Caminando entre Sombras y Sueños

Capítulo 1: El Peso del Pasado

Dunya se encontraba sentada en su habitación, mirando fijamente el techo blanco mientras los recuerdos del pasado se agolpaban en su mente. Era una joven de veinte años, con el corazón cargado de anhelos y una sensación persistente de que algo no estaba bien en su vida y sigue sin poder identificar el que, simplemente no se siente bien, no consigue la paz dentro del caos.

Desde temprana edad, Dunya había lidiado con la ansiedad. A medida que crecía, esa compañera constante se había vuelto cada vez más abrumadora. Los nervios la invadían sin avisar, y la ansiedad se apoderaba de su ser, causándole malestar físico y emocional.

A lo largo de su vida, Dunya había enfrentado diversos desafíos. Una infancia marcada por un evento traumático había dejado una cicatriz profunda en su ser. Aunque no podía comprender completamente cómo ese hecho la había afectado, sentía sus efectos en su día a día.

Dunya siempre había sentido la responsabilidad de cuidar de los demás, pero rara vez recibía ese mismo cuidado a cambio. En una familia complicada, donde la empatía y la comprensión parecían escasas, Dunya se sentía sola en su lucha interna. Aunque anhelaba el apoyo de aquellos que la rodeaban, rara vez encontraba consuelo en ellos.

La carga emocional de su pasado se había vuelto especialmente pesada en su presente. A pesar de sus esfuerzos por perseguir sus sueños, Dunya se encontraba estancada en una sensación de desinterés y aburrimiento. Aquello que antes le apasionaba y le daba un sentido de propósito ya no lograba emocionarla. La falta de concentración y la falta de hábito de estudio habían complicado aún más su situación, especialmente en su trayectoria universitaria.

A sus veinte años, Dunya se enfrentaba a una lucha interna constante. La ansiedad la acosaba a diario, alimentada por problemas personales y el peso de su propio pasado. Sentía que había llegado a un punto de quiebre en su vida, y cada día se preguntaba cómo podría encontrar una forma de superarlo y encontrar la paz interior que tanto anhelaba.

En esta historia, nos sumergimos en la vida de Dunya y los desafíos que enfrenta. Aunque su familia y sus experiencias pasadas se insinúan en la historia, el enfoque principal recae en ella y su lucha personal, esto será sólo suyo, nadie a parte de ella podrá ser protagonista de su historia o apoderarse de ella, su vida será solo suya, aunque sea solo en la ficción. 

Dunya experimentó un punto de quiebre a los 17 años, durante su segundo año de bachillerato. En ese momento, se sentía profundamente insatisfecha consigo misma y con su vida. A diferencia de los demás, no era la más popular, no era considerada la más atractiva ni la más talentosa en ningún aspecto. No disfrutaba de las salidas de fiesta ni de los excesos de la juventud. Carecía de un grupo de amigos sólido y no tenía una mejor amiga como todos parecían tener.

Aunque Dunya intentaba agradar a todos y encajar, siempre sentía que no era suficiente. Una voz interior le repetía constantemente que no era lo bastante guapa, lista o divertida. En ciertas épocas, esa voz se volvía ensordecedora y era lo único que resonaba en su cabeza. El año de su quiebre, Dunya se encontraba en un estado de constante ansiedad, incapaz de dormir, comer o concentrarse en sus estudios. 

Las responsabilidades y problemas ajenos la habían abrumado, y se negaba a seguir asumiendo cargas que no le correspondía, por esa decisión fue señalada como mala, no sabe si fue lo más adecuado y aunque a día de hoy los problemas ajenos la siguen alcanzando, intenta que no sea tan habitual como antes.

Durante ese año, Dunya se dedicó a tratar de resolver un problema que afectaba a la persona más importante para ella. A medida que se esforzaba por ayudar a esa persona, ella misma se hundía aún más. No logró alcanzar su meta de ingresar a la universidad y se quedó a mitad de camino. El fracaso en lo que supuestamente era su punto fuerte la devastó. Sintió que había fallado en lo único en lo que se suponía que era buena.

Sin embargo, Dunya encontró la fuerza para levantarse nuevamente. Conoció a nuevas personas y, aunque logró silenciar la voz negativa por un tiempo, regresó con fuerza. A pesar de ello, Dunya se armó de valor y logró ingresar a su primer año de universidad. Sin embargo, sus expectativas no se cumplieron y el camino se volvió difícil una vez más. Lágrimas, ansiedad, depresión y un bajo nivel de sociabilidad la acompañaron durante ese año. Lo peor de todo fue que estos problemas desencadenaron su peor pesadilla: fracasar en lo que se suponía que sería su mejor momento.

 



#1549 en Joven Adulto

En el texto hay: amigos, familia, superacion

Editado: 07.12.2023

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