Cambiemos nuestro destino

12- Rota

-Carla dime una cosa, ¿quién es esa pija?- preguntó Lia, la mejor amiga de Carla junto a Cloe

Las dos observaban a Mónica desde lejos. Mónica esyaba sentada en la mesa de la cafetería donde habían quedado todas.

-Parece una modelo.

-Seguro que es una de esas rubias niñas de papá.¿De dónde la has acado?

-Antes de nada, se llama Mónica.-a continuación Carla se carraspeó la garganta.-¡Ahora dejar de ser tan chismosas y pasar! No hagais nada de vuestras estupideces.

Carla arrastró a las dos hacia la mesa. Mónica vestía unos vaqueros de campana, un tob blanco y unas gafas de sol. Tenía unos pendientes de perla y el pelo perfectamente recogido en un mono. Se levantó las gafas de sol mientras pegaba un buen sorbo a su bubble tea.

-Hola, Mónica-saludó Carla con una gran sonrisa.- Ellas son Lia y Cloe. Son unas amigas mías.

-Holi.- Mónica miró a las dos de pies a cabeza un par de veces.- Vaya conjuntos...Pero bueno, se puede arreglar. ¡Encantada!

Lia y Cloe dudaron un poco si sentarse al lado de aquella chica. Cuando Carla tomó asiento, ellas también lo hicieron. Luego, llamaron al camareron y pidieron us bebidas. En cuestión de segundos los cafés y los tés estaban servidos.

-¿Ellas son las chicas de quién me hablaste?

-Sí, dijiste que las querías conocer.

-Siento interrumpir vuestra conversación...-intervino Lia- ¿pero de qué os conoceí?

Lia no se cortaba ni un pelo en decir algo. Ella soltaba lo primero que pensaba indiferentemente de la situación. Si algo tenía que decir, lo decía.

-Nos conocimos hace unos días en su fiesta de compromiso.-informó Mónica.

Lia miró a Carla pasmada. Cloe e sintió traicionada porque en ningún momento se le avisó e invitó. Carla trató de buscar una explicación. Mónica, notando su incomodidad, siguió hablando para aclarar las cosas.

-Era una fiesta privada que ha organizado su suegra y en ningún momento iba a tener encuenta las peticiones de Carla.

-¡Oh! Eso explica muchas cosas. Por eso no has hechado solicitud en la universidad.-supuso Lia.

-¿De verdad no vas a ir a la universidad por que estas comprometida?

-De hecho me voy a ... casar en nada... Es complicado.

Las dos se quedaron con los ojos muy abiertos y quietas. Hubo un silencio incómodo. Se podía escuchar a Mónica tomarse su bubble tea a través de la pagita. Carla sintió un nudo en la garganta. Se limitó a sacar su teléfono y abrió en wassap de su madre. Luego puso la foto de Leo que su madre le había compartido.

-¡Uff! Es un chico mono.-Cloe se tomó un buen tiempo para mirar la foto.-¿Cómo se llama?

-Leo.

-Hasta su nombre es bonito. ¿Tú le conoces Mónica?

Ella asintió y empezó a hablar sobre Leo brevemente. Carla mantuvo su sonrisa y tan solo escuchó la conversación. Devolvía con un gracias los elogios y felicitaciones de sus amigas. Aguantó hasta que ya el nudo en su garganta se desplazó a su estómago y ya era insoportable. Se disculpó para ir al baño de inmediato. Lia informó que iba a acompañarla. Antes de marcharse lanzó una mirada a Cloe y ella captó el mensaje. Las dos ya sabían que todo era raro.

El baño de chicas olía a limón, pero era igual de sucio que cualquier otro baño público de los establecimientos. Lia vio a Carla tapándose la cara con sus manos.

-¿Qué ha pasado?

acturas médica de su madre.

-Ese tal Leo parece rico. ¿Te casas con él para ganar dinero y pagar las deudas que tienen tus padres?

-No... No, exactamente...-Carla aún sollozaba ligeramente.-Es que...

Lia se quedó al lado de Carla y no dijo nada. Iba a dejar que fuese Carla que hablase lo que ella decidiese y cuando ella Carla negó con la cabeza. Lia se acercó y obligó a Carla a mirarla a la cara. Le dejó su tiempo para que e tranquilizara. Tomó un tiempo explicar cómo su padre la había usado como moneda de cambio y cómo ella había cedido sin rechistar por su madre, para lograr pagar su tratamiento. Si se casaba con Leo, pasaría a formar parte de su familia y se haría rica. Tendría dinero para pagar las fdecidiese.

Lia no sabía que decir o acosejar a su amiga. Era una de esas situaciones con la que uno empatizaba con las desgracias ajenas que no tenían solución. Era una de esas situaciones de la miseria.

-Esto es una mierda... ¿Y si mi madre se muere resultando que el tratamiento es inútil? Me veré atada a un hombre que ni siquiera amo...

-Pero te podría divorciar.

-¡No! Son una familia muy rica y probablemente vayan a por mi padre y mis abuelos... Tampoco quiero eso, no quiero perder a mi padre tampoco...

-No sé como puedes querer a tu padre después de lo que ha hecho...

-Porque sigue siendo mi padre,Lia. Es por eso que me duele tanto...



#6738 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, drama, matriminoforzado

Editado: 02.11.2025

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