Permanecimos así unos minutos hasta que sólo podían escucharse nuestras serenas respiraciones.
Samuel: ¿Vamos a dormir?- susurré.
Victoria: Claro… pero ahora sí me voy a la habitación de invitados
Samuel: no Victoria… ¿Por qué?- hice puchero y ella comenzó a reír.
Victoria: es lo correcto mi amor- acarició mi mejilla- ayer fuiste un tramposo pero hoy cada quien va a su habitación.
Samuel: está bien señorita correcta… pero yo te llevo- sonreí
Victoria: mejor nos despedimos en las escaleras… no sé qué estás tramando- dijo riendo y yo me acerqué a besarla desilusionado por no dormir con ella de nuevo.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Pasamos una semana disfrutando el uno del otro, por las mañana trabajábamos y las tardes la pasábamos los tres juntos en casa o en el parque.
Ésta mañana antes de irnos Sara llegó a casa y desayunamos todos juntos.
Sara: porfa Samuel déjame con el bebé, hoy no tengo trabajo y quiero cuidarlo.
La miré dudoso y ella hizo puchero y junto sus manos frente a su pecho.
Samuel: está bien… pero cualquier cosa me llamas
Sara: claro, ya nos hemos quedado otras veces juntos ¿verdad príncipe?- dijo cargando a Nico
Samuel: ¿Te quedas aquí o vas a tu casa?
Sara: mejor me voy a casa… tu casa es demasiado grande para mí
Victoria: entonces vamos… me queda de camino al kínder y así ya no desviamos a Samuel
Samuel: no tengo problemas con llevarlas.
Victoria: lo sé… pero quiero llevar mi auto, hace tiempo que no manejo - hizo puchero
Samuel: está bien - sonreí y ella también.
Victoria: entonces voy por mi bolso y nos vamos Sara- se levantó y subió las escaleras.
Sara: ¿Puedes quitar esa cara?- me miró sonriendo cómplice.
Samuel: ¿Qué cara?
Sara: la de cordero enamorado… si quieres ser discreto esa no es la manera- dijo riendo.
Samuel: yo no tengo que ser discreto con mi novia- sonreí cuando ella se quedó totalmente asombrada.
Sara: ¡¿Es en serio?!- gritó emocionada. Le hice señas para que bajara la voz- ¿Por eso duerme aquí? Me mentiste Samuel - golpeó mi hombro levemente
Samuel: no es por eso… de verdad no puede volver a su departamento, no por ahora
Sara: ¿Por qué?- preguntó preocupada.
Samuel: es una larga historia que ella debe contarte- ella asintió.
Victoria: listo Sara vamos- dijo bajando las escaleras.
Sara: te veo después Samuel… por cierto Nico duerme conmigo hoy, mañana lo traigo.
Samuel: ¿Me pides permiso o me avisas?
Sara: no mi rey… te estoy avisando. No lo vi en mucho tiempo, así que me lo llevo y te aguantas… adiós - besó mi mejilla.
Samuel: adiós Sara- dije riendo y me acerqué a mi bebé- adiós campeón… cuídate de la tía Sara heee.
Sara: gracioso- golpeó mi hombro- te veo afuera Victoria - ella asintió y Sara salió con Nicolás en brazos y una bolsa con sus cosas.
Victoria: nos vemos en la tarde monstruo- besó mis labios.
Samuel: cuídate bonita- acaricié su mejilla y ella salió de casa para minutos después yo hacer lo mismo
El día fue como todos los demás. Me gustaba mi trabajo, pero lo mío era estar en las obras supervisando todo desde primera fila y no solamente detrás de un escritorio firmando oficios y permisos complicados.
Llegué a casa agotado, en la entrada vi su auto estacionado y sin poder evitarlo sonreí.
Samuel: Victoria… ya llegué bonita
Victoria: voy - dijo desde arriba. Me senté sobre el sofá desanudando mi corbata y quitándome el saco.
Cerré los ojos y recosté mi cabeza en el respaldo del sofá. Ella llegó y desde atrás acarició mi mejilla.
Victoria: ¿Día complicado?- besó mis labios y yo abrí los ojos.
Samuel: un poco- la miré- ¿Tú qué tal?
Victoria: pues bien… todo en orden- rodeó el sofá y se sentó sobre mis piernas.
Samuel: ¿Paco no ha vuelto?- ella negó- quiero que cualquier cosa que pase con respecto a él me lo cuentes ¿Ok?
Victoria: ok monstruo - sonrió besando mis labios.
Rodeó sus brazos tras mi nuca profundizando el beso. Yo acariciaba su espalda. El beso cada vez fue subiendo de intensidad y en un momento ella estaba frente a mí con sus piernas a mis costados.
Bajé mis besos a su cuello y ella comenzó a soltar pequeños suspiros. Mis manos bajaron a su cintura desanudando su bata, cuando ya estaba a punto de apartarla de ella sus manos comenzaron a temblar y sentí que sus labios dejaban de besar los míos.
Samuel: ¿Estás bien?- dije con la respiración levemente agitada.
Victoria: si… es sólo que… perdón- bajó su mirada apenada y asustada a la vez.
Samuel: hey… todo está bien…- levanté su mentón con mis dedos delicadamente- tranquila bonita- sonreí y besé sus labios tiernamente. Ella me sonrió de la misma manera y me abrazó- ¿Cenamos?
Ella me sonrió de la misma manera y me abrazó- ¿Cenamos?
Victoria: si… ve a cambiarte, yo preparo la cena- sonrió.
Samuel: muy bien- la besé- ya vuelvo mi amor.
Se levantó para permitirme a mí hacer lo mismo. Subí a mi habitación y después de una larga ducha fría me vestí para después bajar a la cocina.
Victoria: al fin bajas - dijo sonriendo.
Samuel: ¿Me extrañabas?- me acerqué a ella tomándola por la cintura.