—Entonces… ¿qué hiciste?
—Le dije que no iría con ella.
—¿Y cómo lo tomó? —Le mira fijamente, con preocupación en sus ojos cafés. Aunque es un poco extraño porque a la vez parece con ganas de reír. Tal vez no es muy bueno controlando sus emociones.
—Mal.
—Algún día tendrás que hacerlo, va a seguir persistiendo —Cameron se lamenta, pasándose una mano por el cabello. Está en el centro de la habitación, cerca de la cama. Luce preocupado, como si estuviera a punto de recorrer el sitio de un lado a otro.
—No diré nada si no quieres que lo haga —jura Ashton para tranquilizarlo. Es la primera vez que levanta la vista de su regazo.
—En serio, lo siento —El castaño se aproxima a él, trepando por la cama hasta llegar a su lado—. Nunca quise que nada de eso ocurriera. Sabes que te quiero bastante, ¿verdad?
—Lo sé —Sonríe—. ¿En verdad piensas que soy lindo?
—Sí, lo creo —Pasa un brazo sobre sus hombros, dándole un abrazo. Después besa su sien—. El chico más lindo del mundo entero.
—Pero no el más afortunado…
—No —ríe débilmente, mirándole con algo cálido—. No puedes decírselo a nadie hasta que yo lo diga, ¿de acuerdo?
El de ojos azules asiente.
—Te quiero —murmura, dejando otro beso en su rostro.
—Yo más.
Ashton se aprieta contra su pecho; el muchacho huele igual que su armario.