Volví a casa a tomar un poco de ropa para mí y para mi bebé, después salí en mi moto hasta la casa de mis amigos.
Sara me abrió y en la sala encontré a Daniel, Sofía y Mauricio quien cargaba a Nicolás.
Samuel: traje algo de ropa para varios días- le entregué la maleta a Sara quien aún seguía molesta conmigo.
Sara: gracias - tomó la maleta- aún no confío en ti… pero te perdonaré cuando entres con ella por esa puerta tomando su mano ¿Me entiendes?- apretó mis mejillas.
Las hormonas hacían de mi amiga todo un dilema, un momento estaba feliz y al siguiente ya estaba planeando mi asesinato, aunque no podía quejarme… merecía un asesinato planeado.
Abracé a Sara y a Sofía para después acercarme a mis amigos. Daniel me entregó una tarjeta.
Daniel: mi investigador encontró ésta dirección… alguien debe saber algo.
Samuel: gracias- tomé la tarjeta y la guardé en mi bolsillo- cuídense mucho ¿Si?... Espero encontrarla pronto
Mauricio: lo harás… tienes que recuperarla.
Me despedí de ellos y tomé a mi bebé de los brazos de Mauricio.
Samuel: te voy a extrañar hijito- besé su rostro- se bueno con todos ¿sí?... Te amo mucho Nicolás, papi volverá pronto, te lo prometo, además te traeré a Victoria de vuelta... la extrañamos mucho ¿Verdad?
Nico sostenía mi dedo con su mano y sonreía cuando le hablaba. Regué besos por todo su rostro y lo entregué de nuevo a Mauricio.
Me despedí de nuevo y salí de esa casa para subir a mi moto
Llegué a un pequeño pueblo casi al amanecer después de muchas horas de viaje. Apenas me detuve a tomar un café y unas galletas.
Busqué la dirección que me había dado Daniel y llegué a una enorme casa, había una señora de cansada edad en la entrada arreglando su gran jardín.
Samuel: buen día señora- ella volteó a verme.
Señora: buen día jovencito… ¿A quién buscas?
Samuel: mi nombre es Samuel Rodríguez y estoy buscando a una chica, es ella miré - le mostré mi celular donde tenía una foto de ella que nunca me atreví a eliminar, se veía tan feliz junto a Nico que no tuve el corazón para hacerlo.
La señora miró la foto y se mostró algo nerviosa, después me miró con algo de temor.
Señora: yo… la verdad no puedo ver mucho sin mis lentes pero aquí no vive ninguna chica… sólo mi sobrina me visita regularmente.
Samuel: bien… pues muchas gracias, estaré en el pueblo unos días, si ve a una hermosa pelirroja ¿puede buscarme en el hotel del centro?
Señora: claro joven… suerte con su búsqueda.
Me alejé no muy convencido, esa señora se puso muy nerviosa y estoy seguro que reconoció la foto de Victoria pero por ahora no podía hacer nada más.
anoniromo