Camino A Casa. En ti encontré mi hogar

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Durante el resto de la noche y el día Sandra le administró lo medicamentos de acuerdo a su entrenamiento médico no titulado. La temperatura se le bajaba un poco, pero por periodos muy cortos de tiempo. La administración de líquidos era continua y hasta lo canalizó para evitar deshidratación. Su hijo por momentos era totalmente consciente de todo lo que ocurría y hasta accedió a consumir algunos alimentos. Sin embargo, la fiebre hacia sus efectos y lo agotaba con facilidad, sumiéndolo en estados de letargo y continuo sueño, donde las pesadillas de desastres y monstruos regresaban a amenazarlo.

Ahora las fieras tenían como objetivo a Gracia, a quien sentía la obligación de defender a costa de su vida. Hasta en los sueños esa delicada criatura se estaba convirtiendo en una tortura.

- ¿Por qué me enfermo tan de repente padre? – le preguntó al despertarse el domingo en la noche para ingerir algo de alimento preparado por su madre.

- La tierra, digamos que estas muy lejos.

- Ahora también acá me dan pesadillas- confesó frustrado.

- ¿Algo cambió en ellas?  - preguntó al ver la preocupación en los ojos de su hijo.

- El objetivo de los monstruos siempre es …¿?

- Ella.

- Si- suspiró.

- La amas, es simple, temes no poder defenderla, el subconsciente refleja los temores. Digamos que sientes que la defraudaste.

- Como no pude hacerlo de ustedes.

- De Sandra.

- Es igual.

- Si. ¿Crees que merecía que no le hablaras?

- No.

- ¿Por qué lo hiciste?

- No fue intencional, he vivido solo por cinco años y no se dialogar acerca de mis emociones. No sé en qué momento empecé a quedarme dormido.

- ¿La has vuelto a llamar?

- No- Fedor observó el dolor en cada gesto de su rostro- creo que en este momento no tengo nada que pueda alentarla a aceptarme, ella es así: testaruda, desafiante, firme en lo que decide. Solo llamará cuando esté lista. O simplemente dejará todo en el olvido para no sentir dolor.

- Hijo, hubo un error que cometí con tu madre y fue no amarla desde el principio. Una cosa aprendí de eso, ellas nunca olvidan lo que su hombre les hace bueno o malo. Si dejas que esto quede así, por más que vuelva contigo tendrás toda la vida el reproche de no haber luchado a su favor. Si estás enamorado de verdad, has un intento más. Sino, vuelve con nosotros para que tu corazón sane.

Con un gesto de apoyo salió de la habitación para brindarle espacio. Como estratega sabía que es mejor no enfrentar una guerra que perderás, y con su hijo ya las cartas estaban jugadas, de la misma manera que su anhelada descendencia. Dadas las circunstancias actuales serian personas comunes. Otra familia tendría que hacerse cargo al partir.

Gerardo dudó. Llamarla era un cara-sello. Bendita muchachita testaruda que le atormentaba el alma con su lejanía. Marcó. Se fue a buzón. Suspiró. Arrojó el teléfono en la cama… Miró el teléfono, volvió a marcar…

- Buenas noches- Esa voz, melodía para su agotada alma.

- Hola… ¿ya quieres hablar?

- De nosotros no.

- ¿Podemos hablar de cualquier cosa?

- Si.

- ¿Dónde andas? – su voz era dulce, una caricia sonora.

- En sucre.

- ¡Dónde carajos te fuiste a esconder? - se colocó de pie automáticamente. Del otro lado sus padres se sobresaltaron al escucharlo levantar la voz.

- No me grites- se molestó.

- No lo hice- respondió con una furia cada vez mayor- una cosa es que estés molesta por lo sucedido y otra es que simplemente te vayas como si huyeras de mí.

- Eso no es lo que sucede, …-lo pensó mejor- que vas a hablar si tú también haces lo mismo, Gerardo no me saques de quicio. ¡Ahora no te diré que hago acá!

- Gracia me preocupo, te vas en viaje por carretera sola, ¿y si te secuestran?

- ¿Muchacho tú sabes cuantas personas viajan a diario por la costa? Deja de ser paranoico. Y si vas a seguir con ese tono te cuelgo- realmente no quería dejar de escucharlo, si era honesta, su llamada era una respuesta a sus dudas luego del dialogo con Nina.

- Te extraño tanto- suspiró- tanto que necesito reprocharte algo para no sentirme como un tonto.

- No íbamos a hablar de nosotros-el corazón casi deja de latirme cuando escuchó la última frase- no desvíes el tema.

- Con honestidad ¿Qué haces por otro departamento niña linda?-sintió un leve sonrojo.

- Acompaño a tu secretaria, su papá se accidentó y estaba en UCI, sin embargo, la señora Marta ya nos dijo que según el reporte médico mañana lo pasan a cuidados intermedios.

- Eres una amiga muy especial, eso no lo hace cualquiera.




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