Capítulo 46

Casi a las siete de la tarde mi celular comenzó a sonar.

Toda la mañana fue un caos tratando de que cada detalle quedara perfecto.

El teléfono de mi oficina no paraba de sonar y yo tenía que ir cada hora para aprobar lo que estaban haciendo.

Contesté y escuché la voz de mi amigo del otro lado de la línea.

Daniel: Samuel ya llegué a la empresa ¿En dónde estás?

Samuel: en mi oficina…

Daniel: muy bien, voy para allá.

Diez minutos después la puerta se abrió y yo me levanté cerrando mi computadora para recibir a mi amigo.

Daniel: el edificio está desierto ¿Dónde están todos?

Samuel: les di el día libre para que descansaran.

Daniel: ¿Ya está todo listo?

Samuel: ya casi, sólo faltan algunas luces.

Daniel: perfecto, con tu minuciosidad seguro no hay ningún error.

Samuel: eso espero… ¿Lo trajiste?

Daniel: claro amigo- me mostró la bolsa que cubría el traje, leyó la etiqueta de cada uno- este es el tuyo- me entregó una de las bolsas- Sara les puso los nombres para que no me confunda ¿No es lindo?- dijo sonriendo.

Samuel: claro… voy a cambiarme- dije nervioso.

Daniel: yo igual, te veo en diez.

Él salió de mi oficina y yo tomé la bolsa con la ropa y entré al baño.

Quince minutos después salí correctamente vestido y peinado, tomé la colonia que llevaba en mi maletín y me rocíe un poco.

Después, Daniel entró hablando por teléfono.

Daniel: muy bien, ya bajamos entonces… claro amor, te amo adiós.

Colgó y me miró mientras guardaba su celular.

Samuel: ¿Ya llegaron?

Daniel: ya están en camino.

Samuel: muy bien, vamos tenemos que comprobar que todo esté bien- Daniel negó mientras sonreía, tomé mi saco y salí de mi oficina junto a mi amigo.

Llegamos al jardín trasero de la empresa, fue un jardín que adaptamos para los eventos del corporativo, sin embargo hoy será escenario de uno de los acontecimientos más importantes de mi vida.

El jardín tenía una iluminación hermosa y muy romántica, marcaba un camino desde la entrada hasta un arco de flores que cubría una mesa de cristal.

A los lados de dicho sendero había algunas sillas, en dónde las personas más valiosas para nosotros apreciarán éste momento.

Todo estaba tan hermoso y me sentía tan orgulloso de ser responsable de esto.

Daniel: Samuel las chicas ya llegaron…- mi corazón comenzó a latir desbocado.

Llegué a una habitación cerca del jardín y Sara estaba en la puerta.

Sara: hola Samuel…- besó mi mejilla- Victoria está adentro… voy a recibir a los invitados- caminó de regreso por donde yo había llegado.

Abrí la puerta y frente a mí estaba el amor de mi vida.

Victoria llevaba un sencillo pero hermoso vestido blanco, se giró y todo en mí cobró vida.

Samuel: estás preciosa bonita- me acerqué a besarla.

Victoria: ¿Preciosa bonita?- sonrió.

Samuel: preciosa… bonita… hermosa… guapísima- ella comenzó a reír.

Victoria: ¿Estás listo? ¿O ya te arrepentiste?

Samuel: jamás- le dije riendo- es la mejor decisión de mi vida- besé sus labios- ¿Y Nico?

Victoria: Llegará con Blanca, dice Sara que tenemos que esperar aquí hasta que ella nos llame- asentí.

Samuel: ¿Nerviosa?

Victoria: ansiosa…- sonrió.

Nos quedamos casi veinte minutos en aquella habitación, caminaba de un lado a otro tratando de controlar mi ansiedad pero cada minuto me era más difícil.

Sara nos llamó y antes de salir tomé la mano de Victoria.

Samuel: ¿Lista?

Victoria: listísima- dijo sonriendo.

Samuel: te amo bonita- besé sus labios lentamente.

Victoria: yo a ti monstruo- sonreí mientras pegaba mí frente a la suya y acariciaba su nariz con la mía.

Nos separamos y antes de abrir la puerta suspiramos profundamente.

Sentía como su mano temblaba, estaba tan nerviosa como yo.

Caminamos por el sendero marcado por pétalos blancos y rojos hasta que llegamos donde todos estaban reunidos       

Caminamos por el sendero marcado por pétalos blancos y rojos hasta que llegamos donde todos estaban reunidos.

Todos comenzaron a aplaudir mientras Victoria y yo caminábamos tomados de la mano y con una enorme sonrisa en el rostro.

Frente a nosotros estaba el juez y sobre la mesa había una carpeta en dónde se encontraba el papel que nos uniría legalmente.

Nos detuvimos frente a él y la ceremonia comenzó.

Juez: Samuel Rodríguez ¿acepta por voluntad propia a Victoria Méndez como su legítima esposa y compañera de vida?

Samuel: acepto- dije sonriendo.

Juez: Victoria Méndez ¿acepta por voluntad propia a Samuel Rodríguez como su legítimo esposo y compañero de vida?

Victoria: acepto - me miró sonriendo.

El juez nos entregó el acta y Victoria fue la primera en firmar, me entregó el bolígrafo y plasme mi firma. Después ambos colocamos nuestras huellas dactilares.

Juez: ahora los testigos por favor…

Daniel y Mauricio se acercaron y firmaron como mis testigos, después Ángela y Sara firmaron como los testigos de Victoria.

Después cada uno plasmó su huella dactilar.

Juez: en este momento comienza su vida como un matrimonio ante la ley del hombre. Es una de las decisiones más importantes de su vida y la que más trascendencia tiene en ella, a partir de hoy su proyecto de vida los incluye a ambos. Comienzan su vida como equipo y de todo corazón espero que tengan una vida llena de amor, de éxito y un poco de fracasos porque siempre es necesario caer para levantarse aún más fuertes- sonreímos- en el estado de México, marcando la fecha del día de hoy y con mi autoridad de oficial civil y de registro de paz y no existiendo ningún impedimento los declaro un matrimonio, legalmente ya son Marido y Mujer, una unidad que logra lo impensable. Felicidades chicos, les deseo toda la felicidad y dicha del mundo- sonreímos- señoras y señores les presento al matrimonio Rodríguez Méndez.