más que los golpes. Entenderlo así lo ablandó bastante, por lo que lo imitó con confianza y declaró:

—¡Ya dije que esa mujer es mi esposa! —se defendió en inglés. —¡Si todo el mundo supiera cuán difícil es vivir con ella, entonces me estarían defendiendo a mí! —se vio afectado. Desde lejos, Nova se levantó con pesar. —¡Es una mujer muy egocéntrica, no es manejable y es demasiado codiciosa! ¡Si no estuviera casada conmigo, habría tenido un harem de hombres! —la atacó aunque no estuviera en la pelea y así transcurrieron unos minutos en donde el tipo se quedó atónito no entendiendo lo que despotricaba el guerito. Maddox sonrió, creyendo que ganó la pelea y alzó ambas manos, cometiendo el error de darle la espalda y bajar la guardia. Aún así, se entusiasmó cuando Nova se acercó al ring. A continuación, le dijo: —¿Viste, Nova? ¡Un guerito como yo ganó y… ! —no terminó la oración, porque Majin buu lo noqueó y cayó como pesó muerto.



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En el texto hay: matrimonio, embarazo, maldición familiar

Editado: 17.09.2024

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