Al llegar al área de recepción veo sentada a una mujer de aproximadamente unos 50 años, muy jovial, cabello muy cortito, color guindo, con una blusa morada, descotada, una falda negra muy corta y unos tacones morados de unos 12 centímetros de altob y con un maquillaje bastante extravagante. Me dirijo a donde se encuentra y de manera amable la saludo.
-Buenas tardes, me interesa la vacante de recepcionista con que persona me tengo que dirigir para que me proporcione información. En ese instante me mira fijamente y me sonríe.
-Buenas tardes, conmigo, ¡Soy la dueña de este hotel! En ese momento me sorprendo y me pongo algo nerviosa, ya que consideró que fui muy informal con la señora.
-En verdad me interesa la vacante, ¿qué necesitó para postularme a la vacante?
Continúa sin quitarme la vista de encima y después de un instante me dice -Mira jovencita el cartel lo acabó de colocar esta mañana, pero veamos traes una solicitud de empleó.
De manera rápida le entregó uno de mis currículum, en menos de cinco minutos lo lee todo.
-Mira Camelina, mi hotel no es muy grande como podrás observar y como pude leer tu cuentas con estudios universitarios y no creó poder pagarte el sueldo que concuerde con lo que éstas buscando.
-¡Me interesa mucho el trabajo! Si me contrata no la defraudare, soy una persona, responsable comprometida y honesta, aunque su mirada me intimida le sonrió y me paro lo mas firme posible sin cruzar mis manos, podría decirse que tenia la compostura de un soldado.
Le gana un poco la risa y me dice -¡Bien tu ganas! Comenzamos la entrevista, veamos -¿Que es lo que mas te gusta hacer? Le contesto sin dudar -Comer y dormir, me gusta comer de todo mientras sea comida.
-¿A que le tienes miedo? A las lagartijas, porque dicen que se meten por ahí y cuando veo una me tapó la retaguardia y me voy corriendo cómo burro sin mecate, aunque ahora que lo pienso no es miedo creó es pavor. En ese instante la señora soltó una carcajada, aunque no comprendí porque si es uno de mis grandes temores, solo logró sonrojarme.
-¡Enserio! Que graciosa eres jovencita. -Dime y solamente le tienes miedo a eso.
-Bueno, también le tengo miedo a los muertos, aunque dicen que hay que tenerle más miedo a los vivos que los muertos. La señora me mira con mucho detenimiento.
-Muy bien, pasaste la primera etapa, por cierto creó que no te he dicho mi nombre, mucho gusto me llamó Virginia, aunque de virgen ni las pestañas.
En ese instante nos comenzamos a reír las dos. -Mira Camelina, como veras este es un hotel pequeño, aunque es bastante transitado, no se compara con los gigantes de la industria hotelera, y yo quiero una persona que cubra mis ausencias, ¿qué te parece?
-Pues, yo estaría encantada de poder trabajar ¡en este lugar!
-No lo se, y si te contrato y después me abandonas, en verdad sería tedioso buscar otra persona.
-No la defraudare, soy una mujer de palabra y siempre me gusta cumplir lo que prometo. En ese instante junto mis manitas y las posicionó delante de mi boca, como si le estuviera suplicando.
-Que te parece si hacemos un trato, veras yo acabó de enviudar y hace bastantes años que no tomó tiempo para mí, quiero estudiar unos cursos que me tomaran un año, así que si tu me prometes que durante ese año, no me dejaras botada, el trabajo es tuyo.
- En ese momento no puedo sentirme más feliz, doy un pequeño brinco, y levanto una de mis manos. -Sí, me parece perfecto, soy una mujer de palabra y le prometo que no la defraudaré.
Cerramos el trato con un apretón de manos, y posteriormente me dice ;
-Mira tu horario de trabajo será de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. de lunes a viernes y sábados de 8:00 a.m. a 2:00 p.m. ¿qué te parece?
-Me parece !perfecto! Mi sonrisa se podía notar miles de kilómetros.
