Camino A Casa. En ti encontré mi hogar

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Cerca de la zona de parqueaderos, se visualizaban los diferentes jardines con tenues iluminaciones que embellecían las flores de las veraneras y los coralitos de diferentes colores. La imagen impactaba de una forma distinta a cuando se miraban bajo el potente sol diurno del caribe. Al cruzar alguien estacionó su carro al lado de ellas. Era un hombre de unos treinta y tantos años, con el cabello a rape, ojos negros, cejas pobladas; parecía empleado del puerto por el uniforme, pero no lo conocía. Sin embargo, era del tipo que produce tranquilidad.

- Buenas noches señoritas, si desean las llevo o las acerco a algún lado, a estas horas las tracto-mulas son numerosas, los taxis evitan coger para esta zona, ya que ellas enredan el paso con el ingreso y salida.

- Muy amable- respondió Nina…

- Pero no- interrumpió Gracia.

- Entiendo, mi nombre es Jaime, soy operador de grúa pórtico, me acaban de cancelar.

- Entendemos, solo que mi amiga es algo quisquillosa- sonrió tímida Nina- te parece si mejor nos buscas dentro de la empresa y nos permites conocerte un poco más. Después veremos.

- Está bien señoritas- dijo el hombre- feliz noche.

Jaime se alejó en su auto. Gracia volteó a mirar inquisitoriamente a su compañera. Durante el resto del camino la acusó de coqueta entre carcajadas. Esta aceptó que le pareció un hombre buen mozo, que conocía que el gerente era muy estricto con los ingenieros de operaciones al momento de contratar los operadores de ese tipo de equipos, principalmente tenían en cuenta en la evaluación los aspectos éticos y las visitas domiciliarias. Por tanto, lo consideraba un buen partido, en caso dado.

Las risas se abrieron paso continuo en la conversación, permitiendo con esto la relajación adecuada para liberarse del estrés laboral, aunque en su interior Gracia tuviera otras cosas en qué meditar.

Más tarde, en la intimidad de su habitación, tomó su celular marcando en modo de video llamada. Debía ser alrededor de las cinco de la mañana en aquel lugar según la zona horaria. ¡Si estaba durmiendo que se levantara!  las dos conversaciones anteriores por chat habían sido de manera asincrónica, ahora no estaba de ánimos para darse esa opción. Necesitaba claridades.

Al ser abierta la video llamada todo era oscuro del otro lado.

- Señorita, acaba de despertarme en medio de la madrugada, espero que sea un motivo realmente relevante porque de lo contrario le aseguro que me quedaré dormido mientras habla, ignorándola por completo a modo de venganza- fue la inmediata respuesta de Gerardo quien no encendió las luces de su habitación al responder mientras miraba por la pantalla el rostro de la chica- Te ves bonita- dijo casi en un susurro.

- Buenos días entonces – dijo tratando de pasar por alto la última frase pronunciada por su interlocutor- ¿para qué respondes sino quieres despertar?

- Respondo porque eres tú quien llama- eso fue sorpresivo.

- ¿Por qué no enciendes las luces? – otra evasión.

- Estoy en ropa interior- sonrió para sus adentros- no creo que tengas el interés de verme semidesnudo- en esa parte ya lucía descolocada e incómoda por la pantalla.

- No, no me interesa ese tipo de espectáculos, el cuerpo desnudo de cada persona hace parte de su intimidad- respuesta fría- la pregunta es porque incomoda hacer una vídeo llamada donde te responda una pantalla negra.

- Espera un momento- dijo sin colgar la llamada mientras se colocaba el suéter y encendía la lámpara junto a su cama.




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