Un hombre camina por la vereda de una calle a las tres de la mañana, el viento silba en el aire y él voltea a ver algo que a percibido.
Es un lobo de la noche, un cazador. Llegó a la ciudad hace tres días y ya lleva tres trabajos completados. Sus clientes son muchos y muy variados y es requerido porque sus trabajos son de un profesionalismo increíble, es quien decide que se hace o que no de acuerdo a su gusto, ya no deja que el dinero lo impresione, tiene tanto que le falta tiempo para gastarlo, además no confía en nadie, es un ser de la soledad.
Hace 5 días había recibido la llamada, un empresario maderero que requería de sus servicios.
Es urgente. - Dijo.
Correcto, me da la información necesaria y salgo en seguida. - Respondió.
Había seguido la pista de la esposa del empresario, una mujer de 25 años, demás esta decir que era hermosa y traía locos a cuantos se cruzaba.
La siguió durante un día y al final dio con el amante, un tipo de su edad. Los siguió hasta un bar en el que tomaron algunos tragos y rieron, sin saber que sería la última vez que lo harían.
Salieron a las diez de la noche y se dirigieron a un hotel. Era el mismo trabajo de siempre: seguir, esperar y actuar.
Entraron a la habitación 303 en el tercer piso, luego él soborno al administrador y que dio la habitación de al lado.
A la una entró con sigilo a la habitación 303 en la que los amantes dormían abrazados. Se acercó lentamente y le aplicó el pañuelo con el veneno al hombre, que en unos segundos dejó de existir, la mujer se había quedado congelada por la sorpresa, así que no fue difícil terminar el trabajo.
A la mañana siguiente apareció el suceso en los noticieros con el titular: muerte y traición:
pareja es encontrada en conocido hotel, ambos yertos por sobredosis.