Camila Y Juan

CAPITULO 11 – Barreras Y Obstáculos  Parte 1

CAPITULO 11 – Barreras Y Obstáculos  Parte 1

 

 

            Cuando me levante en mi habitación me encontré con Maggie a un lado de mi cama.

            - ¿Qué ha pasado?

            - De has desvanecido en el Museo Victoriano y Jerry te ha traído a casa. – Dijo Maggie con el amor de una madre

            - ¿Quién es Jerry?

            - El es profesor en la Universidad de Oxford del Departamento de Lenguaje y Literatura Inglesa.

            Al escucharlo me sonroje, que vergüenza él iba a ser mi profesor ya yo había comenzado con el pie izquierdo.

            - No te preocupes el es un encanto y no pensara nada. Sabe que acabas de llegar y que tu desvanecimiento es por el Jet Lag. – Maggie vio que yo solté un suspiro me dijo: - Te dejo para que descanses. – se levanto de mi lado y me dio un beso en lo alto de la cabeza y se fue.

            Yo me quede acostada en mi nueva cama, en la habitación que sería mía hasta que terminara mis estudios. Y los recuerdos volvieron a mí.  Recuerdo haber estado vagando por las calles hasta encontrar el Museo Victoriano; recuerdo la sensación que sentí al ver esa Mansión convertida en museo. Sentí la electricidad por mi cuerpo, sentí como si conociera esa mansión, como si hubiera vivido en ella, como si me perteneciera.  También recuerdo la sensación que tuve al ver el cuadro de Otoño, pintado por Lady Camila Robinson. Sentí como si lo hubiera pintado yo, sabía lo que la artista quería plasmar en la pintura. Y cuando la toque… el choque eléctrico que sentí y las cosas que vi. Las visiones eran tan reales… me vi a mi misma con otra joven pintando ese cuatro y al escuchar la vos de un hombre, al verlo sentí que lo amaba.  Era tan guapo y se le veía en los ojos que me amaba. Jamás había estado enamorada y sentí envidia de ese sentimiento y recuerdo u visión.

            También recuerdo que ví a ese hombre delante de mí en el Museo y lo llame Juan. Era el mismo que había visto en mis visiones y eran tan reales que me dejaron desconcertadas. Por momentos pensé que estaba viendo visiones. No sé cuánto tiempo estuve pensando en las visiones o recuerdos pero me quede dormida con el recuerdo y el rostro de ese hombre

 

3 días después

 

            Hoy es mi primer día en la Universidad y estoy emocionada y a la vez nerviosa. Emocionada por que estoy donde quería estar, por lo que había luchado por dos años. Aquí en esta facultad era donde se llevaba una investigación en la cual quería participar. La investigación era sobre la escritora Janes Austen y sus obras, la mayoría de sus obras fueron publicadas los últimos años de su vida y después de su muerte a los 42 años. No se sabe si Austen no quería publicar sus obras o solo las escribía por el placer de escribir y que su familia y más allegados amigos disfrutaran de su obra.

            Y también estaba nerviosa porque en estos tres días había tenido más sueños de una vida que no era mía, pero que así la sentía con ese hombre Juan o Jerry.  Recuerdo haber pasados horas paseando por un parque, recuerdo los sentimientos que ese hombre provocaba en mi en esos sueños y eran amor, un amor tan puro, desinteresado y una profunda devoción  que me abrumaba. Y en los ojos de ese hombre había lo mismo.  Como quería que un hombre sintiera lo mismo por mí.

            Y ahora mis nervios eran más al saber que tenia 2 clases con él, su nombre era Profesor Jerry Lautner y tenía 35 años y era hijos de los dueños de Empresas Lautner Global. Ellos eran los dueños de los medios de comunicación en toda Europa. Ellos poseían revistas, periódicos, canales de televisión y estaciones de radio. El Prof. Lautner para sus 35 años era muy, muy atractivo y el era todo lo contrario a lo que yo era.  Yo soy alta, delgada, pero sin gracias y con toda la apariencia de un ratón de biblioteca. Sin embargo el se veía de clase, con un porte innato y demasiado atractivo para mi tranquilidad mental y física.  Ya tenía suficiente con los sueños, visiones o recuerdos que tenia de él, de nosotros juntos, de una vida que sabía que no habíamos tenido pero que se sentía tan real en mí.  Y despertaba sentimientos, sueños y anhelos que no tenia y que creía sepultados en mi corazón y que jamás habían sido despertados por nadie.




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