El domingo por la mañana ya me sentía mucho mejor, por lo que me duché y fui a la cocina donde una hermosa pelirroja estaba preparando el desayuno mientras bailoteaba. Se giró y al verme se quedó estática.
Victoria: ¡Samuel que susto!
Samuel: ¿tan feo estoy?- dije sonriendo.
Victoria: claro que no bobo- dijo con una risita nerviosa.
Samuel: ¿entonces soy guapo?- ella se ruborizó y yo sonreí.
Victoria: bueno... no eres feo... al menos no para mí...- dijo muy nerviosa- ¿cómo te sientes ahora?
Samuel: mucho mejor- le miré a los ojos y ella bajó la mirada avergonzada. Me encantaba el color que tomaban sus mejillas cuando se ruborizaba por algo que decía o hacía- muchas gracias… - tomé su barbilla y ella me miró.
Victoria: no es nada... lo hice encantada- me sonrió- debo ver a Nico ¿te ocupas del desayuno?- asentí.
Salió de la cocina y minutos después regresó con un sonriente bebé en sus brazos. Se sentó en el taburete de la cocina y tomó el biberón de Nico.
Ver la manera en cómo le hablaba y sonreía a mi bebé me dejó hipnotizado.
Ella acariciaba su mejilla con el dedo meñique mientras tomaba su biberón, Nico la miraba directamente a los ojos como disfrutando del momento que nunca logró con su propia madre.
Victoria le cantaba al bebé mientras lo mecía para después depositar un tierno beso en su frente.
En ese momento me di cuenta de que no necesitaba más... ella era lo que más quería en el mundo, con ella quería formar una familia y algún día darle hermanitos a Nicolás. Lo miraba embobado y con una estúpida sonrisa en los labios. Ella se dio cuenta y me miró.
Victoria: ¿qué te pasa?- me preguntó sonriendo confundida.
Samuel: nada... es sólo que... nada, olvídalo- suspiré y ella centro su atención de nuevo en Nico.
Cuando él se quedó dormido lo recosté en el pequeño corral que tenía en el sala.
Samuel: parece que este niño solo sabe dormir- ella trató de aguantar la risa. La miré sonriendo- ¿qué?
Victoria: Samuel... tú eres igual- dijo sonriendo.
Samuel: claro que no- me miró fijamente- ok si... pero sólo hay tres cosas que me encanta... comer, dormir y estar con mi hijo... bueno, últimamente también me ha gustado estar con otra persona.
La miré sonriendo y ella comenzó a ponerse muy nerviosa, sus mejillas se sonrojaron y mordisqueó su labio inferior.
Victoria: ¿a sí?... ¿Con quién?- dijo fingiendo indiferencia.
Samuel: una señorita muy linda... de cabello colorado, ojos marrones- me acerqué a ella hasta dejar un mínimo espacio entre nosotros, ella bajó la mirada ruborizada. Levanté su rostro clocando mis dedos en su mentón y la miré directamente a los ojos- una hermosa mujer de bellos sentimientos… de mirada profunda que me hipnotiza y con una sonrisa que me derrite el corazón- sonreí y ella hizo lo mismo.
Victoria: creo que la he visto... me parece conocida
Samuel: ¿en serio?...- me acerqué lentamente hasta rozar sus labios, estaba a milímetros de ella cuando mi celular comenzó a sonar, despertando a Nico quien se manifestó con un agudo grito, me separé de Victoria quien fue por Nico mientras yo atendía el teléfono.
Ana: Samuel, buen día.
Samuel: Hola Ana buen día
Ana: ¿ya estás mejor?
Samuel: si, solo era algo de descanso y vitaminas, ya todo bien. Gracias.
Ana: llamaba para saber si mañana vas a la empresa, para agendar la junta que se postergó del viernes.
Samuel: Caray lo había olvidado... si mañana estoy por allá.
Ana: muy bien, entonces nos vemos mañana Samuel. Que pases buen día.
Samuel: hasta mañana Ana buen día.
Corté la llamada con mi secretaria y cuando me giré Victoria me miraba fijamente. A pesar de eso yo sonreí.
Samuel: ¿desayunamos?
Victoria: claro- dijo y camino hacia la cocina.
Desayunamos en silencio, algo que no es muy habitual en ella.
Después de desayunar intenté en vano conseguir una niñera o alguien que se quede con Nico.
Cuando agoté mi último recurso ella entró a la sala con Nico en brazos.
Samuel: hola campeón- tomé a Nico en brazos- parece que mañana tú y yo tendremos que ir juntos al trabajo... pasarás un buen rato con Ana.
Victoria: ¿porque no lo dejas con Sara?... como siempre
Samuel: ella se fue de viaje con Daniel... regresa en una semana y mañana tengo una junta muy importante.
Victoria: y ¿quién es Ana?
Samuel: mi secretaria... Nico se lleva muy bien con ella- sonreí y ella asintió.
Victoria: ¿y tú?- la miré confundido.
Samuel: ¿yo qué?
Victoria: ¿tú también te llevas bien con ella?- dijo nerviosa.
Samuel: pues... si... es muy agradable y llevo mucho tiempo trabajando con ella.
Victoria: que bien- dijo indiferente.
Samuel: ¿porqué?
Victoria: no, por nada... el kínder de mi hermana tiene guardería, si quieres llevar a Nico mañana no hay problema.
Samuel: ¿en serio?- dije aliviado.
Victoria: si... a menos que prefieras dejarlo con... Ana- dijo muy seria.
Samuel: ¿te molesta Ana?- dije sonriendo.
Victoria: si... digo no...- suspiró cansada- somos amigos Samuel, no tendría porqué- trató de sonreír.
Samuel: Ana es... aparte de mi secretaria… una muy buena amiga.
Victoria: me alegro- dijo fría- tengo que irme, ya estás mejor y ya es tarde- tomó su bolso y se dirigió a la puerta.
Samuel: espera pero tú...
Victoria: yo… olvido mi chaqueta tienes razón- regresó a la sala y antes de salir besó la mejilla de Nico- Adiós bonito… - me miró- si lo llevas mañana me llamas.
Samuel: Victoria… - dije antes de que saliera de mi departamento- gracias.
Victoria: por nada- salió.
Me dejó muy confundido su actitud, parecía molesta por algo pero aún no entendía que había hecho mal.