El resto del mes fue lo mismo, nos veíamos en el kínder cuando llevaba a Nico y después por las tardes aunque de vez en cuando me encontraba con él que por lo visto no soy muy de su agrado.
Al menos Victoria si se alegraba de verme, me enteré que él estaba rentando un departamento a dos cuadras de la casa de Victoria, por lo que su estadía duraría más de lo que yo esperaba.
A pesar de eso mi amistad con ella no había cambiado, hablamos casi todos los días y mensajeamos la mayor parte del tiempo
Un viernes por la noche estaba en mi casa disfrutando de una película junto a Daniel, Sara y Nico.
Mi celular comenzó a sonar y me levanté para contestar, era mi pelirroja bonita y una sonrisa apareció en mi rostro, al mismo tiempo que mis amigos me hacían burla.
Samuel: hola Victoria- dije alegre.
Victoria: Samuel- su tono de voz me preocupó, parecía muy nerviosa.
Samuel: ¿Estás bien?
Victoria: Samuel creo que hay alguien en mi casa- susurró.
Samuel: ¿Qué? ¿Cómo?
Victoria: tengo miedo Samuel…
Samuel: tranquila bonita… ¿En qué parte estás?
Victoria: en la cocina… pero creo que él está en mi habitación, acabo de llegar a casa.
Samuel: ok… toma las llaves de tu auto y sal de ahí Victoria… en silencio. No me cuelgues hermosa
Victoria: ok- dijo suspirando. Escuché movimiento a través de la línea mientras yo tomaba una chaqueta y las llaves de mi moto que hace tiempo no utilizaba porque desde que llegó Nico sólo utilizaba el auto.
Avisé a Sara y Daniel y dijeron que se llevarían a Nico a su casa.
Cuando subí a la moto escuché la respiración agitada de Victoria a través de la línea que como le dije nunca habíamos cortado.
Victoria: ¿Samuel?...
Samuel: aquí estoy bonita…- conecté mis auriculares y mientras conducía podía hablar con ella.
Victoria: ya estoy en el auto
Samuel: muy bien… pon los seguros y no salgas de ahí
Victoria: ok- dijo nerviosa, se escuchaba aterrada.
Samuel: oye bonita… no dejes de hablarme… a ti te encanta hablar Victoria- ella rio levemente- cuéntame algo hermosa ¿Qué tal tu día?
Victoria: pues nada nuevo… pañales, vómito y papilla de bebé por todos lados…
Samuel: suena divertido- dije riendo.
Victoria: lo sé… digno de envidiar- suspiró- Samuel ¿Dónde estás?... estoy aterrada.
Samuel: justo detrás de ti muñeca…
En ese momento aparque la moto detrás de su auto y ella al verme salió del auto y me abrazó temblando.
Victoria: sácame de aquí… por favor… tengo miedo
Samuel: tranquila hermosa… anda sube.
Le di un casco y ella subió detrás de mí aferrándose a mi cintura y enterrando lo que podía de su rostro en mi cuello.
Llegamos a mi casa y la ayudé a bajar para después entrar, la casa estaba vacía. Mis amigos ya se habían ido y con ellos también mi Nico.
Miré a Victoria y ella seguía aún muy nerviosa, miraba a su alrededor muy preocupada.
Samuel: oye bonita- ella me miró- tranquila… aquí estás bien
Se refugió en mis brazos y yo no pude resistirme cuando su aroma me invadió. Acariciaba su espalda y la tranquilizaba con tiernas palabras.
Victoria: ¿Puedo dormir aquí hoy?
Samuel: claro que sí… no te dejaría dormir en esa casa tú sola pero… ¿Paco no se molestará?
Victoria: él ya no figura en mi vida Samuel- me sonrió.
Samuel: ¿Porqué? Tu lo querías Victoria.
Victoria: al que yo quiero es a otro…- dijo negando- ¿Y Nico?
Samuel: está con Sara y Daniel- ella asintió- ¿Tienes hambre?
Victoria: no… la verdad no creo poder probar bocado
Samuel: anda… aunque sea un té o algo- caminé a la cocina y ella me seguía muy de cerca.
Preparé un té para ella quien lo bebió despacio. Después subimos a mi habitación donde le di unos pantalones sueltos y una playera que a mí me quedaba algo pequeña.
La llevé a la habitación donde solía dormir mi niña, ya que la habitación de invitados donde ella durmió cuando me cuido estaba recién pintada y el olor era intenso.
Victoria: ¿Quién duerme aquí?- dijo sonriendo cuando entró
Samuel: ahora nadie… - dije con melancolía
Victoria: está muy linda- entró sonriendo, era una hermosa y grande habitación típica de una adolescente ordenada.
Samuel: si… es la más cerca de mi habitación, aparte de la de Nico… pero no creo que duermas cómoda en una cuna- dije riendo y ella me sonrió alegre- ya extrañaba esa sonrisa…- me acerqué y acaricié su mejilla con mi pulgar.
Ella bajó la mirada sonrojada y yo luchaba con todas mis fuerzas para controlar las ganas que tenía de besarla, abrazarla toda la noche y evitar que algo le pase y de ser posible mitigar todos sus miedos.
Victoria: ¿Dormiré aquí?- pregunto tímida.
Samuel: si… la habitación de visitas está recién pintada… y respirar eso toda la noche puede ser peligroso… para todos
Victoria: ¿Por qué para todos?- dijo riendo
Samuel: si sana eres un peligro… imagínate intoxicada- dije riendo y ella golpeó levemente mi hombro.
Victoria: qué gracioso Samuel
Samuel: bueno… ya es tarde y es mejor que descanses… buenas noches Victoria- besé su frente mientras acariciaba sus mejillas con mis pulgares, al separarnos sonreímos y yo salí por la puerta casi corriendo antes de regresar hasta ella y no parar de besarla hasta que los labios se nos entumecieran.
Entré a mi habitación y después de darme una ducha rápida me puse el pijama y me metí bajo las sábanas.
Trataba de dormir pero sólo podía dar vueltas una y otra vez en mi cama tratando de conciliar el sueño quien al parecer hoy no estaba de acuerdo conmigo. Poco después de media noche escuché que abrían mi puerta.
Victoria: Samuel- susurró, yo aún tenía los ojos cerrados. Se acercó a mí y acarició mi mejilla. Suspiró y fingí despertar. Cuando abrí los ojos ella se alejó.
Samuel: Victoria ¿Pasa algo?- me levanté.
Victoria: no, es sólo que… tengo miedo ¿Puedo dormir contigo?- sonreí y me aparté cediendo mi lugar. Ella entró y se recostó de lado mirándome a los ojos al igual que yo.
Samuel: ¿Puedo hacerte una pregunta?- ella asintió.
Victoria: la que quieras.
Samuel: ¿Por qué… porque no llamaste a Paco… es decir…- suspiré- ¿porque conmigo?
Ella frunció el seño, parecía pensativa.
Victoria: la verdad es que, en ese momento sólo pensé en ti… tenía miedo y sólo tú apareciste en mi mente- sonreí acariciando su mejilla.
Samuel:¿Puedo… abrazarte?- ella sonrió
Victoria: por favor hazlo- me acerqué a ella y la aferré a mi, pasó su brazo sobre mi abdomen y recostó su cabeza en mi pecho.
Sin darme cuenta el sueño me venció y dormí abrazado a una de las personas que más amo.