Gracia empezaba a pensar que las actitudes de Gerardo eran insinuantes. Eso le causaba más nervios de los que realmente deseaba admitir. Era una sensación extraña dentro de ella, la sola idea le causaba espasmos estomacales. La brisa a su alrededor por momentos se hacía más fuerte.
Johan e Isabella se unieron a ellos para formar equipo. El reto consistía en nadar hasta la marcación en el agua y devolverse, uno por uno, el ultimo del equipo en llegar fuera de la orilla era quien cerraba el tiempo. Johan tomó la vocería proponiendo que los más rápidos fueran quienes abrieran y cerraran. A lo cual Gerardo respondió que sabía era el más rápido, por lo tanto, debía cerrar la carrera. Hubo una pequeña disputa en la que intervino Isabella.
- Johan empieza tú, Gerardo está diciendo que él practicaba natación en la universidad, es obvio de que debe ser veloz, súmale la estatura, en brazadas le gana a cualquiera… Yo tengo un problema, no sé nadar.
Los hombres se pusieron las manos en la cara, Gracia solo se reía.
- Puedes ir y venir caminando- dijo Johan- en todos los equipos hay personas que no saben o apenas “chapolean”, Gracia ¿tú nadas?
- Uju- dijo encogiéndose de hombros.
- Vas de tercera entonces.
Gerardo sonrió con picardía. El agua era su elemento. No debía hacerlo obvio, sin embargo, el reto ya era de su equipo, aunque el pequeñín de Johan se autodenominara líder. “Soy un invitado” se recordó a sí mismo para evitar enfurecerse.
Sonó el silbato y salieron corriendo los competidores. A Johan no le fue mal llegando de segundo. Por su parte, Isabella empezó a correr en el agua ayudándose con los brazos tal y como Gerardo le explicó antes de iniciar, así se ayudaba con el desplazamiento. Aunque la muchacha sentía a veces que al corriente de agua la empujaba.
Fue el turno de Gracia. Los equipos iban parejos, no existía gran diferencia. Corrió al agua y se lanzó de pecho saliendo con patada de mariposa a modo de impulso. Esto sorprendió a su jefe. Nadó estilo libre tomando aire cada cuatro brazadas para no desgastarse por la falta de oxígeno. De regreso, al ser de baja estatura tuvo dificultades para impulsarse porque no tocaba el fondo, aunque si empezó a nadar esto le comenzó a costar algo de la ventaja que había adquirido en el primer tramo. Gerardo se dio cuenta. De un momento a otro la muchacha sintió un leve empujón del mar y pudo tomar velocidad.
Al salir llegó de primera. Gerardo pasó corriendo por su lado utilizando prácticamente su misma táctica. Al detenerse a mirarlo la joven se dio cuenta de que era cierto, su jefe no parecía hacer ningún esfuerzo al nadar. Sin agitarse si quiera por el recorrido llegó de primero. Sus otros dos compañeros salieron corriendo a felicitarlo por la victoria. Este aceptó las felicitaciones abrazando de paso a su empleada y cargándola para felicitarla también.
- ¡Bájame! - dijo ella turbada.
- Ya voy- expresó con su acostumbrada mirada picara.
Casi que corrió con ella en brazos, lanzándose en el agua. Al ver el acto de locura, Johan e Isabella también se arrojaron al mar celebrando, generando una estampida de muchachos al agua, liberándose por fin de las actividades planificadas para darle inicio a los juegos libres de nado, pelota en el agua, futbol, diálogos. Raquel estaba enojada por el desorden, ya que supuestamente faltaban un par de actividades. Sin embargo, después de estar en el agua, ya nadie quiso salir.