-Bueno y en cuanto al sueldo, sería de $1,600 semanales, ¿Éstas de acuerdo? Me mira fijamente para observar mi reacción.
-Sí, muy de acuerdo, en verdad muchas gracias por la confianza, Me siento tan conmovida, que me dan ganas de llorar, pero de felicidad.
-Perfecto, comienzas mañana, así que tengo que ponerte al día, primero te mostrare todo lo referente, a precios de las habitaciones, servicios que ofrecemos, me dirige con ella hacia la computadora, y me va brindando toda la información referente al hotel, nos toma aproximadamente una hora y media.
-Camelina, que te parece si te presento a los demás empleados, me lleva con ella a la entrada del hotel donde se encuentra un señor de unos 60 años, chaparrito, gordito, canoso, con una barba muy singular que hasta se podría decir que bastante divertida, porta un uniforme verde militar. El señor nos saluda de manera muy amable.
-Buenas tardes señoritas. -Ahí chonito señorita la jovencita ya te he dicho muchas veces que yo de donde, que ni se me nota. En ese instante nos reímos los tres.
-Mira, chonito aprovecho para presentarte a Camelina sera la nueva recepcionista.
Ambos nos saludamos de mano y enseguida Virginia comenta que Chonito es el guardia de seguridad a el lo cubre su hijo alfosito, se dividen los horarios, pero eso lo arreglan entre ellos.
Nos despedimos del señor y me lleva al área de limpieza donde se encuentra una mujer de unos 40 años, chaparrita, delgadita, cabello negro y largo con un uniforme de color azul cielo.
-Ella es Clarita, se encarga junto con Griselda y Mireya del orden y limpieza del hotel y de todas las habitaciones, en ese momento Clara le informa de la falta de algunos detergentes. Se percata de mi presencia y me saluda, aunque puedo notar como me observa de manera curiosa.
-Mira Clarita, ella es la nueva recepcionista, puedo notar su asombro y me saluda, -Hola espero que le puedas aguantar el paso a la jefa, suelta una carcajada, -Es broma, la verdad es de las mejores jefitas que he tenido.
En ese momento va entrando Griselda, una mujer de unos 60 años regordeta, cabello corto y canoso, con una facciones del rostro bastante tiernas.
Nos saluda y sale de prisa, después entra Mireya, una mujer de unos treinta años de cabello largo, color rojo pasión, delgada, alta y con unos tacones de unos 8 centímetros de alto, dice quejándose que le dejaron muy poca propina, se da cuenta que estamos ahí e intenta cambiar de conversación y después virgenia nos presenta, aunque puedo observar como Mireya no deja de barrerme.
Salimos del lugar y Virginia me menciona que aunque están las 3 juntas tienen diferentes horarios, solo los fines de semana chocan entre si porque suelen ser los días mas concurridos, aunque me aclara que sus horarios los tiene en una agenda.
Me lleva al centro de lavado y me presenta con Carmen, una mujer de unos 40 años, muy alta y gordita, cabello largo, rubio, muy bien maquillada, quien es la encargada de ese lugar y de la bodega, donde guardan todos los insumos del hotel.
Observo que es una persona bastante alegré, me saluda de mano y posteriormente Virginia me lleva a recorrer todo el hotel, por último volvemos a la recepción y me dice lo siguiente;
-¿Que te pareció?, como verás son pocos empleados aunque normalmente te la pasaras aquí en recepción, creó es necesario que conozcas a todos, por cualquier cosa, me sonríe.
-Muy bien, no se preocupe tomare nota de todo y si tengo alguna duda le preguntare a sus muchachas. De igual forma le sonrió, aunque no creó tener una sonrisa bonita como la de alguien bella.
-Bueno, lo mejor es que te vallas a descansar, te esperó mañana muy puntual.
Me despido de Virginia y me marcho del hotel muy feliz, aunque aún con mucho dolor en mis pies y con demasiada hambre.
