Camino A Casa. En ti encontré mi hogar

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Durante los dos cultos de jóvenes siguientes la muchacha esperó inquieta a que él rompiera la silenciosa promesa que le arrancó durante el eterno abrazo en su apartamento. Sabía que no vendría, él cumplía sus promesas, aunque a veces la esperanza de ser importante para él la sobrepasaba.

Esos diez días en la empresa fueron perennes, la expectativa la alteraba, el desconcierto la entristecías. Siempre se repetía a modo de ánimo la frase: “así debe ser”. Si algo conocía de su jefe era que siempre se comportaría como todo un caballero. El anhelo era un reflejo de sus perturbadas emociones.

En su casa, las cosas no mejoraban, sus sobrinos gemelos estaban enfermos y los gastos médicos era algo exagerados para su hermana Keren, de modo que también debía a portar y realizar turnos en la clínica.

El diagnóstico era dengue clásico, las plaquetas no se les nivelaban y la fiebre solo se les lograba controlar por medio de medicamentos intravenosos. El agotamiento físico- emocional le cobraba progresivamente la cuenta.

Johan se acercó el segundo ese segundo sábado de ausencia de Gerardo.

- Gracia, ¿tu jefe ya no va a regresar?

- No creo.

- ¿Le hicimos algo en la Koinonía que le desagradó?

- No, ¿cómo crees? Hay un tema familiar con el que debe lidiar- en el fondo era cierto, sus promesas a su familia eran la causa de la separación de su naciente amistad.

- Es difícil cuando la familia no acepta nuestra fe- Afirmó.

- O nuestras decisiones- respondió ella pensativa.

- Si los padres son creyentes, generalmente son dirigidos por Dios, recuérdalo- por otra parte… la cercanía en ciertos momentos de ese día daba a pensar que había algo entre ustedes.

- Agradezco que preguntes directamente y así no pecas de murmurador… No, entre nosotros solo hay amistad, recuerda que es de otra cultura, hay cosas que para ellos son normales- ¿de dónde se le había ocurrido semejante excusa?

- Entiendo.

- Johan, de verdad, agradezco tu trasparencia conmigo- le dio una leve sonrisa.

- ¿Si te invito a salir algún día tengo posibilidades?  - en sus ojos marrones la esperanza se teñía de tristeza.

- No deseo tener problemas, recuerda que eres el líder del semillero de voces, no te conviene alguien como yo, que ya lleva dos historias de enredos.

La conversación se cerró lentamente.

Durante la madrugada en la clínica, sentada junto a las camillas de los gemelos, mientras Gracia entraba en los primeros estadios del sueño, se vio cabalgando en un corcel de viento, con el cabello suelto, libre, plena.

El sueño la sobresaltó, vivir entre las nubes era parte de sus fantasías infantiles, que el subconsciente se lo trajera a memoria era totalmente inesperado.

Tomó la temperatura de ambos niños, verificando si estaban controladas, tomó agua y volvió a recostarse para dormir.

La enfermera la despertó en la ronda de las seis de la mañana, diciéndole que el medico empezaba a observar mejoría en los niños. La noticia fue refrigerio para sus huesos adoloridos, llamó a su madre y hermana.

Luego de ser relevada por la madre de los niños salió medio sonámbula con ganas de descansar. Nina la sorprendió con un nevado de arequipe en la entrada de la clínica. El gesto la conmovió en las fibras más profundas. Esa chica se estaba mostrando como una verdadera amiga, y ahora sentía que le estaba faltando transparencia para con ella.

- Nina, me gusta el señor Gerardo- Confesó en espera de que su amiga no le reprochara la falta de honestidad

- Bueno niña y ¿a quién no?, ese hombre es perfecto- respondió con una sonrisa condescendiente al ver la tristeza de su amiga.

- Nina, él me acompañó a varias reuniones de la iglesia, yo hasta lo visité durante su convalecencia en su apartamento, lo siento, te alentaba a olvidarlo mientras me hacía su amiga- tenia los hombros caídos.

- Gracia, yo no soy tonta, realmente no me di cuenta de tus sentimientos hacia él, pero también es cierto que algo me daba sospechas entre ustedes, se notaba una complicidad. Aunque hace varios días se evitan.

- Definitivamente eres una entrometida.

- Todo lo relacionado con mi jefe me interesa- carcajeó- mentiras, hay cosas que se perciben por los gestos, tú mejor que nadie debería saberlo. Gracia, no te ilusiones, sus padres vienen en unos días, según tengo entendido son bastante distantes con la gente y de costumbres muy arraigadas. Mantente alejada. Una cosa es ilusionarse platónicamente, y otra muy distinta es una relación que incluya padres dominantes.




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