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Extrañamente el contrato se extendió durante todo lo que le quedaba de semana. Siendo jueves en la tarde anunciaron a la jefe de recursos humanos al frente de un nuevo proyecto que dinamizaría el bienestar de los empleados. Presente durante el anuncio la joven gestora observó cómo sus ideas pasaban a ser responsabilidad de otras personas.

Todos los días Gerardo le escribía en algún momento preguntándole cualquier idiotez. Ella abría los mensajes sin darle ninguna respuesta. Decidió tomar las busetas de las rutas para no toparse con él por accidente e ignoraba las llamadas entrantes por parte de la señorita Gómez. De esta manera se acorazó.

María José, mujer de gran ética, le dio todos los créditos a la respectiva gestora del proyecto y agradeció públicamente por ese excelente trabajo. Aclaró entonces que por motivos legales ese tipo de propuestas que abarcaban una significativa inversión presupuestal deben obligatoriamente ser lideradas por los respectivos directores de las áreas, sin embargo, gracias a su pericia e iniciativa Gracia Pedroza pasaría a ser contratada directamente por la empresa. Los detalles solo le interesaban a la señorita en mención.

A pesar de la sinceridad con la cual sonaron las palabras, no dio su brazo emocional a torcer, el gerente le había robado la posibilidad de adquirir esa experiencia laboral.

La señorita Gómez pasó al frente y anunció que por motivos de salud el señor Gerardo no pudo asistir ya que desde el día anterior estaba incapacitado. Comunicó su entusiasmo y motivó a todos a dar siempre su mejor esfuerzo.

Al escuchar a la secretaria la joven sintió una punzada de remordimiento al saber que estaba muy molesta con el Jefe-jefe, para mayores complicaciones estaba enfermo y había sido grosera con él.

Al terminar todo, recibió de forma sincera y moderada las felicitaciones de todos. Manifestó a la nueva líder del proyecto sus mejores deseos y alcanzó a la señorita Gómez.

- Hola Nina, ¿Cómo estás?

- Bien. – Gracia le devolvió un gesto de duda- algo inconforme, tu jefa es una gran persona, muy capaz e inteligente, eso lo sé, pero me molesta que el señor solo tenga ojos para beneficiarla a ella.

- Nina, no confundas gratitud o debido proceso con algo más. Me parece que tienes una confusión sentimental, ya es hora de que empieces a despabilarte. Eres muy linda y profesional, aplícalo a ti misma, el señor Gerardo te aprecia, solo eso. Es más, creo que con todo el mundo es así, sencillamente amable; lo cual no significa que tenga intenciones más allá de lo laboral con ninguno de nosotros.

- Pero Gracia ese hombre es tan buen mozo- suspiró.

- Y no es el único, recuerda que en el mar hay muchos peces.

- ¡No me digas que a ti no te llama la atención?

- A quien no ...jijij… es un hombre muy agradable, aunque no me gusta andar en la misma bolsa en la que se mete el resto de personas, ¡todas tras el más apuesto! El día que me fije en alguien ojala sea porque esa persona luchó por mi amor, no por sus lindos ojos.

- ¡De verdad Gracia!  - chillo la señorita Gómez- te veo más perdida que yo.

- Puede ser, cambiando de tema, ¿qué tiene el señor Gerardo?

- Algo así como un resfriado, lo raro es que ese hombre nunca se enferma.

Todos-  tenemos nuestro punto débil.