Me dirijo a la primer parada de autobús que encuentro, ya que, como encontré trabajo ahora si me puedo permitir tomar el bus. Pasan varios autobuses y me la paso preguntándole a los choferes, por si alguno se dirige a la zona donde vivo, todos me dicen lo mismo que esperé el siguiente, hasta que por fin después de esperar veinte minutos, me subo a uno que se para a una cuadra de mi departamento.
Como me encanta ver por las ventanas, me la paso todo el trayecto observando todos los lugares, después de unos minutos por fin llegó a mi parada y camino cinco minutos,hasta que llegó a mi edificio, entro como chivo sin mecate, sin importar nada, y saludo rápidamente al portero, me subo corriendo las escaleras, y como tengo muy buena suerte, me encuentro abriendo su departamento a mi encantador vecino. Se me queda viendo y me saluda.
-Buenas noches, también acabas de llegar del trabajo.
-Sí, y espero que esta vez si me dejen dormir los vecinos escandalosos, le contesto de manera muy sarcástica. Puedo notar como se vuelve a reír, solo puedo pensar que cínico es este individuo.
-Por cierto no me has dicho tu nombre, ni me he presentado formalmente, mucho gusto me llamó Santiago.
Me extiende su mano y aunque no me gusta saludar de mano y mucho menos aún hombre lo hago, ya que sentiría muy feo dejarlo con la mano extendida. -Un gusto, mi nombre es Camalena, ¡Perdón! Digo Camelina en eso momento puedo sentirme completamente sonrojada.
Se ríe, se toca la nuca con una mano, -Bueno la verdad debo confesarte algo.
De inmediato le respondo -¿qué paso? ¿qué hice? ¡Yo no fui! Es más yo ni si quiera estaba.
Suelta una carcajada, -En serio que eres muy graciosa, la verdad es que yo soy el vecino escandaloso, inmediatamente me hace una cara asiendo pucheros.
-Ya lo sabia, se sorprende -Cómo ya sabias y me seguiste el juego, -Digamos que te tire al león, no la verdad quería saber tu nivel de cinismo.
-Me hace una cara, como si me estuviera diciendo que soy de lo peor, - Es enserio, suele ser tan directa.
-En ocasiones, inclinó mi cabeza, además que prefieres "Una verdad cruel, que usualmente a ninguna persona le gusta que le digan o o una mentira piadosa".
-Se queda pensando y me responde - Por siempre, la verdad disfrazada de verdad, y me guiñe un ojo.
Se percata de que mi pie sangra, -¿Qué te paso en el pie?
-No lo sé, tal vez deben ser los zapatos.
Me dice que me espere un momento y se mete de inmediato a su departamento, después de unos segundos sale con una caja de curitas y me la entrega. -Toma creó las necesitas mas que yo.
-Gracias, pero no es necesario se las trato de entregar.
Pero se resiste, -No, tu las necesitas mas qué, yo además es una manera de disculparme por la música, en verdad si hubiera sabido que tenia vecina nueva, hubiera sido más modesto con la música, para la otra mejor te invito, me vuelve a guiñir el ojo.
--Para la otra mejor no pongas música, me río y también le guiño el ojo, me hace pucheros, -no te creas es broma, ya quita esos pucheros, estaba jugando, en ese instante me comienzan a gruñir muy fuerte las tripas.
-¿Qué fue eso? -¡Nada!- -¿Cómo que nada? se ríe y se me comienza acercar, me incomodo y le digo, ¡bueno ya!, esta bien son mis tripas.
-Lo sabía que fuerte suenan, es de hambre verdad.
-Me toco, la panza y le digo por supuesto que de hambre, de que mas podrían ser. Pongo mi cara de indignada, Buenas noches, abro la puerta y me meto al departamento.
Dejo mis cosas arrumbadas, me quitó, los zapatos y me colocó unas curitas, pongo a calentar agua para preparar una sopa instantánea y en lo mientras me aviento en el sofá, mientras como unas galletas y recuerdo que no había comido nada desde la mañana y ya eran las 9:00 p.m.
Unos minutos después me encuentro comiendo mi sopa, y tomando una soda y de repente empieza a sonar mi celular y al mismo tiempo alguien esta tocando la puerta de mi departamento.