Pedí los ingredientes que necesitaba y que Victoria no tenía a una tienda cercana. Cuando llegaron me puse manos a la obra dispuesto a preparar una deliciosa cena.
A pesar de su insistencia por ayudarme al final logré que se quedara sentada junto a la mesa mientras me hablaba de su día.
El llanto de Nico me sacó del trance que me provocaba la cocina sumado a la dulce voz de la guapa mujer que tenía conmigo. Limpié mis manos en el pañuelo que estaba junto a mí.
Ella se levantó de la silla y colocó su mano en mi brazo.
Victoria: déjame a mí- me sonrió- al menos déjame hacer eso.
Samuel: está bien- susurré.
Ella se alejó para después desaparecer por la puerta de la cocina.
Revisé la pasta y estaba lista así que apagué el fuego. La salsa de champiñón que había preparado también estaba lista, así que tenía todo lo necesario para una cena deliciosa.
Victoria: mira quién despertó… - me giré y miré a Victoria quien sonreía y llevaba en brazos a Nico quien a penas me vio me regaló una hermosa sonrisa.
Me acerqué a ellos y tomé a mi bebé.
Samuel: hola campeón- besé su cabeza
Victoria: parece que llevaba tiempo despierto pero no había llorado hasta que ensucio su pañal, es un niño muy tranquilo- dijo tomando la mano de Nico
Samuel: claro que si...mi bebé es un ángel
Victoria: un ángel con un papá muy orgulloso- dijo riendo.
Samuel: obvio que sí...pero usted señorita se va a sentar en esa mesa y disfrutar de la cena que le he preparado.
Ella me sonrió y se sentó, tomé el plato que ya antes había servido y lo lleve hasta ella para después regresar por el mío.
Me senté junto a ella en la mesa con Nico en brazos quien ya estaba más que despierto.
Samuel: anda prueba...quiero ver tu reacción- dije sonriendo.
Victoria: ¿estás muy seguro no?- dijo burlona.
Samuel: no es por nada pero si...anda prueba.
Ella tomó un poco de pasta con su tenedor y antes de meterla a su boca me miró y sonrió.
Su cara fue de total sorpresa cuando saboreó la pasta. Reí bajo orgullosamente.
Samuel: lo ves Nico...soy el mejor cocinero- dije y mi bebé sonrió.
Victoria: ¿dónde aprendiste a cocinar?
Samuel: bueno, cuando vives sólo y te aburres de restaurantes y comida comprada tienes que aprender...además es algo que me gusta, me relajo bastante.
Victoria: pues está delicioso, puedes venir a cocinar cuando quieras- dijo riendo.
Samuel: pues gracias, lo tomaré en cuenta- dije riendo igual que ella.
Cuando terminamos de cenar limpiamos todo y nos despedimos de Victoria.
Ésta vez sí había pedido su número y apenas llegué a casa le envié un mensaje.
*Buenas noches señorita linda, este mensaje es para agradecerle la grata compañía y para desearle felices sueños.
Espero verte pronto Victoria. S.R *
Minutos después ella me respondió.
*El agradecimiento va de mi parte caballero, la pasé muy bien, además de la deliciosa cena. Buenas noches Samuel espero repetir nuestra tarde juntos.
Besos al príncipe y descansa. *
Me puse un pijama y antes de acostarme revise que el pañal de Nico estuviera seco y que él estuviera abrigado.
La semana siguiente fui bombardeado infinidad de veces con preguntas por parte de Sara.
Desde que llegaba del trabajo, todas y cada una de las preguntas que me hacía contenían una palabra en común "Victoria".
Yo pude evadir sus preguntas y ella al final se cansó.
Estos días he mantenido contacto con la hermosa pelirroja, al principio me daba miedo lo que estaba comenzando a sentir.
No quería darlo todo por algo que al final no me haga feliz o chocar de frente con que ella no sentía lo mismo, por eso he decidido ir despacio y primero ser unos simples amigos.
Pero cada que la veía, cada que hablaba con ella tenía la necesidad de besarla y no dejar que escape de mis brazos.
Teníamos muy pocas cosas en común y nuestra vida era totalmente diferente la una de la otra.
A pesar de eso un mes después ya éramos buenos amigos y hablábamos prácticamente todos los días. Ella amaba a Nico y siempre que podía iba a casa. Ella y Sara se han convertido en mejores amigas.
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