La eterna reunión al fin había terminado, me dirigía a mi oficina cuando me crucé con Daniel y Mauricio en el pasillo.
Mauricio: ¿Qué tal fue todo?- me preguntó mientras caminábamos a la oficina de Daniel.
Samuel: súper bien, parece que ya todo está concretado y sólo faltan los últimos detalles de estructura - entramos a la oficina- ¿Qué tal fue la convivencia?
Daniel: bien, parece que Miranda estaba en son de paz y Nico se divirtió jugando con ella
Mauricio: ¿Miranda Fuentes?- dijo sorprendido- Me parece increíble
Samuel: a mí también- dije pensativo- ¿los llevaste a casa?
Daniel: si Samuel- dijo rodando los ojos- déjalos respirar un poco de ti amigo- dijo sonriendo.
Samuel: creo que no estaré tranquilo hasta que tenga la custodia definitiva de Nicolás y cuando Francisco ya no sea un peligro para nosotros.
Daniel: Tienes razón ¿aún no saben nada de él?
Samuel: hasta ahora parece que no tiene ganas de molestar… aunque… - me quedé pensando.
Daniel: ¿Qué pasa?
Samuel: ayer por la mañana alguien llamaba a Victoria muy insistente, pero era un número desconocido, hoy por la mañana volvió a llamar y contesté antes de que se diera cuenta pero nadie respondió.
Mauricio: ¿recuerdas el número?
Samuel: lo guardé en mi celular por si acaso- le pasé el número- ¿para qué lo necesitas?
Daniel: ¿no me digas que lo vas a rastrear?- dijo alegre.
Mauricio: amigo, en ese tiempo en Estados Unidos conocí muchas personas, es cuestión de algunas llamadas- dijo orgulloso y nosotros reímos.
Samuel: bueno pues vamos a trabajar, que quiero regresar temprano a casa- me levanté de la silla.
Mauricio: si jefe- dijo alegre y yo reí.
Pasada la hora de comida al fin había terminado mis pendientes en la empresa, revise mi agenda de mañana con Ana y sólo tenía una reunión con un inversionista por la mañana.
Estaba por salir de mi oficina cuando Martín Hernández, el padre de Giovanna estaba saliendo del ascensor.
Samuel: Señor Hernández ¿Cómo está?- dije sonriendo y estrechando su mano.
Martín: muy bien muchacho, bueno lo mejor que puede estar un anciano- dijo riendo.
Samuel: me alegro, ¿Qué lo trae por acá? Hace mucho tiempo que no nos veíamos.
Martín: pues nada, vengo a ver cómo van los negocios, he estado un poco alejado de mis proyectos y quiero revisar los avances personalmente.
Samuel: claro que sí, ya estaba por irme pero prefiero atenderlo personalmente.
Martín: pues muchas gracias Samuel.
Le cedí el paso hasta mi oficina y al entrar él se sentó frente a mi escritorio, encendí mi computadora.
Revisé con él los resultados de los últimos periodos de la constructora y él se mostró muy conforme con lo que habíamos obtenido.
Samuel: … como ve las utilidades han aumentado los últimos meses y el precio de nuestras acciones en bolsa aumentó bastante.
Martín: vaya hijo… debo admitir que al principio no confiaba en que lograrías levantar la empresa de tu padre y te confieso que fui uno de los que consideraron retirar su inversión cuando él murió.
Samuel: gracias señor, aunque no puedo llevarme todo el crédito, todos aquí nos esforzamos para hacer bien nuestro trabajo y que la constructora crezca cada día.
Martín: de verdad muchacho que me hubiera gustado que mi hija tuviera esa pasión por los negocios, pero a ella nunca le intereso y bueno ahora con su embarazo mucho menos…
Tragué saliva de golpe, Giovanna estaba embarazada.
La sangre abandonó mi rostro y comencé a hacer cuentas mentalmente, es posible que ese bebé sea producto de aquel día en la sala de juntas y si era así ese niño era mi hijo, mi respiración se aceleró y mi cuerpo traspiraba, me aclaré la garganta y traté de hablar lo más normal que pude.
Samuel: ¿Giovanna está embarazada? No lo sabía.
Martín: si, bueno ella trató de ocultarlo por un tiempo pero obviamente nos enteramos, ella regresó de su viaje y ahora está en nuestra casa mientras…
Alguien golpeó la puerta y mi amigo entró como mi salvador.
Daniel: lo siento, no sabía que estabas ocupado- trató de salir.
Samuel: no Daniel espera…- me levanté y me acerque a mi amigo- quiero presentarte al señor Hernández, uno de nuestros inversionistas, señor él es Daniel Herrera nuestro abogado corporativo- ellos estrecharon su mano.
Martín: todo un gusto licenciado- miró su reloj- discúlpenme muchachos pero tengo que irme, ya saben que no se puede cancelar una comida familiar- dijo sonriendo y Daniel hizo lo mismo mientras yo trataba de respirar normalmente- nos veremos pronto.
Se despidió de nosotros y salió de mi oficina.
Regresé frente a mi escritorio y me senté ahí cubriendo mi rostro.
Daniel: es un señor muy agradable- se sentó frente a mí y me miró confundido- ¿Qué te pasa?
Samuel: Giovanna está embarazada- susurré.
Daniel: pero y eso…- me miró comprendiendo mi preocupación- vaya…- susurró- ¿puede ser…?
Samuel: no lo sé, tal vez si…- pasé mis manos por mi rostro- ¿Qué voy a hacer?... soy un imbécil
Daniel: tienes que hablar con ella, tal vez todo sea una confusión…
Samuel: ¿y si es mío?... Daniel yo no puedo dejar así nada más a mi hijo.
Daniel: no hagas nada hasta saber realmente lo que pasa, le diré a Ana que la contacte y hablas con ella ¿ok?- asentí- tranquilo amigo… - dijo palmeando mi espalda y salió de mi oficina.