Bajamos del auto y Sara nos abrió la puerta cambiando su sonrisa por una mirada de preocupación.
Sara: Samuel ¿Qué te pasó?- dijo tratando de tocar mi herida pero antes de hacerlo retiro sus dedos asustada- pasen…
Daniel entró a la sala con Nicolás en sus brazos, el cual apenas me miro estiró sus bracitos hacia mí.
Lo tomé y besé su frente con cuidado.
Daniel: ¿Qué te pasó Samuel?- miró a Victoria quien estaba algo colorada de la vergüenza.
Victoria: él y yo pues…- Daniel abrió los ojos sorprendido y después me miró cómplice.
Daniel: amigo no sabía que te gustaba el sado…- palmeó mi hombro pero yo me retiré de su brazo.
Samuel: claro que no… bueno a veces… pero eso no es lo que pasó.
Sara se acercó a Daniel y golpeó su brazo levemente.
Victoria: ¿Sara puedes prestarme algo para curarlo?
Sara: claro… ya vuelvo
Samuel: pero no tengo nada, en serio…- Victoria tomó mi mano y me llevó al sofá donde después llegó Sara con una caja blanca en sus manos, sacaron vendas y un líquido extraño.
Sara tomó a Nico de mis brazos y se alejó mientras Victoria humedecía un pañuelo con aquel líquido.
Samuel: Daniel diles que no es nada… un simple golpe- dije cuando Victoria comenzó a limpiar mi herida.
Daniel: amigo con ellas juntas no me opondría… si una es imposible… imagínate juntas, estás sólo en esto - dijo pasando el brazo sobre los hombros de Sara.
Samuel: gracias cobarde - lo miré mal.
Victoria: ya Samuel… si dejaras de quejarte ya habría terminado.
Samuel: que bonitos ojos tienes- le susurré, ella estaba muy cerca de mi rostro
Victoria: ya está - dijo ruborizada. Y besó mi mejilla.
Sara: ¿Ahora si nos dirán que les pasó?
Miré a Victoria y ella bajó la mirada avergonzada.
Samuel: no fue nada… un malentendido que tuve con un chico que…
Victoria: está bien amor… Samuel peleó con un hombre que me lastimó.
Sara: ¿El que me habías contado?- se acercó a Victoria cariñosamente. Mi novia asintió y Sara la abrazó- ¿Te hizo algo?
Victoria bajó la manga del suéter que llevaba.
Daniel: espero le hayas partido la cara - me susurró.
Samuel: lo dejé molido…- Daniel sonrió.
Victoria: el problema es que amenazó a Samuel… Sara él es muy peligroso puede hacerle algo…- dijo preocupada mirando a Sara.
Daniel: que lo intente y ni su madre lo va a reconocer.
Sara: no amor… no pueden andar peleando con ese tipo, si él es un animal ustedes no- dijo besando a mi amigo.
Victoria se sentó junto a mí tomando mi mano y recargando su cabeza en mi hombro besé su cabeza y ella suspiró.
La última semana Victoria ha estado muy extraña, muy distante conmigo y me pelea por cualquier cosa todo el tiempo. He tratado de ser paciente con ella, supongo que todo lo de Paco la tiene muy nerviosa.
Llegué de supervisar una obra de mi constructora, cuando abrí la puerta ella estaba en la sala preparando a Nico para dormir.
Cuando entré le sonreí como todos los días, ella sin embargo sólo me miró y se levantó para llevar a Nico a su habitación. Suspiré cansado, no quería pelear de nuevo... no con ella.
Fui a la cocina para calentar mi cena cuando ella entró y me miró sería.
Victoria: ¿Dónde estabas Samuel?
Samuel: hubo un problema en un proyecto y tuve que ir a revisar - dije serio y cansado de pelear con ella día sí, día también.
Victoria: ¿Por eso te retrasaste tanto?
Samuel: fueron sólo quince minutos Victoria… ¿quieres calmarte?
Victoria: ¿Sabe qué? Haz lo que quieras - dijo furiosa.
Ella salió azotando la puerta de la cocina con fuerza. Coloqué mi cabeza sobre mis manos demasiado frustrado y más que nada cansado de siempre pelear por cualquier estupidez.
Me levanté de la mesa varios minutos después, ya ni siquiera tenía hambre. Subí hasta la habitación de Nico y me acerqué a su cuna, acaricié su cabeza sonriendo como tonto.
Victoria: él te extrañó mucho- dijo dulcemente.
Samuel: yo igual… a los dos- volteé levemente y sonreí.
Victoria: Samuel… perdóname, todo ha sido tan complicado y yo…- arropé a Nicolás y me acerqué a ella.
La abracé con todos mis fuerzas y ella lo hacía de igual manera aferrándose a mi camisa.
Samuel: no quiero pelear contigo bonita…
Victoria: yo tampoco pero…- ella comenzó a llorar, me separé lentamente hasta verla a los ojos.
Samuel: ¿Qué pasa Victoria?
Victoria: nada… debe ser que estoy cansada… ¿Vamos a dormir?- me sonrió y yo asentí no muy convencido, algo le preocupaba, se notaba a kilómetros que no estaba bien.
Dormimos abrazados el uno al otro, ella se abrazaba a mi pecho como si no quisiera que nos separen nunca.
Sentí unas caricias en mi rostro pero cuando desperté ella no estaba a mi lado, la busqué en la habitación pero estaba vacía.
Uno de los cajones donde tenía su ropa estaba levemente abierto, lo abrí por completo y su ropa no estaba, comprobé todos sus cajones y el armario pero no había nada de ella.
Me dejé caer en la cama totalmente destrozado. Ella se había ido, así de simple me había abandonado.
Escuché el llanto de Nico y me levanté limpiando mis lágrimas. Por más roto que me sienta mi hijo siempre vería una sonrisa en mi rostro.