Camila Y Juan

CAPITULO 9 – Hechizo Gitano

CAPITULO 9 – Hechizo Gitano

 

           

            Un silbido del caño se escucho a lo lejos hizo que dejara de besar a Camila y la tirara de ella junto conmigo al suelo.  Esto era lo que más temía, los franceses habían llegado a Londres y estaban dispuestos a arrasar con todo.  En la carta que tenía el emisario herido en la enfermería del Cuartel las órdenes eran evitar que los franceses tomaran posición del Palacio Windsor; el cual ahora estaba vacío ya que el Rey se había ido el mismo día que se fue la Reina y los herederos a la corana en secreto.  Así que todos teníamos que defender solo las posiciones de los Reyes. 

            También en la carta estaba escrito que el ejercito de los franceses llegarían antes de lo que creíamos y así fue.  PJ y yo pensábamos que teníamos al menos unos días para poder celebrar la boda y salir de inmediato, pero nos habíamos equivocado. Ahora en plena boda nos estaban atacando y dispuestos a matarnos a todos.

            Con varias explosiones en la iglesia, todo comenzó a templar y todo se volvió borroso.  No sé después de cuánto tiempo desperté con dolor en mi espalda. Al girarme y sentarme vi el infierno delante de mí.  La iglesia había sido destruida casi en su totalidad. En el techo había dos perforaciones de los cañones.   A mi alrededor estaban muchas personas, heridas, muertas; desconocidos y familia. No sabía quién era quien, tratando de quitarme el aturdimiento de mi mente y cuerpo, moví la cabeza de un lado a otro.  Al mirar a la izquierda vi a Camila tirada a un lado con un trozo de madera encima de sus costillas, estaba tratando de mover la madera, pero era muy pesada.  Ya era parte de la viga del techo. Me levante sin mucha coordinación y llegue hasta donde estaba ella.

            - Camila, amor. – Al verla mi cuerpo se quedo frio, ella casi no podía respirar y temía que fuera una de sus costillas estuviera rota y le hubiera perforaron uno de sus pulmones o simplemente la viga no la dejaba respirar. – Déjame quitarte esto para que puedas respirar mejor.

            Camila solo asintió.  Su cara estaba llena de sangre, sangre que le salía por la boca y por una cortada de su cabeza.  La viga era pesada y con mucho esfuerzo logre levantarla y quitársela a Camila. Un grito ahogado salió de su garganta y quedo inconsciente. Busque un lugar en donde dejarla a lo que buscaba más sobrevivientes entre los escombros y tratar de huir del lugar por que los soldados no deberían estar muy lejos del lugar.

            Después de colocar a Camila encima de los resto de una banca, fui por cada miembro que pude encontrar de mi familia y la familia de Camila y todos estaban muertos.  Muertos por los impactos de diversos objetos, llore por sus pérdidas, por sus temprana partida y deseaba venganza.  Todos en esta iglesia eran inocentes de los deseos de conquista de los extranjeros, deseos de grandeza y poder.  Hombres, mujeres y niños muertos.  De pronto sentí que alguien se acercaba y volvía a donde estaba Camila tendida y la tome entre mis brazos y salí de los escombre que quedaban de la iglesia. Y la vista de la cuidad no era muy distinta de la iglesia. Todo estaba derrumbado, o a punto de caer o en llamas.  Los cuerpos en las calles estaban mutilados o ensangrentados.

            - Tnte. Por aquí. – Escuche decir a un joven.  Al mirar de donde venia la voz vi que era el monaguillo de la iglesia.  Tenía una herida en la cabeza y sus ropas estaban ensangrentadas y rotas.

            – Tenemos que irnos los franceses están cerca.  Ya han pasado y nos han dado por muertos pero creo que volverán. Para saquear y ver si hay sobrevivientes. – dijo Juan

            - No hay más sobrevivientes – pregunto el joven

            - No solo mi esposa. Y tenemos que llegar a un poblado cercano para que la atienda un medico.

            - En la parte de atrás estaban los caballos y los carruajes, espero que no se hayan dañado. – dijo el joven moviéndose entre los escombros.

            Al llegar a la parte de trasera de la iglesia todo estaba a punto de derrumbarse pero había dos caballos atados a una viga.  El joven los desamarro y me los dio.

            - Será mejor que solo me lleve uno, tratare de ir a Dartford para ver si la pueden atenderla.

            - Pero irán más rápido si van en caballos separados. – dijo el joven




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