Camino A Casa. En ti encontré mi hogar

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Diamante dorado, Roca de fuego.

Esa fue la información que recibió de su futuro esposo al aceptar el anillo de compromiso después de que ella expresara su extrañeza ante la bella piedra incrustada en el aro de oro. Era una piedra pequeña, singular, destellaba como el sol.

Le explicó que era una joya de herencia familiar, que recibió de su padre antes de marcharse ese mismo día hacia el antiguo continente. Ese solo gesto de su progenitor le bastó para confirmase a sí mismo que Gracia era la mujer con la que deseaba compartir su vida, que no necesitaba tiempo para pensarlo o proponerlo. Solo la decisión de ella.

La joya había pertenecido a su bisabuela, la única mujer que se había casado por amor en la familia. Y Gerardo sería el primer hombre en pedir a una mujer matrimonio por amor en esa familia, lo creyó irónicamente pertinente.

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Anastasia y su bisabuelo se habían criado juntos en lo que en ese momento era una pequeña aldea. Entre travesuras y juegos desde niños juraron que se casarían. Al llegar a la adolescencia él fue llevado lejos a ser entrenado y ella fue apartada a otro lugar con el mismo objetivo, ambos eran especiales, pero las mujeres eran separadas de los hombres en esa época para proteger su inocencia. Ella regresó a la aldea un par de años antes que él, intentaron casarla una vez y casi mata al prometido con un cuchillo en la garganta alegando que él muy bastardo había intentado propasarse con ella antes de confirmar los datos respectivos de la dote. Al regreso de su bisabuelo intentaron volver a su antigua relación de amigos de travesuras, pero el peso de sus responsabilidades no les dejaba oportunidad. Poco a poco fueron tomando a la costumbre de quedarse hablando hasta altas horas de la noche contándose los acontecimientos del día o curándose mutuamente las heridas. Cualquier día, sin previo aviso él pidió la mano de la joven a los padres, quienes fueron con la respectiva dote a arreglar el compromiso, temerosos de otro intento de asesinato ante un nuevo pretendiente por parte de la muchacha; lo que no se esperaban era que la joven gustosa accediera al matrimonio durante esa misma luna.

Si la chiquilla te acepta, serás el único de sus descendientes que se haya vuelto a casar por amor”, le dijo su padre en secreto antes de despedirse, allí de pie junto a la bahía. “En los registros, los escribas consideran esa joya como un elemento poderoso, aunque nadie ha podido comprobarlo, solo espero que sea símbolo de un amor verdadero y no de un enamoramiento pasajero, hazle honor, si y solo si, estas seguro de todo esto. Sandra no lo sabe, aun no acepta todo esto, se prudente.

Durante las noches siguientes rememoraba con el pecho henchido de emoción los acontecimientos: Verlo sereno cuando le respondió que le aceptaba como su novio sintió temor. Escuchar la propuesta de matrimonio, no se lo podía creer, ni siquiera habían pasado dos minutos de relación y de inmediato le propuso un compromiso de por vida. Mirarlo a los ojos destellantes ofreciéndole un anillo con una pequeña piedra de casi el mismo tono. Observar su rostro en expectativa agónica, en gesto tierno y suplicante, un hombre que solo se había dedicado a seguirla como atraído por una fuerza magnética a donde quiera que ella estuviera. Entonces tuvo la absoluta certeza que, desde el mismo día en el mar, cuando le declaró que era única para él, él también se convirtió en único para ella. Peleó tantas veces contra sus emociones luchando en su mente con las dudas acerca de la veracidad de los sentimientos que él cada vez expresaba con mayor frecuencia y seguridad que ya no le restaban fuerzas para continuar en contra de sí misma.

Colocó su mano temblorosa ante Gerardo, quien primero la besó en gesto de caballero medieval para proceder a colocar el delicado aro en el dedo anular pronunciando unos improvisados votos: “a donde quiera que vayas iré, donde quiera que vivieres viviré´, morarás cada día en mi pecho donde espero encuentres refugio en tus tiempos de angustia y regocijo en tus victorias. Por siempre y para siempre tuyo.”

- ¿Me amas Gracia?

- Te amo Gerardo. “solo con el corazón se puede ver el corazón de la persona amada”.




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