Cómo no soy una persona descortés, de manera amable saludo a mi vecino.
-Buenos días, lo observó detenidamente y me doy cuenta que es una persona de aproximadamente unos 25 años, alto, guero, cabello castaño, delgado, con un gran porte, y sinceramente muy guapo.
-Buenos días me responde, posteriormente me pregunta ¿Eres la nueva inquilina?
- Sí, llegué, ayer, respondí de manera algo nerviosa.
-Que bien y que te parece esta ciudad.
-Bueno, pues la verdad a penas la estoy empezando a conocer y digamos que no pase muy buena noche.
-Y eso porque razón, algún motivo en particular, tal vez el ruido del tráfico.
-No fue el ruido y escándalo de uno de los vecinos que tenia la musica a todo volumen, lo puedes creer, por supuesto ya sabia que todo ese escándalo provenía de su departamento.
En ese momento se sacudió el cabello y con la otra mano se tapó la boca y me dijo riéndose;
-No lo puedo creer, que escandalosos, pueden ser algunos vecinos, ¡verdad!
-Sí, verdad, no hay respeto, bueno que pases un lindo día, me marcho algo molesta, aunque no se me notaba en lo mas mínimo, también estaba muy nerviosa, porque no suelo hablar así de casual, con personas que no conozco.
Llego 10 minutos antes a la entrevista, la secretaria del lugar registra mis datos y me dice que en un momento me llaman, los nervios invaden por completo mi cuerpo, para quitármelos de encima comienzo a estudiar mi currículum.
Tiempo después, exactamente 20 minutos me llama la secretaria y me hace pasar a la oficina, entró y saludo al entrevistador, puedo notar que es una persona de unos 50 años regordete, alto, barbón, y parece tener una cara de pocos amigos, me dice que tomé asiento,le entrego mis documentos, comenzando así la entrevista.
-Bien, Camelina, revisando tu currículum puedo observar que no tienes mucha experiencia en el área administrativa. Me observa fijamente sin parpadear.
-Sí, efectivamente, pero aprendo con facilidad y tengo experiencia en otras áreas como lo es atención al cliente, manejo de efectivo y marketing, respondo de manera tambaleante, ya que me intimada con esa mirada matadora.
-Bueno, como verás, buscamos una persona con mínimo 2 años de experiencia en esta área, normalmente me gusta tomarme el tiempo con todos los candidatos, para poder elegir al más idóneo.
En eso momento me comienzo a angustiar y siento como mi corazón palpita de manera muy agitada. De manera rápida le respondo -Sí me contrata no se arrepentirá, como lo mencioné anteriormente aprendo con facilidad, soy muy responsable y me adaptó muy fácilmente a cualquier cambió.
-Muy bien, como verás tengo que entrevistar más candidatos, me quedaré con sus documentos y cualquier cosa nosotros nos comunicamos con usted.
-Entonces sería todo. En ese instante me doy cuenta que tal vez no me llamaran, formalmente me despido del entrevistador y me marcho muy triste de aquel lugar.
Tiempo después me encuentro caminando en la calle sin un rumbo fijó, me dan ganas de llorar, pero me aguantó porque no me puedo dar ese lujo, de tanto merodear por tantos lugares, me comienzan a doler los pies, en ese instante me doy cuenta que uno de mis talones suelta sangré, veo a lo lejos una banca y de inmediato me dirijo a sentarme.
-Diablos, lo que me faltaba, tendré que ir a una tienda a comprar curitas. -¿Que voy hacer? - Es 100 por ciento seguro que de ese trabajo no me marcarán, me estoy quedando sin dinero, en ese instante me toco mi cabeza con ambas manos, si no consigo un trabajo lo más pronto posible ¡Tendre que regresarme a mi pueblo!
Me levantó de la banca, continuó caminando con dolor en mis pies ya que no encuentro ningún lugar para comprar una curita. -¡Pero que largas son éstas calles! ¡Ya tengo hambre!, me tocó mi panza y siento como mis tripas empiezan a gruñir. En ese instante me tapó la boca con mi mano ya que me doy cuenta que no tengo la menor idea de donde estoy, Me digo de manera hilarante -Que raro, ya decía yo que tenia que salir con mis cosas y como siempre me perdí. Empiezo aplaudir y reír muy fuerte, visualizó que vienen unas personas caminado y me calló.
-Lo que faltaba, van a pensar que estoy loca, siento mi cara toda ruborizada y decido seguir caminando.
Decido buscar mi ubicación en el celular y observó que estoy a una hora de distancia de mi departamento. -¡No! Lo que me faltaba, me toco mi espalda con una de mis manos, - Ni modo, a caminar, hasta tomar el bus es un lujo que en éste instante no me puedo dar, - El lado positivo de todo este bonito desastre es que,¡Conocere más esta ciudad! ¡Fuerza Camelina!
Después de caminar por aproximadamente treinta minutos, miro a lo lejos un hotel con un cartel, como casi no me gusta ser curiosa me acercó al lugar, el cartel dice que contran recepcionista. Me sorprendo y el semblante de mi cara cambia totalmente.
-Bueno, pues no pierdo nada por intentar y ¡total por preguntar no cobran!, me adentro inmediatamente al hotel.