05
—Medio hermano. —corrigió Delian.
Kaleb parecía afectado con ello, la expresión que hizo su rostro al escucharlo lo reflejo por completo. Parecía esforsarse por esconderlo. Incluso yo me sentí mal por ello.
—Sí, eso, medio hermano. ¿Que necesitas? Por que claro está que a visitarme no vienes.
—Franci me envió por las cajas de velas aromáticas.
—No tengo registro de ese pedido.
—revisalo.
Kaleb tomo el cuaderno y comenzó a buscar en él de una forma rápida y sin poner atención, lo dejo en la mesa y volvió a decir que no había registro del pedido.
—¿Donde esta Silvia?
—No esta, en su lugar ella quedó a cargo y tampoco sabe nada.
Delian me miró, y me sentí realmente pequeña cuando lo hizo.
Ese día conocí la envidia.
—Puedes revisar bien, por favor...
—Cam, soy Camille.
—Camille, puedes revisar otra vez, haber si mi hermana hizo el pedido.
—Tu media hermana, ella también es tu media hermana —Corrigió Kaleb, y si trataba de no escucharse dolido, no lo logró.
Como era de esperase Delian lo ignoro.
Revise la libreta, pero realmente no había nada sobre ese pedido.
—Mejor le hablaré a mi abuela directamente, tal vez olvidó apuntarlo.—él asintió y como esperaba, estaba en lo correcto.
Mi abuela si había contemplado el pedido, pero no lo había apuntado.
Tenía que hablar con Franci para volver apuntar que era lo que había ordenado y armar el paquete.
Delian se comunicó con ella, y después de que le respondió me paso su teléfono para que me dijera que había encargado.
—Camille, lamento lo que ocurrió ayer.
—No te preocupes, sus razones abran tenido. Me gustó haberte vuelto a ver. Jamás pensé que vivieras aquí.
—Yo también, fue una sorpresa encontrarte. Vienes de vacaciones o...
—Me mude, bueno, nos mudamos mi madre y yo aquí con mi abuela. —casi al instante, una pregunta me surgió.
Mi abuela se había notado preocupada al verme con ella aquella vez, incluso sono alarmada cuando me dijo si me había tocado, ¿pero por que no me dijo que se conocían?
—Aww eso esta mejor. De hecho, bueno, el sábado festejare mi cumpleaños número 18, será algo pequeño pero seria muy lindo que me acompañaras y de paso, si te llevas bien con kaleb, me gustaría que lo trajera contigo.
—Franci...
—Por Favor Camille, no me digas que no, sera divertido. Puedes conocer más gente incluso
No pude avitar sentirme muy bien con su invitación, había sentido que sería algo complicado iniciar de nuevo, y, por suerte, estaba ella aquí.
—Muchas gracias, le preguntaré a mi madre y yo te confirmo mas tarde.
—Perfecto, le dices a Delian o Kaleb que te pasen mi numero, espero tu mensaje. ¿Me pasas a mi hermano?
—A Kaleb o...
—Delian, por favor.
—Claro, solo que, te falto decirme una cosa más, ¿Cuál es tu pedido?
Soltó un risa pequeña y tras disculparse comenzó a armarme su paquete. En lo que ella se detenía a pensar en sí le hacía falta algo más, yo mire a ambos hermanos.
Delian y Kaleb parecían incómodos con el solo hecho de estar en la misma habitación, he incluso a mi comenzaban a afectarme. El dueño del teléfono merodiaba por el garaje revisando lo que había, leyendo las etiquetas de los frascos y tocando algunas flores. Kaleb por su parte no le quitaba los ojos de enzima, advirtiéndole una y otra vez que dejara los pétalos en paz.
Parecían a la defensiva, como perros y gatos.
—Toma, gracias. Y no le cuelgues, Franci quiere hablar contigo —
En lo que esté continuaba con la llamada, kaleb y yo fuimos por las cajas a la bodeguita, gracias al cielo aun no las subíamos a los estantes.
Delian apilo las 9 cajas de velas aromáticas y las cargo con gran facilidad provocando que kaleb rodará los ojos.
—¿Oye, no se te olvida algo? —Repuso este
—No te preocupes, Franci me dijo que ya le hizo la trasferencia a mi abuela. Pero, Delian, podrías pasarme su numero.
Rodó los ojos soltando un suspiro de pesar. Dejó nuevamente las cajas en la mesa y sacó su celular del bolsillo trasero.
¿Por qué si tenía la opción de preguntarle a Kaleb, decidí pregustarle al antipático de su hermano?
—¿Tienes en donde anotar?
~*~
—Voy a llorar. —Susurre. Era mucha la gente que estába formada y muchas las cosas que pedían.
No me malentiendan, nos estaba llendo muy bien, pero me pedían cosas que no sabía que era, y los precios, o Dios los precios. Pobre Kaleb, lo tengo mas entresado yo que los clientes.
—Tranquila, si quieres ve a sentarte un rato, yo me encargo.
—No, yo te voy a ayudar solo tenme paciencia a mi también.
Después de que se vaya la gente voy a dedicarme en aprenderme los precios, lo juro.
Seguimos atendiendo y no fue hasta una dos horas después que terminamos. La tienda había quedado casi vacía así que teníamos que hacer nuevamente pedido. De eso está vez se encargaría Kaleb.
Pará cuando terminamos, la hora de la comida llego así que para matar un poco el hambre prepare unos sandwich para los dos.
—Espero y te gusten, son mi especialidad. —Bromee haciendolo reír.
Ambos le dimos un mordisco a nuestros sandwich y a pesar de que eran simples, se vio reflejada en nuestra cara la satisfacción de haber probado alimento después de bastante rato.
Ambos comiamos en silencio, y a pesar de que el ambiente no estaba sumergido en uno incómodo, después de lo que sucedió, quería platicar con él.
—¿Tú y Delian no se llevan bien cierto?
Kaleb soltó un gran suspiro de pesar y negando dejó su sandwich en su plato. Sacudió sus manos y miró hacia afuera, como si estuviera tratando de buscar las palabras adecuadas para darme una explicación.
—Es complicado de explicar sabes, hay muchas cosas en las cuales no compaginamos. La primera de todas es el hecho de que su papá engaño a su madre con la mía. Él dice que soy un bastardo y no me quiere en su vida. Pero con Franci es diferente, y eso que también fue producto de un engaño. De igual forma estoy agradecido con ello, de que la trate bien, la quiera y la proteja, aun que a mi no me quiera ver ni en pintura.