Cambio a mi esposa por otra

Capítulo 4

—Theo, cuanto tiempo sin saber de ti —me moví en mi silla, ella se escuchaba incomoda —Me sorprende que desees hablar con Malena, nunca han sido cercanos.

—Hoy he estado recordándolas y quería saludarla a ella y sus hijos —Hubo silencio al otro lado de la línea, luego un profundo suspiro.

—Creo te has confundido, Malena no tiene hijos, aún está soltera 

Mi corazón se acelera, no existían mis hijos. 

—Pensé tenía hijos, lo siento.

—No te preocupes, voy a salir Theo, te cuidas —término la llamada y yo baje mi cabeza. Malena no tenía a los niños...ellos no existían, un dolor se alojó en mi corazón, tenía tan vivo en mi memoria, las sonrisas de ellos. Cada noche les daba un beso en sus frentes, mientras me rodeaban el cuello con un abrazo.

—Theo —levantó la cabeza y veo a la mujer morena, con el ceño fruncido frente a mí —Me ha dejado plantada —coloca sus manos en su pequeña cintura —Quedamos en que pasaríamos el día en mi apartamento, pero ni una llamada en todo el día —hago un ademán de que se calle, gritaba mucho, me recuesto en el respaldo de mi asiento y la observo detenidamente, era una mujer muy bonita, pero de mirada fría, tenía un espectacular cuerpo.

—Disculpa ¿Quién eres? —desconocía su nombre, imaginaba era la secretaria que mencionó mamá.

—Eres un maldito —Me pongo de pie ante su grito, sus ojos relampagueaban llenos de furia, pero no me inmute, cada día enfrente a Malena, una pelirroja de muy mal carácter.

—Sal de la oficina, bebe agua para que te tranquilices, luego hablamos —Hable con total calma, ella cambio de furia a llanto, sus ojos eran bañados por las lágrimas, tomé un pañuelo desechables de mi escritorio y se lo ofrecí.

—Vas a terminar conmigo —metí las manos en los bolsillos de mi pantalón, no sentía ningún afecto por ella, no la conocía, ni siquiera su nombre.

—Lo siento—Ella sonó su nariz y me sujeto fuerte de la mano.

—Theo, me has dicho que me amabas, querías hijos conmigo —baje la mirada hacia su mano que sujetaba la mía, ella me soltó y llevó sus manos a su rostro — ¿Qué hice para que me dejes?

—No has hecho nada, no es correcto que tenga una amante, tengo una esposa.

Ella soltó una carcajada que me sonó siniestra.

— ¿Ahora te importa la fidelidad? Todas las que han sido tus secretarias, han sido tus amantes. Pensé era verdad lo que me decías que estaríamos juntos.

— ¿Te prometí dejar a mi esposa? —estaba asombrado de sus palabras, el hombre que describía no era el hombre que soy, crecí viendo el amor y respeto de mis padres, suspiré, eso fue en mi otra vida. El hombre esposo de Xania, era un total imbécil.

—No —junto sus manos —Perderías todo por lo que has trabajado, pero prometiste estar conmigo.

Pase una mano por mi cabello.

—Sinceramente, lamento todo esto, yo no seguiré con esta relación, no puedo hacerlo esto a mi esposa —mi cara ardió al sentir la fuerte bofetada.

—Esto no se quedará así, maldito Theo, te haré pagar, no soy un juguete que desechas a tu antojo.

—Entiendo cómo te sientes, pero no es correcto.

Ella me fulmina con la mirada.

—El departamento no te lo entregaré, me lo he ganado.

—No te preocupes, no te lo quitaré —ella se da la vuelta y al llegar a la puerta se detiene—Si tratas de despedirme, hablaré con tu esposa y sabrá que soy tu amante desde hace un año.

—Si eres profesional en tu trabajo, no tengo por qué despedirte, pero si no lo haces bien, no dudare en despedirte. No te molestes en amenazarme.

Ella tiró la puerta con fuerza, me deje caer en la silla, era decepcionante el hombre que era en este mundo paralelo o lo que fuera en lo que me encontraba.

Suspiré y pase mi mano por mi rostro.

— ¿Iremos a tomar un trago? —el hombre que al parecer era mi amigo, entro al despacho, aflojo un poco su corbata y me observo con una sonrisa en su rostro. Hace unas horas había ido al baño y escuche que lo llamaron Giovanny.

—Estoy cansado —él enarco una ceja.

—Vi a tu secretaria salir furiosa de la oficina —se encoge de hombros —Imaginó ya tienes nueva amante, que desechaste a Laura.

Era triste el hombre que era, la mayoría al parecer conocía mi vida que era un desastre.

—No hay ninguna amante, no le faltare más el respeto a mi esposa —Giovanny silbo y me moleste, pero no dije nada, iba a cambiar mi reputación —No estoy jugando.

—Veremos cuanto te dura, a propósito, ya mi secretaria consiguió el reemplazo de Laura, mientras se somete a la operación que tendrá la próxima semana 

Asiento, pero eran temas que desconocía, al menos Laura estaría fuera un tiempo.

—La citamos para mañana a primera hora para que la entrevistas.

—Gracias —me pongo de pie —Me iré a casa, estoy muy cansado.

Me despedí y avance por aquellos elegantes pasillos, me sentía mal, en este mundo o tal vez sueño, mis hijos no existían.

Era un total infiel, pero eso lo podía cambiar pronto, el que mis hijos estuvieron aquí, sería un buen tiempo, convencer a Xania que tuviéramos hijos, esperar la llegada de Agnes, luego la de los chicos, no sé si soportaría la espera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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