Casi dos meses habían pasado, Sara y Victoria se encargaban de planear una ceremonia pequeña, lo que era un gran reto para Sara ya que su idea de boda incluía la capilla Sixtina y el coro del Vaticano.
Sin embargo Victoria y yo queríamos algo más pequeño e íntimo, lo importante para nosotros era disfrutar el momento con quiénes amamos.
Desperté con el insistente sonido de un celular, abrí los ojos con pereza y vi a Victoria dormida junto a mí, busqué de dónde provenía el sonido y mis ojos se centraron en el celular de Victoria.
Dejó de sonar y me recosté de nuevo hasta que ese tono regresó.
Besé la frente de Victoria y acaricié su mejilla lentamente. Hasta que ella despertó y me miró.
Samuel: amor… es tu celular- besé sus labios.
Victoria: no importa, déjalo- cerró los ojos de nuevo y se acurrucó en mis brazos.
Samuel: puede ser importante, ya son varias veces que llaman…
Victoria: ¿De verdad?- se giró y tomó su celular- es un número desconocido…
El celular sonó de nuevo.
Victoria: hola… hola…- me miró y colgó su celular- no es nadie, seguro se equivocaron- se giró de nuevo y besó mis labios- buenos días monstruo…
Samuel: buen día bonita - retiré un mechón de cabello que caía en su rostro.
El celular insistió de nuevo obligándonos a cortar el beso.
Victoria: alguien despertó con ganas de molestar... - me sonrió y se giró para tomar el celular- mejor hay que apagarlo... - apagó su celular y regresó a mis brazos sonriendo.
Samuel: eres una mujer muy solicitada ésta mañana mi amor- besé sus labios sonriendo.
Victoria: pues que esperen, hoy sólo quiero estar con mi prometido.
Samuel: ¿De verdad? ¿Todo el día?
Victoria: cada minuto del día quiero estar contigo- nos besamos de nuevo hasta que lentamente quedé sobre ella- espera… ¿Qué hora es?
Miré el reloj junto a la cama.
Samuel: casi las siete - besé su cuello.
Victoria: aún tenemos tiempo antes de que Nico quiera su desayuno- asentí.
Samuel: lo sé - susurré rozando su nariz con la mía- pero primero yo quiero mi desayuno…
Ella reía en medio de besos tiernos que poco a poco fueron convirtiéndose en besos exigentes y apasionados que nos llevaron a entregarnos a todo lo que sentíamos.
Una hora después Nicolás exigió nuestra atención y mientras Victoria se duchaba yo atendía a nuestro bebé, cambié su pañal y lo vestí para después llevarlo a nuestra cama.
Jugaba con él hasta que Victoria salió del baño. Ella se quedó con él mientras ahora yo me alistaba.
Desayunamos los tres juntos y pasamos una tranquila mañana en casa.
Estábamos en el sofá abrazados mientras Nico jugaba en la alfombra bajo nuestra supervisión.
Samuel: amor mañana tenemos que llevar a Nicolás a las visitas con Miranda.
Victoria: ¿En serio tienes que hacerlo?... No creo que sea buena idea que pase tiempo con ella- dijo preocupada.
Samuel: apenas es un bebé y por lo pronto no le hará daño lo que le diga, además una trabajadora social estará con él todo el tiempo y Daniel lo esperará afuera de la sala.
Victoria: ¿Crees que pueda ir yo también? Esperaré afuera con Daniel y después traigo a Nico a casa.
Samuel: hablaré con él pero no creo que haya problema, la verdad yo también quería hacer eso pero mañana tengo una junta muy importante que no puedo posponer.
Victoria: no te preocupes, yo estaré con Nicolás.
Samuel: muy bien mamá osa - besé su frente- oye... pero ¿No tienes que planear una boda mañana? Acuérdate la última vez que le cancelaste a Sara - dije alegre recordando aquel día en el que mi amiga se puso como loca porque Victoria le canceló la prueba de maquillaje.
Victoria: la verdad no recuerdo, lo debo tener en el celular pero aún no quiero encenderlo.
Samuel: ¿esas llamadas fueron muy extrañas no?
Victoria: más o menos, pero seguro se equivocaron de número.
Samuel: ... o puede ser el hombre con el que me engañas.
Victoria: también puede ser, seguro me extraña…- dijo riendo.
Samuel: pues dile que te vaya olvidando porque pronto serás mi esposa- besé sus labios.
Victoria: ay monstruo pero yo puedo con los dos…
Samuel: ¿A sí? ¿Segura?- la abracé haciéndole cosquillas.
Victoria: Samuel…- dijo retorciéndose de risa en mis brazos- basta amor…
Samuel: dime que me amas.
Victoria: te amo…- dijo entre risas.
Samuel: ¿Soy el único?
Victoria: si… el único…. amor por favor.
Samuel: ¿Me lo juras?
Victoria: te lo juro… te lo juro…- dijo retorciéndose de risa en el sofá.
Dejé de hacerle cosquillas y besé sus labios.
Samuel: que bien… ya lo sabía
Ella respiraba agitada y me miraba fijamente sonriendo.
Samuel: no me mires así…
Victoria: ¿Cómo?- dijo riendo.
Samuel: así agitada, con el cabello desordenado y con esa sonrisa… recuerdo muchas cosas amor- dije seductor.
Victoria: eres un vicioso Samuel…- dijo riendo.
Samuel: lo sé- besé sus labios- pero es tu culpa.
Victoria: ¿Mi culpa?- me miró inocente.
Samuel: si por enamorarme de esa manera- sonrió y me besó enredando sus brazos detrás de mi nuca
anoniromo