Cambio de Destino

CAPÍTULO 4

"En definitiva, lo importante es empezar. No importa cómo, luego habrá tiempo
 para pensar en los detalles."

-Alain

 

Nueva ciudad.

Nuevo comienzo.

Nos encontramos aquí, en San Francisco, el lugar donde todo había terminado, pero ahora, es el lugar donde todo vuelve a comenzar.

La falta de palabra de mamá hacia mi, no me pasa desapercibido. En todo el transcurso, fue muy difícil hacer conversación con Annie , ya que, al parecer, aún se encontraba resentida por haberla obligado a regresar al lugar de su tormento. Y tiene razón, quién no lo estaría. Pero creo que, también es hora de que se ponga los pantalones de niña grande, y acepte que le quiero dar lo mejor, siempre y cuando esté en mis manos, claro. 

Sé que su rencor hacia lo que la obligue a hacer, durará varios días, y este, tan solo es el comienzo. A pesar de que me siento un poco culpable, ver la alegría en el rostro de Dan, es suficiente para sentirme un poco redimida.

Por un momento, la nostalgia de lo que dejamos atrás, me invade. Mazatlán siempre fue una ciudad muy acogedora. Su esplendorosa historia y sus incomparables costumbres, es lo que nos hace añorar con más ahínco nuestra estancia ahí. Pero sé que, tanto Jordan como yo, extrañaremos su hermosa playa, y esas interminables horas recorriendo su infinito malecón.

—Señorita Beckham, bienvenida a San Francisco.

Al oír la voz de un hombre frente a mi, con una pancarta en sus manos en la cual se puede leer "Familia Beckham", es suficiente para hacerme caer en la cuenta de que, es verdad. Todo esto es verdad. Estamos en San Francisco.

Wohooo. No puedo creer esto. En verdad hemos salido de la ciudad.

Inevitablemente, una sonrisa se forma en mis labios. Como dije, tal parece que Dan es el más emocionado, de nosotros tres, de estar aquí.

—Gracias, uhh...

—Richard... Richard Craft, su chófer en estos días—extiende su mano en mi dirección.

—Un gusto, Richard—digo mientras la tomo, y le doy un fuerte apretón.

—Síganme, por favor, los llevaré a su apartamento— tomando el carrito de  maletas de mis manos, da la vuelta y se encamina, quiero imaginar que, a la salida.

Lo seguimos.

Volteo un poco hacia atrás para corroborar que Annie nos sigue, aunque con una mueca un tanto extraña en sus labios. Y no hace falta ver a mi lado para saber que Dan está ahí, saltando de la emoción, con su mochila de los Avengers en su espalda, y con su actitud muy receptiva de lo que se puede encontrar en este ciudad.

Y yo, bueno, debo admitir que estoy un tanto emocionada también. Esto era lo que quería, ¿no? Bueno, algo así, solo quitemosle el lugar y dejemosle el trabajo, y se convierte en mi sueño. Tal cual.

—Por aquí, señorita— creo que estaba tan metida meditando en mis pensamientos, nada raro, que me he quedado parada en la salida, volteando a todos lados.

Me encamino a una camioneta negra, olviden el modelo, los coches para nada son lo mio. Solo dejemos en que es negra, grande, y muy tosca, al parecer al señor Ramos toma en serio lo de la seguridad. 

Richard se mantiene con la puerta del coche abierta, por lo que una vez subida mi familia, los sigo, acomodándome en el asiento de copiloto.

Bien, que no se diga más y..., comencemos con esta nueva aventura.

* * *

¡¿Pero qué rayos?!

Lo que logro ver —con mis propios ojos—, no me lo creo. En verdad que no me lo creo. Una casa, estamos frente a una hermosa casa. Impresionante. Y no soy demás tonta como para no darme cuenta que esto es obra de mi jefe. No puede ser cierto. ¿Cómo es que sucedió? El señor Ramos sí que se pasó en esta ocasión, y no puedo aceptarlo. Definitivamente esto es mucho más de lo que me esperaba.

Al parecer Richard nota mi desconcierto, porque al momento lo tengo a mi lado, admirando de igual manera, la casa frente a nosotros, y tratando de que entienda la razón de por qué estamos aquí.

—El señor Ramos me dijo que la trajera aquí. Felicitaciones, es una bella casa —abro mis ojos de par en par. Rayos, Richard, no lograste tranquilizarme para nada con tu comentario, muchas gracias. Extiende un juego de llaves en mi dirección.

¡No!

—Pero esto no puede ser cierto. Lo siento, pero esto es demasiado, no puedo aceptarlo. Dile al señor Ramos que se lo agradezco mucho, pero esto es demasiado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.