Un mes después me encontraba en mi oficina revisando unos papeles, era la hora de salida pero yo como los días anteriores no tenía el valor de salir y enfrentar una cama vacía.
Miranda ya no había regresado tal como lo esperaba su nieto le importó poco a nada al igual que su hija.
Mi vida ahora giraba en torno a mi trabajo y las pocas horas que dedicaba a mi hijo, no quería volver a casa porque me recordaba a ella, no dormía en mi cama porque me parecía bastante grande, me faltaba ella y no podía estar con mi hijo sin sentirme solo y abandonado sintiendo su ausencia y me mataba saber que mi hijo sufre mi alejamiento sólo porque su padre no puede superar que el amor de su vida se fue con otro hombre.
Golpeé mi escritorio frustrado justo cuando la puerta se abrió y Daniel entró sentándose frente a mí escritorio, yo regresé a mis labores.
Samuel: está no es tu oficina - dije sin apartar la vista de los papeles.
Daniel: lo sé… - dijo tranquilo recargando su espalda en la silla.
La puerta se abrió de nuevo y Mauricio entró sentándose en la silla que estaba junto a Daniel.
Samuel: sé que eres nuevo y tal vez te confundiste pero ésta tampoco es tu oficina… - dije de igual manera sin apartar la mirada de los papeles que firmaba. Sentí sus miradas y me obligué a levantar la cabeza, ellos me miraban fijamente- no sabía que teníamos junta señores…
Mauricio: Samuel no puedes seguir así…
Samuel: ¿así cómo?
Daniel: obsesionado con tu trabajo... ya no pasas tiempo con Nico y por la cara que tienes de seguro no has dormido en días.
Samuel: estoy bien- dije regresando a mi computadora.
Daniel: tú sabes que no estás bien- dijo cerrando mi laptop y obligándome a mirarlos.
Samuel: muy bien… ¿Qué quieren saber entonces?- dije fastidiado.
Mauricio: queremos saber qué pasó con ustedes - sonreí.
Samuel: si querían chisme señoritas pueden ir a buscar a otro lado - me levanté.
Daniel: no… espera, Samuel de verdad te queremos ayudar… lo que tenías con ella parecía único y nosotros…
Samuel: ¿Único?... Entonces te equivocas de persona, ve a hablar con ella de lo que es único… ella fue la que me engañó, me cambió por otro- dije molesto- para mí era único si… pero para ella parece que no.
Ellos se miraron entre sí y después me miraron a mí.
Mauricio: ¿Ella tiene otro hombre?
Samuel: así parece - dije sarcástico- fue lo que dijo antes de tomar su maleta y largarse de mi casa.
Daniel: ¿Y tú has visto a ese hombre? Porque yo no, ella vive en mi casa y no hace nada más que salir a trabajar y regresar temprano a casa porque…
Samuel: ¿Me estás diciendo que ella tiene una vida perfecta… sin mí? Pues gracias de verdad tenía esa duda.
Daniel: no… trato de decirte que es muy extraño que eso haya pasado justo después de que Paco habló con ella- me giré y lo miré.
Samuel: ¿Qué? ¿Paco habló con ella?
Daniel: sí… - miró a Mauricio nervioso- yo creí que lo sabías.
Samuel: ella no me dijo nada.
Mauricio: tal vez si hablas con ella…
Samuel: ¡ya basta!… yo la apoyé ¿Ok? Estuve para ella cuando ese imbécil volvió… si buscó a alguien más es porque no estaba conforme conmigo…
Daniel: pero Samu…
Samuel: pero nada… no quiero seguir hablando de... Victoria- cerré los ojos, hacía tanto que no pronunciaba su nombre- si ella no me quiere ahí pues no estaré…
Salí de mi oficina cerrando la puerta con fuerza. Me dirigí a la sala de juntas, donde nunca hay nadie, necesitaba tranquilidad, estaba confundido y quería pensar.
Más que nada quería dejar de pensar en ella, necesitaba sacarla de mi cabeza.
Escuché que alguien estaba detrás de mí y me giré después de limpiar mis lágrimas.
Giovanna: oye guapo ¿Estás bien?- se acercó a mí y acarició mi mejilla.
Samuel: yo… no- la tomé de la cintura y me apoderé de sus labios, ella se sorprendió, pero después de unos segundos me correspondió rodeando sus brazos en mi cuello.
Acuné su trasero en mis manos y la levanté, ella enrolló sus piernas en mi cintura y caminé hasta dejarla sentada sobre la gran mesa.
Subí su vestido tan rápido como pude. Bajé mis besos a su cuello mientras acariciaba sus piernas, ella enterraba sus dedos en mi cabello y apretaba sus piernas para acercarme cada vez más a ella.
Bajé el cierre de su vestido mientras ella desabotonaba mi camisa. Saqué el vestido por su cabeza y regresé a besar su cuello.
Giovanna: Samuel… - dijo agitada.
Samuel: Shhh cállate- volví a besar sus labios para callar su voz.
Todo sucedió tan rápido, ella desabrochó mi cinturón y después mi pantalón para bajarlo al igual que su ropa cerré los ojos y entré rápido antes de darme cuenta de lo que hacía.
Media hora después cerraba mi pantalón y acomodaba mi camisa mientras le daba la espalda.
Giovanna: Samuel…- no levanté la mirada
Samuel: ¿Qué?
Giovanna: Mírame- se paró frente a mí- levanté la cabeza y por primera vez la miré, se acercó y acarició mi mejilla- Samuel…
Samuel: Giovanna discúlpame - tomé su mano y la aparté- lo que hicimos… esto fue un error y… no pasará de nuevo, perdóname.
Tomé mi saco del suelo y salí de ahí sin tener el valor de mirarla a los ojos.
Subí a mi auto y conduje poco más de una hora sin rumbo definido, era muy tarde cuando llegué a casa de mis amigos.