Hola Estimado lector, seguramente no me conoces, pero quiero contarte algo de mi historia y espero que te sirva de exhortación y ejemplo para que cuides tu andar y estés atento ante las amenazas del enemigo.
Mi nombre es Natalia, soy una chica normal, tengo 16 años. Desde pequeña he tenido conocimiento de la palabra de Dios ya que cuando nací mi familia conocía de él, fui afortunada. Hace un tiempo descubrí que amaba leer, no tenía por decirlo así un “límite” respecto a los géneros, más que todo me gustaba leer suspenso, misterio o alguna cosa sobrenatural; a mi parecer esto era muy normal y puede que pienses igual, más no es así. Mi error fue que, al no tener un límite empecé a dejar puertas abiertas al enemigo (no sé cómo le llames tu diablo, demonio, satanás, etc.), puertas que él aprovechó y fue entrando lentamente por ellas. Luego de estar leyendo (como por dos años), una amiga me dijo que por qué no me animaba a escribir, he de decir que no estaba segura pero luego de pensarlo bastante, lo hice, escribí. Muy pocas personas sabían de estos escritos ya que eran una parte muy personal por decirlo así, cuando tuve más seguridad se los mostré a mi amiga y a otras dos personas, les encantaron y eso me alegró mucho, así que me dio fuerzas para seguirlo haciendo, pensaba que era normal, mis escritos hablaban sobre una chica que siempre iba en busca de paz, estaba llena de tristeza, dolor y rodeada de soledad; esto no anima mucho a los demás ¿no crees? Pues fue ahí precisamente donde el enemigo empezó a cobrar fuerza, estos escritos se hicieron parte de mí, ya las cosas no eran igual, me estaba convirtiendo en la chica de los escritos, mi ánimo había decaído y por más que yo quisiera ocultarlo mi familia estaba notándolo. Eso de lo que yo escribía estaba llenando mi vida y yo me negaba a notarlo, llegué a sentirme sola y a pensar en muchas cosas, sentía que hacía todas las cosas mal, que tomaba malas decisiones, que decepcionaba a los demás y que era una carga, sinceramente no creo que sea posible hablarte sobre todo lo que rondó por mi mente en esos momentos; pero quiero que seas consciente que esto me estaba pasando porque no hice caso a los consejos que Dios nos da en su palabra, por ejemplo a aquel que dice:
“Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad.”( Lucas 11:34)
Eso pasó conmigo, no me cuidé de lo que veía y leía y esto empezó a contaminar mi alma, empezó a ocupar la mayor parte de mis pensamientos y a cambiar mi carácter. ¡Cuídate de esto! No dejes que tu alma se contamine, es difícil más no imposible. Como te puedes dar cuenta fallé en esto, de hecho, fallé en muchos más consejos que Dios me había dado, que nos ha dado a todos. El segundo consejo que ignoré fue este:
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23).
Quiero que pienses un momento en la siguiente pregunta ¿qué es guardar el corazón? Bueno, en mi opinión cuando nos dicen “guarda tu corazón” se refieren a que guardemos nuestra esencia, pensamientos, sentimientos, deseos, voluntad y decisiones, estos que nos hace únicos e irrepetibles. La biblia nos dice que nuestros pensamientos a menudo determinan lo que llegamos a ser (Proverbios 27:19 En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona). La mente de un hombre refleja lo que realmente es, no sólo por sus acciones o palabras. Es por eso que Dios examina el corazón de un hombre, no simplemente su apariencia externa y lo que aparenta ser (1 Samuel 16:7 pero el señor le dijo a Samuel: No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón).
¿Ahora entiendes la importancia de guardar tu corazón? Espero que sí, guardar tu corazón, tu integridad, debe ser una de las cosas más importantes en tu vida porque lo que hay en él es lo que se mostrará a los demás. Como dije anteriormente fallé en esto también, no guardé mis pensamientos y mis actitudes empezaron a delatarme, eso de cerrarse a las demás personas y convertirse en una persona alejada y llena de soledad no era nada normal; quisiera que pensaras en eso como si la luz de una persona se empezara a apagar hasta llegar a extinguirse. Gracias a Dios esto no pasó, mi luz no logró extinguirse; cierto día llegó una prima y efectivamente notó mi cambio, ella me habló, yo no me convencí al principio pues estaba tan inmersa en esa manera de sentir y actuar que me parecía normal, pero Dios es hermoso y hace todo con un propósito, ella recordaba una palabra que me había dado Dios por medio de su suegra y me la dió para confrontarme, te cuento que eso fue un golpe grande pero me hizo reaccionar, yo no recordaba esta palabra y se lo dije, más ella me dijo que a pesar de yo no recordarla seguía ahí y que era hora de empezar a cumplirla, también me dijo que tuviera cuidado de no caer nuevamente pues cuando esta palabra fue lanzada hacia mi vida el enemigo la escuchó y por eso fue que aprovechó esas pequeñas puertas que yo dejé abiertas para meterse a mi mente y cambiar mi manera de ser, todo esto con el fin de alejarme del propósito que Dios tenía para mí. El enemigo quería acabar con mi vida, estaba plantando esas ideas absurdas y yo sin querer las estaba dejando crecer; me alegra haberme dado cuenta y poder renunciar a ello. Fue difícil, tuve que renunciar a leer ciertas cosas que me gustaban mucho, pero estoy en ese proceso y sé que con la ayuda de Dios lograré ser nuevamente esa chica que no le daba temor abrirse a los demás, he mejorado y así seguiré.