Camelar

• D O S •

Beth estuvo todo el camino a su casa cayada, ningún sonido se escucho de su parte. Ni siquiera prendió la radio, como era de costumbre.   Solo tenia su vista fija en la ventana, perdida en sus pensamientos. Pienso yo. 

— ¿Qué fue lo que paso? —pregunto. Aprovechando que el semáforo esta en rojo. 

— No es asunto tuyo, William —me dice ella,  noto el cambio brusco de su voz suave y dulce, a uno duro y cortante.

— ¿No es asunto mío? Beth,  ambas son mis amigas, y me preocupa que no estén bien —digo, parando en un semáforo en rojo —. Jamas se habían comportado así

— Noticia,  hasta los mejores amigos pelean —deja de ver por la ventana, y ahora su vista esta fija en la mía —. Cuando Karl y tu pelean,  nosotras les damos su espacio para que se arreglen,  ahora te pido que hagas lo mismo.

— Nuestras peleas no llegan a golpes,  como  tu y Sky. 

Beth no dijo nada,  solo me veía.  Y con eso fue suficiente para ver que sus ojos reflejaban enojo, tristeza,  y algo mas... Que no sabia interpretar.

— Ya esta en verde —es lo único que dice, regresando se a la posición en la que estaba. Volviendo a ver por la ventana. 

 

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  Karl, al igual que a yo, no entendía  que fue lo que había pasado.  Por lo que decidimos vernos en su casa. Apenas deje a Beth el su puerta conduje hasta la casa de mi amigo. 

 

  — Sky estaba muy rara,  por más que le insistía que terminara la fiesta y se calmara por lo que había pasado con Beth, ella se comportaba como si no hubiera tenido problema alguno. 

  —  Beth era todo lo contrario,  me pidió que no me entrometiera, que era como cuando nosotros dos nos peleábamos 

  —  Nosotros nunca hemos llegado a los golpes — dice mientras se mete un skittles a la boca. 

  — Es lo mismo que le dije, pero no lo tomo muy bien 

  — ¡Ah! Otra cosa — me dice Karl —. Sky me dijo que necesitaba hablar contigo, que era algo urgente 

  — ¿Qué es de lo que quiere hablar?

  — No lose, solo me dijo que mañana te vería en el café cerca de su casa  — dice mientras se levanta de la banca en donde estábamos sentados

  — Entonces mañana la veré  

  — Liam, es tarde y le prometí a mi mamá que llegaría a una hora decente 

  — Nos vemos luego  — digo, para que el comience a caminar en el medio del parque, alejándose de mi 

 

No tenia idea de lo que quería hablar Sky, pero sabia que no iba a ser nada bueno, dada a la situación que tenia con Beth. Esperaba lo peor, desde que ambas estaban enamoradas del mismo chico, hasta los secretos de los cuales Beth solo le confiaba a una chica. En realidad, estaba aterrado de lo que fuera a decir Sky. 

 

 

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Mentiría si dijera que no pude dormir por lo que me iba a decir Sky, estaba ansioso y aterrado de lo que podía salir de su boca.  Pero recién llegue a mi cama dormí como un bebe. No de esos bebes que se despiertan a medianoche para llorar por una hora, era de esos bebes que se quedan tranquilos en toda su velada. 

Pero el día había llegado, y Sky ya se me había adelantado, citándome en el café cerca de su casa a las 10:00 a.m. 

Sabia que era una hora algo extraña,  dado que el día anterior había tenido una fiesta, en donde siempre se tarda en limpiar, sin contar con la resaca que seguramente debería d tener. Debe se ser algo realmente importante lo que me tenia que decir. 

 

Entro a la cafetería donde me esperaba mi amiga, y camino directamente hacia ella.  Traía su cabello suelto y esponjado, pero con unos rizos realmente definidos, las chicas de los comerciales se quedaban cortas junto a ella. Un suéter gris con la frase Hakuna Matata  escrita en la parte de el frente. 

 

   — ¿Es eso tan importante que me tienes que contar?  —  le digo sin rodeos. 

   — Se trata sobre Beth  —  me dice  —. Siéntate, esto puede durar.

   — ¿Qué pasa con Beth?

   —  Creo que se dio cuenta de que le gustas  —  suelta esa gran bomba como si fuera una simple florecita. 

   — ¡¿Qué?! ¿Por qué piensas eso? 

   —  El día de ayer hice un comentario...  Dije que te me hacías realmente lindo, y que me gustaría salir contigo.

   —  ¿Por qué dijiste eso?  —  intento entender su comentario.

   — Lo que dije no fue del todo mentira  — explica   —. Siempre te me has hecho un chico realmente lindo, te lo he dicho, y eres muy buena persona. Literalmente eres como el chico perfecto, aun no entiendo como es que estoy enamorada del idiota de tu amigo y no de ti. 




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