Cameron

8. Es él

No puede dormir. Ha dado tantas vueltas en la cama que está mareado. Cameron desapareció hace un par de horas, y desde que eso ocurrió, él no logra distraer el hilo de sus pensamientos. Parece que todo lo que ronda en su cabeza es la voz del muchacho, diciendo un barullo de cosas que ni siquiera tienen sentido y que únicamente le provocan ganas de llorar a causa de la desesperación.

Comienza a cantar una canción que le enseñó mientras estaban en el callejón, con la esperanza de poder descansar si su subconsciente cree que el castaño está cerca.  

No logra llegar a la segunda estrofa antes de que una ráfaga de dolor atraviese los costados de su cráneo. Siente que sus ojos van a explotar. Gime, apretando una almohada contra su cabeza.

Escucha un sonido. Deja de respirar y oye con atención. Hay música clásica saliendo del armario. Es como un violín, puede percibir al instrumento tocar la melodía más triste que ha escuchado jamás. Se levanta y va hacia allí.

 Al abrir la puerta, no hay ropa ni cajas de regalos viejos y no huele a naftalina.  Allí hay tejidos humanos. Está viendo un cúmulo de carne sin piel. Puede ver palpitaciones, venas azules y arterias rojas.

La música aumenta su ritmo, añadiéndose un tamborileo frecuente.  

Es un corazón. Está viendo un enorme corazón. Antes de que piense en gritar, algo le impide el habla, cubriendo su boca. Puede sentir nuevamente el olor de Cameron; cerca de su oído, susurra:

—¿Qué ves?

—Tengo miedo —responde Ashton, cubriéndose los ojos cuando el violín se hace insoportable y no soporta la visión ante sí.

Cameron le cubre entre sus brazos. Ashton no puede soportar el peso de su propio cuerpo y cae al suelo.

—Cameron, tengo miedo. Haz que ese sonido se detenga, por favor, hazlo.

Siente que comenzará a llorar, sus oídos están sangrando.

El castaño lo sienta sobre su regazo, cubriéndole la boca con una mano mientras susurra que no haga ruido.

Cierra los ojos con fuerza y se concentra en la melodía que el chico murmura en su cuello, es la misma  que él cantaba. Nota que se equivocó en varias palabras.

No sabe cuánto tiempo transcurre hasta que todo se detiene. Cameron está apretando demasiado fuerte y siente que va a asfixiarse. Abre los ojos de nuevo, apartándole la mano cuando el sonido desaparece.

Mira el armario, la puerta está cerrada. No hay ruidos, palpitaciones ni nada. Su dolor de cabeza también ha desaparecido.

—¿Qué fue lo que pasó? —inquiere en confusión.

Está temblando de miedo sobre su regazo. Él le acaricia su cabello, observándolo con algo indescriptible y (doloroso) extraño en sus ojos.

—¿Qué viste?

Le cuenta todo. El muchacho asiente algunas veces en el transcurso del relato, pero siempre se muestra confiado.

—Cuando estoy triste, suelen pasar estas cosas —explica en voz baja—. No debe darte miedo.

—¿Por qué?

—No lo sé, supongo que atraigo las cosas raras.

—¿Estás triste justo ahora? —pregunta el de ojos azules, acariciándole el contorno de la mandíbula.

—Sí.

—¿Por qué?

—Alguien mató a Mapy —dice con tristeza.

Se ve tan mal que no evita sentir pena por él, guardando silencio por algunos minutos.

—¿Qué pasó? —pregunta al sentir el murmullo de voces reinstalarse en su mente. Está asustado y solo quiere escucharlo para no comenzar a llorar.

—No quiero contártelo —le responde cortante.

Traga saliva, aun no se acostumbra a ese tono. Cuando habla así, siente que está a punto de golpearlo.

Se limita a observar la habitación y a escuchar la pesada respiración del chico a su lado. Pues parece que está con un animal molesto; casi gimiendo. El lugar está completamente oscuro, solo puede vislumbrar fragmentos del rostro del chico a causa de la luz exterior.

—A veces yo también me siento muy triste cuando recuerdo lo que pasó en el callejón. Recuerdo al hombre, escucho su voz diciendo: Eres demasiado lindo para tener tanta suerte y siento… siento… que se ha llevado todo lo que tengo.

—¿Recuerdas cómo luce? —inquiere con suavidad, cambiando abruptamente su tono de voz. Toma una de sus manos acariciándole la muñeca con su dedo pulgar.



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En el texto hay: lgbt, amistad, violencia

Editado: 28.08.2018

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